La primera vez.

23.3K 847 91
                                    

Peter Parker.

Adoptado.

Es una jodida palabra, pero apenas la pronuncio y quiero vomitar. Tan solo recordar como May muere en mis brazos luego de que ella se toma miles de pastillas dándole una sobredosis de aquella droga para los nervios, tío Ben murió en manos de un bandido al ser disparado por no entregar el auto.

Esto apesta.

"Peter, dormirás junto a Brandon en lo que tu habitación es condicionada. "

La mirada de aquel hombre es llena de lastima y compasión, eso hace que mi estómago de un vuelco y tenga ganas de vomitar una vez más. Mi interior me pide que salga de ahí, que nada de ese lugar me llevará a nada bueno pero aun así lo hago; mi terco y deprimido pasado ha decidido por mi cuenta.

Sin darme cuenta el tiempo pasa, la familia intenta incluirme pero simplemente extraño aquellas tardes llenas de tiramisú con la tía May. Me recargo en la mesa con mi codo, mi cabeza apoyada en mi mano, al mismo tiempo con la mano derecha enredo el Espagueti con el tenedor. Otra vez he dejado más de la mitad de mi plato, me disculpo con la que intenta suplantar a mi tía y el señor que cada vez me da más mala espina. Mi habitación ya está acondicionada pero no tengo candado por mis lapsos de depresión, la psicóloga dice que aún no estoy preparado para la privacidad.

"Con permiso. Iré a hacer mis deberes. Buenas noches."

Menciono lo más respetuoso y agradecido posible, siempre intento poner de mí, intento que las cosas marchen hacia el futuro. Cuando la tía May murió pude sentir en mi corazón que las cosas jamás iban a ser normales en mi vida, tendría que llevar día a día el sufrimiento de su muerte y a pesar de que alguien más intentara hacerme sonreír, nadie tenía ese poder sobre mí.

"Descansa, pequeño."

La voz ronca, espesa y cansada de un adulto resuena por toda mi cabeza haciéndola zumbar. Subo las escaleras lenta y pesadamente pues no tengo otra razón por apresurar las cosas, no tengo porque sonreír al mundo, no tengo porqué mostrar lo que no siento, siempre muestro lo roto que me siento, no tiene caso ocultar como esto me destroza, no tiene caso ocultarlo si mi rostro pálido grisáceo demuestra como me perjudica, como las ojeras y horas de insomnio se apoderan de mi cuerpo, como la falta de comida está reflejada en mis costillas y en lo hundida que está mi cara, como mi cabello pierde fuerza y se cae más seguido.

Retiro mi uniforme, porque sí, voy a la mejor escuela de ciencias de toda la zona. Me motivan a seguir mi vida, no culpo al señor y señora Daimons por lo que me sucedió, no los culpo por no querer avanzar, no los culpo por intentar mostrarme lo que significa una familia y sobre todo no los culpo por intentar mostrarme que la gente tiene corazón. Al menos por un tiempo.

Brandon no tarda en resentirse conmigo y el interés de sus padres por hacerme sonreír descuidándolo a él lo empeora. No culpo a Brandon por su decisión, no culpo a Brandon por entrar ésta noche a mi habitación mientras sus padres disfrutan de su sueño, no culpo a Brandon por desgarrar mi ropa a mis tan cortos trece años de edad, no culpo a Brandon por violar el espacio de separación que hay en mi boca, no culpo a Brandon por meter su mano entre mi bóxer y tocarme de una forma llena de odio y morbo. No culpo al chico porque nadie me invitó a interrumpir su vida, a destrozar toda la confianza que había entre él y sus padres.

"Cállate, maldita sea."

Eso hago, muerdo la almohada. No emito un sonido fuerte, no emito un sonido de ayuda al momento de sentir ese dolor desgarrador entre mis piernas, no imploro para que me salven, no llamo a nadie cuando lo necesito, no hago algo a tiempo, al momento que siento escurrir las primeras gotas de sangre de mi entrada hacia abajo de mis piernas. No lloro frente a él y su satisfactoria corrida dentro de mi interior, sale como si nada, yo solo me enrollo en las sabanas y termino por llorar. Implorando que si hay un Dios me ayude con todo mi sufrimiento, que acabe conmigo antes de que las cosas resulten peor.

"Alguien ayúdeme, por favor."

✔ Oh, Papi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora