9.- Nota en falso.

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🫧 Craig 🫧

Durante todo el día Craig estuvo pensando en las razones por las que Tweek había faltado a la escuela, es decir, le habría dado igual (la verdad) si fuera algo común en el rubio. Pero Tweek no solía faltar a la escuela, lo conocía bastante como para saber que si faltaba era por algo serio. También había intentado llamarlo en los descansos. No contestó. Le había enviado al menos siete mensajes, pero si siquiera los había mirado.

Estaba bastante preocupado, por lo general Tweek no suele despegarse del teléfono si está en casa. Así que al salir de la escuelan avisó a su madre y emprendió camino a casa de Tweek. Aunque... al llegar ahí la puerta estaba cerrada, y cuando tocó el timbre nadie atendió.

Chasqueó la lengua repetidas veces. Dio media vuelta, dispuesto a ir a la cafetería. Le quedaba algo lejos de ahí, pero bueno, no es como que tenga algo mejor que hacer.

En realidad sí, tenía que ensayar, pero quería ver a Tweek. Y si eso implicaba que su profesor le diera la reprimenda de su vida pues bueno. Sentía un poco de pena por si mismo. Estaba tan acostumbrado a ver al rubio o a hablar con él que ni siquiera podía pasar un día alejado. Por un momento pensó en dar la vuelta e irse a casa, Tweek ya le contestaría cuando tuviera tiempo. Sin embargo sus pies no obedecieron. Merecía un postre gratis por esto.

Él y las caminatas largas no eran la mejor combinación del mundo. Para cuando llegó a la cafetería tenía la respiración agitada, le ardían las piernas y le picaban las axilas por el sudor. No es que no usara desodorante, si no que no estaba acostumbrado a sudar. También le picaban la nuca y la cabeza. Se quitó el gorro para refrescarse un poco.

— ¿Está Tweek?- Le preguntó al padre del chico cuando estuvo lo suficientemente cerca del mostrador.

— Oh. Hola, Craig. Él está en el almacén.

— Puedes entrar si quieres, quizá tu puedas subirle el animo.- Completó la madre acercándose.

Craig asintió, se dirigió a la puerta del almacén. Ahora estaba más preocupado que antes. Se le cruzó la idea de darle un susto, así que cuando llegó hasta la madera giró la perilla y abrió de golpe la puerta. Sin embargo ésta chocó contra algo. Seguido del golpe Craig escuchó a Tweek quejarse. Volvió a intentar abrirla, esta vez tenía el camino despejado. Encontró a Tweek en el piso en posición fetal presionando su cabeza con fuerza.

— Joder, Tweek, ¿Qué demonios hacías?

Quería reírse, pero sentía que no era el momento, así que sólo sonrió hasta que sus mejillas dolieron por el esfuerzo.

— Estaba recostado en el puto piso.- Le gritó en tono molesto. Craig dejó escapar una risa.

— Tremenda cabezota tienes, ¿y no se te ocurrió que alguien podría entrar?- Repuso.

— Sí. Lo que no se me ocurrió fue que podría llegar un idiota y empujar la puta puerta de esa forma.- Replicó. Seguía sujetándose la cabeza. Craig comenzó a sentirse culpable. Pero aún quería reír.

Se sentó en el suelo junto a él. Estiró la mano hasta su cabeza, y comenzó a frotar con gentileza las yemas de los dedos en su cuero cabelludo. Tweek poco a poco fue apartando las manos, y aunque intentó hacerlo de manera disimulada, Craig alcanzó a notar como se pasaba los dedos por el rostro, como si estuviera secando lágrimas, y se sintió peor.

— Oye, lo siento. De verdad. Sólo pretendía darte un susto.- Le dijo. Se agachó lo suficiente para darle un beso en el cabello.

Tweek se sorbió los mocos y comenzó a levantarse de a poco. Estaba de espaldas a él, así que Craig se levantó para volver a sentarse frente al chico. Tweek bajó la cabeza, y jugó de manera nerviosa con sus dedos. Craig decidió no preguntar.

Luna de Café ☕️ Creek ☕️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora