Los sentimientos de las personas no podían manejarse con claridad.
A pesar de ello, Taehyung jamás entendió cómo podía ser posible que su mejor amigo, Park Jimin, se enamorara en un dos por tres de las personas menos indicadas.
Se sintió feliz cuan...
Desde que Taehyung tenía memoria sabía que Park Jimin era un completo desastre con sus parejas. El castaño se sentía estúpido por no darse alguna idea cuando sus peluches o muñecos de acción desaparecían cuando recién se conocieron y Jimin entraba en depresiones severas con tan solo tener 10 años, sin embargo, un peluche nuevo hacía que las lágrimas fueran reemplazadas por una enorme sonrisa que hacía que incluso te dolieran las mejillas a ti.
Pero no fue hasta que entraron a secundaria cuando Jimin ''salió estando dentro'' Taehyung no había comprendido a la primera la confesión de su amigo y estuvo en shock al menos una hora cuando su pequeño cerebro, a la corta edad de 14 años, pudo entender a lo que se refería. Era demasiado para procesar las dos grandes bombas que Jimin lanzó sin anestesia; 1) había dejado de ser virgen y 2) se dio cuenta que le gustaban los hombres.
Eso no fue ningún problema para Taehyung pues jamás se hizo alguna clase de ideal con sus propios gustos o con los de su mejor amigo. Mientras Jimin fuese feliz, él también lo sería. Y de ahí partían los problemas que tenían, Jimin estaba en un bucle de llanto por amores unilaterales y Taehyung no podía hacer más que casi ponerse a llorar a su lado.
Creyó que su mala racha terminaría y su madurez emocional comenzaría a brotar una vez se mudaran a Seúl y sus responsabilidades de adultos jóvenes les hicieran ver el mundo de diferente manera, que equivocado estaba. En su primer año de universidad Taehyung perdió la cuenta luego del décimo chico que le ''rompió'' el corazón a Jimin- y eso que fue solo en el primer parcial-. Quería darle de bofetadas a su amigo cuando le contaba sus horribles experiencias que le hacían llegar al llanto, porque podía hablarle bonito a Jimin, endulzarle el oído, y él estaría a tus pies si le atraías.
Jamás entendió como Jimin no captaba el NO COMPRIMISO.
Y bueno, sobraba decir que a Taehyung le parecía completamente idiota el entregar tu corazón, bien podía seguir saciando sus necesidades carnales sin tener que salir herido en los burdos intentos por sentirse amado. Taehyung tenía a Jimin. Su amor era totalmente correspondido y al castaño le bastaba con solo tener a su mejor amigo como proveedor de amor.
He de ahí el lema de Kim Taehyung: ''Dejar claro los no compromisos sin ser un completo idiota''
Porque lo que Taehyung jamás soportaría era que le compararan con alguno de los idiotas que le rompían el corazón a su amigo o hicieran comentarios negativos acerca de su actitud totalmente caballerosa- una cualidad que no podía ser negada, según él- a la hora de aclarar que era simple placer sexual lo que él podía brindar.
No eran relevantes los demás motivos por los que Kim Taehyung jamás había tenido algún novio o alguna novia a sus veinte- casi veintiún- años de edad.
Así que ahí estaba, eran aproximadamente las 5:30 p.m y sus clases habían terminado hace un rato, pero se encontraba buscando- entre comillas porque solo había paseado su vista por los estudiantes que se le pasaban por el frente- a Jungkook, a fuera de la biblioteca y así poder formar alguna clase de conspiración con beneficio mutuo para mantener a salvo el corazón frágil de su mejor amigo.
Solo esperaba a que Jungkook se le hubiera ocurrido lo mismo que a él de encontrarse de nuevo en la biblioteca.
Sonrió ampliamente cuando miró una figura acercándose, su cabeza ahora era cubierta por el gorro de su sudadera, dejando apenas visible su rostro. Taehyung despegó su cuerpo de la pared y se acercó rápidamente a su cómplice. — Lo siento por no haber acordado un lugar, pensé que podría encontrarte en la biblioteca como ayer pero no tenía ni idea de tus horarios.
—¿M-me estabas esperando? — El castaño asintió— No tenías por...
—Claro que si— Se apresuró a interrumpir— Tenemos un plan que formar y poco tiempo para hacerlo. — Jungkook asintió y dejó escapar vaho de su boca, el clima estaba descendiendo en picada— ¿Te parece si vamos a la cafetería que está cruzando la avenida y hablamos?
Observó como el chico se aferraba a las cuerdas de su mochila mientras daba otro leve asentimiento con la cabeza— De acuerdo.
—Vamos, entonces, Jungkook— Lo tomó de un brazo y comenzó a andar por el campus.
El sol apenas y se ocultaba, dando colores anaranjados y rosados desde la cima, sin embargo, había unas nubes osadas que estaban coloreándose de gris. Taehyung quiso pensar que ese era el motivo del frío y, también, el porqué de que las mejillas de Jungkook no dejaran de estar sonrojadas.
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