Luna de Café ☕️ Creek ☕️

6.- Melodía.

A partir de aquí el nombre de los capítulos no tiene ninguna relación con el mismo.

⚡️Tweek⚡️

Tweek volvió a lo suyo sin tomarle mucha importancia. O eso pretendía. No estaba acostumbrado a que alguien lo mirase más de lo necesario, y el que fuera Craig quien lo hacía sólo empeoraba las cosas. Se terminó el emparedado que tenía en la boca. Miraba a Craig de reojo regularmente sólo para asegurarse de que ya no estaba mirándolo. Ahora se sentía un poco paranoico, aunque una parte de él esperaba descubrirlo mirándole, pero eso no pasó.

Cuando la computadora le saltó la señal de batería baja fue Craig quién se encargó de conectarla. Básicamente porque sólo él sabía donde tenía el cargador. 

Cuando Craig terminó de cortar los emparedados los acomodó todos para que no se cayeran. Tweek tomó otro, bostezó. Se moría de sueño, pero dejó ese trabajo hasta último momento y ahora tenía que terminarlo esa misma noche si no quería perder la nota. Los ojos le ardían, estaba seguro de que había pescado un resfriado, su sistema inmunológico era una porquería.

— Deberías descansar un poco.- Le dijo Craig, estaba mirándolo de nuevo. Tweek inhaló con fuerza para deshacerse de aquella sensación que lo había invadido de la nada.  

Sonó una canción de sus favoritas y se puso a cantar en voz baja. Craig emitió una risa, una de aquellas risas que era más una exhalación. Tweek se giró para mirarlo, comenzó a cantar un poco más alto, esta vez lo miraba como si estuviera cantándole a él, aunque la canción ni siquiera tenía algo con lo cual pudiera relacionarlo. Craig tenía una mueca burlona, inclinó la cabeza hacia la derecha, sólo un poco. Aún así, desde ese ángulo Tweek alcanzaba a distinguir la mancha morada que Craig tenía en la mandíbula a causa del violín.

Se giró para mirar la computadora, volvió a concentrarse en teclear. Sólo faltaban dos párrafos más y estaría listo, el problema era que ahora tenía un especie de bloqueo. Se talló la cara con las manos. Tomó otro emparedado.

— A veces pienso que sólo vienes a mi casa por la comida.- Replicó Craig mirándolo con una ceja alzada. Ya había enderezado la cabeza, así que la mancha quedaba escondida de nuevo.

— De hecho sí.- respondió estirando los músculos de la espalda.

— Cuando yo te hice sándwiches no los comiste.

— Es que, no sé que demonios les hiciste, pero sabían horribles.- Tweek lo miró con una sonrisa de disculpa. Craig rodó los ojos.

Miró el texto ante él. No sabía en que demonios estaba pensando pero ya le era imposible concentrarse. Las palabras bailaban lejos de su entendimiento, como si estuvieran escritas en otro idioma. Craig se levantó de la cama, tomó su violín y se puso a tocar. Tweek detuvo la música sin decirle nada, sabía que se arriesgaba a eso cuando estaba camino a aquí.

Revisó la hora. 10:36. Su limite era hasta media noche, tenía tiempo de sobra. O lo tendría si supiera como terminar su relato. Cerró los ojos un momento disfrutando de la melodía de Craig. Él tenía razón. El haberlo soportado cuando tocaba fatal había valido la pena. Se sentía orgulloso de poder presumir a su amigo, aunque sabía que a Craig eso de presumir no le iba.

— Estoy pensando en tomar clases de piano.- Dijo de la nada.

Craig desafinó en una nota, dejó de tocar y lo miró con una sonrisa enorme. Y si él hubiera sabido que sólo con eso podía hacerlo sonreír de aquella manera...

— ¿De verdad?- Preguntó esperanzado. Tweek asintió mirando la computadora y presionando teclas a azar.- Amigo eso es genial.

Tweek levantó la vista para sonreír. Craig se acercó, dejando el violín sobre la cama. Aún lo miraba de aquella manera, con ese brillo en los ojos. Tweek sintió que las orejas le ardían y desvió la mirada, ¿Que le pasaba ahora?