Reina prisionera

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Meliodas habia tomado la decisión de borrar sus memorias aprovechando que estuviera inconsciente.

Mientras ella siguiera recordando y amando a Zeldris nunca se entregaría completamente a él.

La miro unos instantes antes de posar su mano en su frente. Quería hacer un borrón de recuerdos rapidos. No era como Gowther para ello pero si tendría la habilidad para eso.

Sin embargo cuando intento hacerlo una luz que salió de su cuerpo le repelió con brutalidad alejandolo.

-. ¡¿Nm?! -. Se sorprendió y vio su mano regenerarse poco a poco.

Meliodas no reaccionó a ello -...vaya...asi que no puedo acceder a tus recuerdos....pero hay alguien que si podrá...- cierto pecado de la lujuria con el poder de manipular la mente podrìa hacer su trabajo.

Si embargo conseguir la ayuda del Gowther no serìa tan sencillo. Pero quizás hubiese algo que le hiciera cambiar de opinión.

Michelle abrió los ojos lentamente. Sintiéndose mareada y en un principio deshorientada. Como si de una resaca se tratara.

Miro a su alrededor. Estaba en una enorme habitación. La cama en donde reposaba era de sabanas color sangre y la enorme cama digna de un rey infernal.

Pudo notar que tenia una ropa diferente. Solo tenìa un vestido negro fino y sedoso.

Recordó lo que sucedió -. "¡e-esto es! " -. No tardo mucho en suponer la verdad.

Cuando intentó alcanzar sus aretes unas esposas hechas de matería oscura aparecieron de la nada. Tenían un peso insoportable que la obligaban a bajar las manos

Maldito Meliodas...no tenia ni una pizca de tonto. Sabía que en cuanto despertara se quitaria los limitadores y siendo la Diosa Cosmos seria imparable incluso para él.

En el fondo pese a las buenas intenciones de Merlin, se arrepentìa de haber aceptado su "regalo".

-...¡tengo que salir de aqui!...Zeldris.....-pero a su memoria llego recuerdos se el con la vampira. Y bajo la mirada.

-...es cierto...el ahora mismo esta con Gelda...- su pecho dolìa al recordarlo pero negó con cabeza.

Ya no le quedaba nada mas que hacer en aquel mundo..y solo queria regresar a su vida normal...

Pero aquel que estaba obsecionado con su existencia no la dejaría ir.

En cuanto sus brazos bajaron las cadenas desaparecieron. Al parecer el rey habia hechado una especie de maleficio sobre ella para evitar que escapara.

-. ...¡debo volver a casa! -. Ella intentó buscar una salida alterna. No podrìa sola con todos esos demonios y menos contra el rey demonio Meliodas.

Su busqueda fue em vano cuando Meliodas apareció y las puertas se abrieron violentamente con su mera prescencia -....ésta es tu casa ahora....estar a mi lado es tu lugar -. Aclaró el rey.

Ella retrocedió viendolo con cierto rencor -...¿como puedes estar así de tranquilo?...¡¡traicionaste a tu hermano!!...-

-...Él tiene a su verdadero amor... - sus palabras fueron puñaladas. No querìa recordar mas eso y el no paraba de restregarselo en la cara.

A cada paso que el se acercaba ella retrocedìa. Hasta que su espalda tocó la pared y el la acorraló.

No pudo evitar temblar por su mirada vacía, a lo que el acercó su mano a su rostro. Ella desvió la mirada intentando evitar que la tocara.

-...Zeldris...Zeldris...Zeldris...es en lo unico en que puedes pensar...- parecía molesto por eso y su expresión lo reflejaba.

-...al final...supongo que tendré que matarlo...-

El mundo sin magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora