Paso 2: Chau Lentes

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Fue la decisión más difícil que tomó o quizás no.

Su amiga le había advertido, ella también usaba lentes pero unos enormes y redondos lentes, el marco era de su abuelo y ella lo conservaba en perfecto estado. Eso no quiere decir que no haya probado de contacto.

A diferencia de Alec, ella no veía absolutamente nada, en cambio Alec veía pero no de lejos.

A los catorce Wess probó de contacto,  no le gustaron y no sabia si a su amigo esta táctica le funcionaria.

Los típicos anteojos hipters los llevaba Alec, cuadrados, gruesos y negros, no le quedaban nada mal. Sin embargo a los chicos que le interesaban a Valeria no llevaban lentes, así que debía hacerle caso a su amiga.

Al principio fue un infierno,  no sabia ponérselos bien o le causa impresión y de tanto tocarse el ojo, se le estaba empezando a irritar. 

  — deja de tocarte el ojo— le reto. Estaban en plena hora de Literatura y él no hacia más que rascarse el ojo. La estaba empezando a exasperar.

— pero me molesta —se quejó como un malcriado,  según Wess. La tenia harta.

—¿Quieres que te recuerde lo que era para mí los brackets? No hables.—  lo calló y siguió prestandole atención a la clase.

—Wess,— la llamo en susurro, por primera vez aprovecho el hecho de que no se sentarán al lado sino uno atrás del otro y le tocó el hombro con un lápiz — Wess me aburro.

— Cállate—  lo reto.

— Wess...

— ¡Silenció! — hablo el profesor, a nadie en particular pero fue suficiente para que Alec se callará,  no quería que  echaran a Wess de clases y lo culpara, aunque en parte sí sería su culpa.

Wess estaba aliviada, seguramente no se resistiría más y empezaría a hablar con él si no se hubiera callado. Al menos no los sacaron de clase.

Le picaban los ojos, odiaba eso. Odiaba los lentes de contacto.

Pero su motivación era Valeria, lo hacía por ella. Si esto funcionaba, la molestia valía la pena.

Su amiga no pensaba lo mismo, no le gutaba que su amigo cambiará su apariencia por una chica. No le gustará que cambiará el como era, así con todos sus defectos y virtudes le gustaba... como amigos, claro.

Ni siquiera sabia por qué lo ayudaba, ella solo acepto. Dios sabe cuanto le molesta tener que darle esos consejos a Alec.

Era su mejor amigo, esa era su única motivación. Haría todo por él y esperaba que él lo hiciera también.

Valeria ni siquiera se había percatado del pequeño detalle de Alec, ella sólo lo conocía porque era el inseparable de la cerebrito.

El primer paso no había dado resultados, al menos no con Valeria. Pues algunas chicas y chicos lo habían notado, pero no era necesario acercase a preguntar. Alec no notó la diferencia, Claramente sus ojos no estaban de acuerdo.

—Al, Al, — era el colmo. Se había quedado embobado con Valeria y no se había dado cuenta de que el timbre había sonado — ¡Al!—  gritó Harrington.

Su amigo pego un saltó y con el corazón a mil se puso la mano en el pecho, eso sí que había sido un buen susto. Si hubiera tenido hipo, seguramente se hubiera curado.

— Cierto— fue lo único que dijo y...— ¿Nos devolvimos los celulares ya?—  había pasado como una semana y no, no lo habían hecho. La verdad era que no notaban mucho la diferencia.

Como alguien más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora