11.- Azul.

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Reescribí todo el capítulo porque no me gustó cuando lo estaba editando. Me pareció horrible el mensaje que dejaba y quise cambiarlo a uno más bonito porque viva lo cursi. Por si habían dejado algún comentario y ya no aparece, probablemente sea por eso. 💕

🫧 Craig 🫧

— Entonces...- Mencionó Craig, intentando no ser demasiado ruidoso cuando tragaba saliva.

Ambos se habían quedado un momento en silencio, jugueteando con los dedos de sus propias manos luego de separarse. Estaban evitando hablar, y lo sabían. En estas situaciones uno se da cuenta de cuán difícil es devolverle la mirada a alguien, sobre todo si esa mirada va cargada de sentimientos que han llevado enterrados en la garganta desde hace tanto tiempo. Eran alrededor de las ocho, y ambos sabían que tenían que abordar el tema antes de que Tweek tuviera que regresar a casa, pues una vez que se fuera harían lo posible para evitar hablar al respecto.

La verdad es que era algo de esperarse tratándose de ellos; que evadieran el tema, quiero decir. Son demasiado tontos como para disfrutar el hecho de saber que sus sentimientos son correspondidos. Pero, de alguna manera, ellos estaban bien así: sentados en el piso, existiendo junto al otro. La razón era simple: Estaban intentando ser ellos mismos. Pero era momento de hablar al respecto. Si pudieran evitarlo por más tiempo lo harían, sin embargo no pueden esconderse por el resto de la vida.

— ¿Quieres intentar ser algo?- preguntó Tweek, estaba avergonzado, pero no perdía nada por intentarlo.

— Quiero, pero... ¿Qué va a pasar si no funciona? ¿Qué haremos después?- Murmuró Craig. Se sentía mejor ahora que había revelado lo que lo atormentaba.

Tweek pausó el jugueteo de sus manos, se giró sobre sí mismo para mirarlo. Craig se giró un poco también. Mirar a Tweek era recordar lo caótico que ambos eran. Era recordar que eran una bomba nuclear, y que explotarían si daban un paso en falso. O quizá sólo eran dos adolescentes con un temor latente a sentir el rechazo.

— Lo solucionaremos después. Va a sonar muy extraño viniendo de mí, pero ¿qué sentido tiene preocuparse por algo que aún no sucede?- Soltó con suavidad. Craig sacó valentía de sus entrañas para mirarlo a los ojos.

— ¿Por qué no deja de sentirse aterrador?- preguntó el azabache.

Tweek se encogió de hombros, con una expresión de incertidumbre; Craig suspiró, porque sentía el corazón latiendo en su garganta.

— Supongo...- inició Craig.- Supongo que será por el cambio, ¿no?- cuestionó sin esperar respuesta.- Quiero decir, ya no habrá más insultos sin sentido, ni golpes, ¿estás de acuerdo?- Tweek asintió, mirándolo fijamente.- En cambio se reemplazan por...- dejó la frase al aire.

— Abrazos.

— Y palabras bonitas, imagino.- comentó avergonzado. Después de todo estaba exponiendo indirectamente todo aquello que había fantaseado con el rubio.

— Y besitos.- Dijo Tweek mirando sus manos, aunque estaba sonriendo.

Craig sintió su cara encenderse. Asintió aunque el otro no podía verlo.

— Y besitos, sí.- murmuró.

Estaban avergonzados. Era algo obvio a este punto. Por más confianza que se tuvieran, por más chistes o situaciones incómodas que hayan vivido juntos, hasta ahora no habían experimentado este nivel de intimidad. Además, no era una incomodidad desagradable, sólo estaban enfrentando una situación que hasta ahora ni siquiera habían imaginado.

Resultaba menos terrorífico ver al otro; de alguna forma saber que ambos estaban en la misma situación resultaba extrañamente reconfortante. Igual de bobos, igual de sonrojados, igual de torpes y balbuceando. Pero aún con toda la incomodidad eran capaces de reconocer que esa charla era necesaria.

Luna de Café ☕️ Creek ☕️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora