Dedicatoria

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Aprendí a sobrevivir sin olvidarte.

(@ChrisPueyo – El chico de las estrellas)

Sigo pensando que es una locura llevarte flores al cementerio.

(Letra de Rolando Sartorio – Éxito de La Beriso)


A Nacho, en el cielo.

Para que nunca me olvide de sus besos.


La muerte siempre es una experiencia movilizadora. Peor aún si quien fallece es una persona joven. Peor aún si lo hace repentinamente. Peor aún, si es el gran amor de tu vida.

Luego del fallecimiento de Nacho nada pareció tener sentido para Igal. En todo momento su recuerdo invadió (aún lo hace) su corazón y sus pensamientos. 

Es que todo es tan difícil sin él últimamente...

La vida siguió su curso y lo encontró (también reencontró) con otros rostros, con quienes estuvo  obligado a continuar andando. No todo ha sido color de rosa, y en medio del dramatismo cotidiano, ¿encontrará valor para hacerle frente a situaciones tan difíciles como la misma muerte? Allí, el recuerdo de su gran amor, en lugar de deprimirlo, será un bálsamo para aliviar nuevos dolores. Porque a la muerte le sigue la vida y hay que ser valientes para vivirla.

La saga llega a su fin tocándonos cada fibra e irremediablemente tendremos que tomar partido con el protagonista... Elegir si morir o seguir viviendo. 

Por fortuna, el amor propone muchas maneras y quizá, desde otra dimensión, Nacho esté haciendo un guiño para que quien fuera su gran amor siga sonriendo.

Aunque otros brazos lo rodeen, siempre quedará en el alma de Igal el recuerdo del hombre a quien amó y que, un buen día, tuvo que tatuarse en la piel para no olvidarse de sus besos.

Un tatuaje en la piel que dice Nacho - #HomoAmantes 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora