5.- Diecisiete años.

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Aquí terminan los saltos en el tiempo.

🫧 Craig 🫧

Decidió aprender a tocar violoncelo, ¿Por qué? Ni él lo sabía. En estos últimos meses Craig ha adoptado la manía de hacer cosas sin pensar, todo en un impulso. Tweek le dijo en una ocasión que tenía una obsesión por los instrumentos de cuerdas frotadas. Sabía tocar violín, también viola, y ahora comenzaba con el violoncelo. Probablemente en un futuro consiga un contrabajo, pero primero tenía que investigar cuando costaban y ahorrar dinero. Es decir, sus padres sólo le pagaban las clases, los instrumentos salían de su bolsillo. Por ello se molestaba tanto cuando su hermana los tocaba sin permiso.

En fin, ahora mismo acababa de salir de clase y se dirigía a casa de Tweek, porque le quedaba más cerca y necesitaba beber agua. Al llegar ahí encontró la puerta abierta, se presionó el puente de la nariz con fuerza. Tweek tomó la horrenda costumbre, a su parecer, de dejar las puertas abiertas. Lo ha reprendido infinidad de veces por ello, pero el rubio sólo se limita a responder cosas como "Me da pereza bajar a abrir." Nunca imaginó que extrañaría a aquel niñato paranoico que se levantaba tres veces en la noche a cerciorarse de que las puertas y ventanas estuvieran bien cerradas.

Cerró de un portazo, sabía de ante mano que los padres del chico no estaban. Así que subió directamente a la habitación de Tweek, cuya puerta también estaba abierta. Lo encontró postrado en el escritorio rodeado de filtros de café usados. En la otra esquina de la habitación se podía oír la cafetera trabajar. Craig le dio una patada a la silla de Tweek, este lo miró con molestia.

— Las malditas puertas.- Replicó. Dejó el estuche recargado en una pared.

— Déjame tranquilo. Habría tardado más en ir de lo que tardaste en subir tú sólo.

Craig rodó los ojos. Se dejó caer en la cama de Tweek. Emitió un gruñido.

— ¿Has pensado en hacer doblajes de osos? Porque cada vez que gruñes suenas como uno.- Le dijo Tweek volviendo la vista a la computadora.

Craig lo ignoró. Se dejó caer al suelo para poder sacar su portátil que estaba debajo de la cama. Se puso de cuclillas hasta que el aparato encendió. Tenía poca batería, y su cargador estaba en casa. Gruño de nuevo. "Oso." Le escuchó decir a Tweek. Comenzó a darle patadas a su silla sólo para molestar.

— ¿Qué mierdas quieres?- Gruñó Tweek con molestia. Se giró para mirarlo. Craig hizo un puchero.

— Déjame buscar algo.- Pidió. Tweek frunció el entrecejo y negó repetidas veces.

— Estoy terminando un ensayo.- Repuso. Craig se levantó para poder mirar, se recargó en la silla de Tweek mientras él seguía tecleando.

— ¿Sobre qué?- Preguntó con curiosidad.

Tweek emitió un chasquido con la lengua. Al parecer estaba frustrado, parecía a punto de estallar en cualquier momento, aún así Craig no se apartó. Al ver que no respondía nada Craig comenzó a tatarear la canción que estaba practicando. Tweek soltó otro chasquido, esta vez con más brusquedad. Craig lo ignoró, y puede jurar que su intención sólo era animar al rubio.

La cafetera comenzó a pitar anunciando que el líquido estaba listo, Tweek le atestó un golpe a una hoja en su escritorio y Craig dejó de tatarear. Tweek suspiró de manera entrecortada, se levantó con brusquedad, Craig alcanzó a echarse para atrás antes de que la silla le golpeara las costillas.

— Oye, ¿Estás bien?- Inquirió Craig con el entrecejo fruncido. Tweek volvió a suspirar, y Craig apostaba a que también había rodado los ojos.

— Estaría mejor si cerraras la puta boca.- Repuso.

Luna de Café ☕️ Creek ☕️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora