3. El camino del guerrero - Parte 2.

6 0 0
                                    


Por un sendero natural en un bosque bastante alejado del pueblo de Rihn, el escuadrón de Michael avanzaba con un paso constante sobre sus caballos, ya tenían ocho días de haber dejado la familiaridad de su hogar. Era la primera vez que Elizabeth se alejaba tanto de casa, y estaba emocionada por su primera misión como aprendiz de soldado. La joven aspirante no había parado de preguntarle a su hermano y sus amigos todo tipo de cosas que le pasaban por la cabeza.

—Oye Michael, ¿cuántas veces has ido a la capital? —preguntó con curiosidad la chica.

—Mmm, creo que unas dos veces; la primera fue para recibir el ascenso a capitán de escuadrón y la segunda para recibir una misión.

—¿Y has visto al Rey Ronald?

—Sí, solo una vez.

—¿¡De verdad!?

—Sí, pero de lejos, Gregor si lo vio de frente; incluso estrechó su mano.

—¿¡Enserio Gregor!? ¿¡Como era él!? —preguntó Elizabeth mientras volteaba hacia atrás para mirar a Gregor.

—Ha ha ha, así es y te puedo asegurar que es un hombre digno de respetar; y grande también, es un poco más alto que yo jajaja —contestó de manera risueña.

—¿Más alto que tú?... debe de ser un gigante —contesto la joven para sí misma mientras se hacía una idea de la apariencia de ese hombre en su mente.

—Oye Elizabeth ¿Te interesa conocer a su majestad? —curioseó un poco Graham.

—Sí, he escuchado mucho acerca de él por el abuelo y por como lo describía parecía un hombre increíble.

—Y lo es, te lo aseguro, no por nada se ganó el título de "El Rey Fuerte" —añadió Gregor.

—¿El Rey Fuerte? el abuelo decía eso todo el tiempo, creí que era la forma en la que lo llamaba por admiración, nunca pensé que fuera un título —dijo con intriga Elizabeth.

—Si quieres te puedo contar al respecto —se ofreció Graham.

—¡Si, gracias Graham! —agradeció enérgicamente Elizabeth con una mirada brillante y ansiosa.

—Aquí vamos otra vez... —se quejó Bryson.

—Bryson, deja que le cuente, adelante Graham. No encontraras a nadie con conocimientos más extensos que los de Graham en Rihn, Elizabeth, él es la mente de la cual se enorgullece nuestro escuadrón —comentó Michael.

—No es para tanto capitán, pero, en fin, veras Elizabeth... —expreso Graham mientras se preparaba para ilustrar a la joven.

Graham le contó a Elizabeth que El rey Ronal Hollowind había recibido el título de "El Rey Fuerte" gracias a sus proezas en la tan famosa Guerra de los mil días. Fue en esta guerra de la cual surgieron los siete reyes que gobiernan actualmente en Angral, es por eso que a esta guerra también se le llama "La forjadora de tronos". Cuando terminó la guerra, los siete gobernantes firmaron un tratado de paz en Kalamut, La Capital Blanca, para evitar entrar en otro conflicto de proporciones similares y crear un mundo en donde reine la justicia y la fraternidad. Este tratado significó un hito en la historia ya que los conflictos habían asolado a la gran tierra de Angral durante muchos siglos y ese pacto supuso el comienzo de una era pacífica.

Kalamut era la ciudad de los santuarios y no pertenecía a ningún reino, se ubicaba justo en el centro de "El Gran Continente", y era en esta ciudad en donde a los reyes se les otorgó la "Bendición de Kalamut". Era una ceremonia sagrada y de grandes dimensiones en la que el alto sacerdote hacia uso del Ojo de Irva, una joya de color azul celeste que se encontraba incrustada en un báculo de oro sólido y finamente decorado con diferentes diseños. En la ceremonia sobraban los platillos y las bebidas, todos los allegados al rey, junto con sus soldados más leales y miembros de la alta sociedad de su reino respectivo, se reunían bajo el techo del templo más grande y prestigioso de Kalamut: El Gran Santuario de Irva, que veía cada uno de sus rincones lujosamente decorados e iluminados para la ocasión. En el momento cumbre del evento la joya en el báculo empuñado por el alto sacerdote comenzaba a brillar y un aura dorada bañaba al futuro gobernante, unos extraños glifos se marcaban en el suelo frente a él; esos glifos traducían la Bendición de Kalamut por el alto sacerdote. La bendición le aseguraba al rey un reinado próspero y lleno de salud.

Hidden LightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora