7.- Flor de café.

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🫧 Craig 🫧

Buscó a Tweek con la mirada cuando lo perdió de vista. Su madre le había ordenado que lo cuidara porque el muy tonto se había enfermado el día anterior con la lluvia. Aunque no hubiera sido necesario que se lo ordenara, porque de cualquier forma pensaba hacerlo. Pero al menos ahora tenía una excusa para seguirlo por todas partes.

Excepto ahora, claro, porque Tweek había corrido a esconderse cuando él estaba distraído mirando un árbol que tenía distintos matices de verde. Decidió dejarlo tranquilo. Tweek seguramente no quería ser atosigado y él no estaba de humor para seguirlo, no ahora que había encontrado algo más interesante que hacer.

— No.- escuchó la voz de Token a su espalda, se giró para mirarlo.- Te conozco lo suficiente como para saber que tienes planeado subir.- Reprochó.

Craig sonrió, volvió a mirar al árbol.

— Necesito hacerlo. Lo sabes.

— Eres un jodido loco.- Token negó con la cabeza.- Si llegas a caer diré que te encontré así.

La sonrisa de Craig se extendió. Comenzó a trepar al árbol. Sabía que era un raro, que todos pensaban eso, sabía que nadie más podía entender lo que hacía y mucho menos el porqué.

Amaba descubrir cosas nuevas, por más simples que fueran. Desde pequeño siempre le gustó indagar en cosas, animales, y personas, lo hacía feliz. Esa era la razón por la que la mayor parte del tiempo estaba de buen humor. Y no había nada, absolutamente nada que se comparara a la sensación después de descubrir algo, o eso creía.

Mientras escalaba el árbol su cuerpo se llenó de sensaciones, le temblaban las piernas por el cambio de gravedad, también por la adrenalina contenida. Sentía que podía correr, no literalmente, claro, sentía que iba a estallar y que de su cerebro saldrían volando miles de colores, quizá sólo estaba delirando, quizá en realidad si estaba loco. Pero le encantaría que todo el mundo pudiera ver las cosas de la manera en la que él lo hace.

Podría salir volando en cualquier momento y perderse en el espacio y aún así sentirse como en casa. Justo ahora se sentía como un cohete volando por ahí, sin rumbo, sin trayectoria, pero completamente feliz. Era una rara comparación, pero era justo lo que pasaba por su cabeza en ese momento.

— ¿Por que lo dejaste subir ahí arriba, hermano?- Craig bajó la vista para encontrarse a Clyde mirándolo con el entrecejo fruncido.

— No es como que hubiera podido detenerlo, de todas formas.- Replicó Token

Ahora mismo le gustaría que el árbol tuviera mas follaje, para cubrirse del resto del mundo y aplicar aquella técnica de: Si yo no te veo tú no me ves. Siguió subiendo hasta que las ramas eran lo suficientemente delgadas como para asegurar una caída. Quería ser biólogo, no se lo había dicho a nadie aún, pero él de verdad quería estudiar esa profesión.

— ¿Dónde demonios está Tweek cuando lo necesitas?- Escuchó decir a Clyde.

Y con al sola mención del nombre Craig volvió a aterrizar. Miró a los alrededores sólo para buscarlo. Era lo malo de estar enamorado de alguien, siempre quieres tenerlo a la vista. Y sí, Craig sabía que estaba enamorado de Tweek, lo sabe desde algún tiempo atrás. Bueno, más o menos. Y es que, ¿cómo no enamorarse de Tweek, si era la cosa más interesante y caótica del maldito mundo?

Todo el mundo debería enamorarse de Tweek. No, mejor dicho, todo el mundo debería conocer lo increíble que Tweek puede llegar a ser, pero por nada del mundo puede pasar por sus mentes enamorarse de él, ni de chiste. Sólo él quería ver sus pecas, que parecían salpicaduras de pintura. O sus ojos, que eran de un color azul oceánico. O su cabello, que parecía un nido de aves aunque lo peinara. O la asimetría de sus orejas. O... oh. Tweek estaba ligando con un montón de chicas.

Luna de Café ☕️ Creek ☕️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora