• fairytale •

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—¿Papá, nos vas a contar un cuento hoy?

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—¿Papá, nos vas a contar un cuento hoy?

Todoroki levantó la vista del libro de neurociencia que estuvo hojeando desde hacía unas cinco horas —dos de ellas durante la residencia en el hospital, una en el tren de camino a casa—  hasta que ya casi tenía deseos de arrancarse los ojos con una cuchara.

No era fácil ser un residente médico que intentaba especializarse en neurocirugía mientras cuidabas de dos niños revoltosos.

Casi siempre terminaba con canas en su mitad roja del cabello, ojeras más oscuras que su alma y una taza de café frío. Y con oídos más destrozados.

En su regazo, Miruku —un gato blanco, peludo y obeso— maulló ante el cese de caricias de su amo. Le metió un zarpazo en la mano más cercana para dejarle en claro que el amo era el felino y no él; los esclavos tenían que cumplir con su trabajo.

Yuichi, el mayor con siete años, estaba parado en el marco de la puerta mientras arrastraba a una adormilada Maki de tan solo tres. La niña tenía su pelo castaño revuelto en todas las direcciones y se tallaba el ojo que todavía no podía abrir del todo.

Sonrió ante la imagen de sus dos hijos.

—Estaba casi seguro que el cuento de hoy se los iba a contar tu tío antes de que yo llegase —Shouto sonrió—. Ese era nuestro trato a cambio de que yo no revelase su... secreto.

A Todoroki le causaba una especie de placer interno haber descubierto ese secreto. Se sentía como una especie de dios.

—¡Pero tío Baku nos dijo que los cuentos son una mierda! —Yuichi hizo un mohín con sus labios—. Dijo que no le pagas lo suficiente para hacer este trabajo.

—Mi silencio es paga suficiente.

Su hijo arqueó una ceja confundido. A veces debía recordarse que estaba tratando con niños pequeños y no con otras personas de su edad. A veces se hacía complicado, ya que toda interacción humana siempre era un reto para Shouto.

Tampoco es que podía contarle el secreto de Bakugo a los niños —como que lo había encontrado disfrazado del payaso en la famosa cadena de comida rápida más famosa del mundo.

Algo sobre comprar un anillo para Kirishima y con que Todoroki perdería la lengua y su micropene asiático si alguien lo descubría.

—Vale, vale —Shouto se quitó las gafas de lectura y retiró a un quejumbroso Miruku de su regazo—. Contaré el cuento yo.

—¡YAY! —chilló Yuichi—. ¿Escuchaste, Maki?

—Mmmm —la niña se quejó mientras se caía del sueño contra el hombro de su hermano.

Shouto se apresuró y la tomó en sus brazos mientras la llenaba de cosquillas. Maki rió, escondida contra el pecho de su padre ya que Yuichi había decidido que también quería llenarla de cosquillas.

Summer Nights: Colección de Oneshots [TodoDeku] - BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora