Otra mañana maravillosa en los dominios del reino de Eiloden; las aves cantaban, el sol brillaba y no había prácticamente ninguna nube en el cielo. El escuadrón de caballeros de Michael avanzaba en su travesía hacia el fuerte Drumrock. Ya tenían a la vista un poblado, y el capitán pensó que sería el momento perfecto para reponer fuerzas, además ya casi se habían quedado sin provisiones. Michael dio la señal y el grupo se dirigió al pintoresco asentamiento. Los soldados bajaron de sus caballos en la entrada y comenzaron a desempacar.
—Aaaaaaaaaah... ¿cuánto falta para llegar a Drumrock? —preguntó Elizabeth con tono cansado.
—Bueno, de hecho, esta es nuestra última parada antes de Drumrock —le informó Graham.
—¿¡Que?! ¡¿Enserio?!
—Sí, llegaremos allá en aproximadamente una semana.
—¡¿Una semana?! Baaaaaaaaaah... todavía estamos muy lejoooosss.... —se quejó mientras se recostaba sobre su caballo.
—Elizabeth, ya sabías que el viaje iba a ser largo cuando salimos de Rihn —le regañó su hermano.
—Sí, pero no sabía que iba a ser taaaan largo.
—¿Estás cansada?
—Si...
—¿Muy cansada como para entrenar un poco?
—¡Entrenemos! —dijo rápidamente mientras tomaba su espada.
Desde aquella charla nocturna a la luz de la fogata, Michael y Elizabeth habían estado entrenando más seguido. La joven no dejaba de sorprender a su hermano mayor con la velocidad que asimilaba todo lo que éste le enseñaba. Elizabeth siempre había aprendido rápido, no importaba lo que Michael quería enseñarle, su hermana siempre lo aprendía con rapidez. Michael reconocía que a la chica se le daba bien la esgrima, pero también la arquería y además sabia defenderse cuerpo a cuerpo. Ella había nacido para esto, se le daba natural; y eso era algo que no se veía a menudo en los aspirantes a soldado.
—¿Eh? ¿Por qué no sacas tu espada Michael? —preguntó la joven confundida.
—Esta vez no entrenarás conmigo Liza, he notado que ya te acostumbraste a mi estilo de pelea, y se te hace más fácil responder a mis ataques. No todos los enemigos que te puedas encontrar en el futuro tendrán el mismo estilo de lucha, por eso debes encarar distintas técnicas y formas de pelear.
—Bueno... pero entonces ¿Con quien voy a entrenar? – preguntó mientras una sombra la cubrió desde atrás de repente.
—Ese sería yo, señorita ¡jajaja! —dijo risueñamente Gregor.
—¿Queee?
—Gregor será un buen oponente para ti, has avanzado bastante estos últimos días —expresó Michael.
—E... está bien, si tú lo dices Michael —tartamudeó levemente Elizabeth.
Tanto Elizabeth como Gregor se dirigieron a la plaza central del poblado para improvisar una pequeña arena de combate. Poco a poco los residentes comenzaron a congregarse alrededor de ellos; no todos los días veían duelos entre soldados, y menos aún entre oponentes tan disparejos: en un lado estaba una encantadora jovencita que hacía sonrojar a todos los jóvenes locales, y en el otro lado estaba un gigante de 1.92 metros de altura con un cuerpo fornido como una montaña.
—¿Preparada, Elizabeth? —preguntó Gregor mientras blandía su espada enfundada con una sola mano.
—S... si señor —mientras tragaba saliva.
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Hidden Light
FantasyElizabeth Purewell, una joven chica con sueños de grandeza y aventura se abre paso por un mágico mundo lleno de misterios y peligros. Es la hija menor de la Casa Purewell, un clan al servicio del reino de Eiloden y su sueño siempre ha sido convertir...