Hidden Light

7. Sangre en la bruma

Elizabeth trataba de asimilar lo que acababa de ver. Esa gran bestia se había tragado a un caballo entero de un solo bocado y luego le habló. En el mundo había bestias mágicas que eran capaces de articular palabras y comunicarse con los humanos, pero esta era la primera vez que Elizabeth veía a una. Este monstruo hacía lucir a Flecha Blanca como un gatito asustado. Su cuerpo era macizo y estaba cubierto por un pelaje de color negro; su cabeza era similar a la de un urlón, pero con el hocico un poco más alargado y con dos colmillos que sobresalían de su mandíbula inferior; de su cabeza sobresalían dos cuernos gruesos que se curvaban hacía afuera y hacia los lados de su cráneo; tenía brazos parecidos a los de un hombre, pero estos terminaban en unas "manos" de dragón con garras tan afiladas y tan grandes como espadas cortas; la mitad inferior de su cuerpo todavía estaba bajo tierra en lo que antes solía ser el edificio central del fuerte de Drumrock. Era una imagen imponente en verdad.

El monstruo alzó uno de sus brazos y dio un manotazo hacia el suelo, en el momento en que su mano dracónica impactó el suelo, éste se estremeció y casi hace que Elizabeth pierda el equilibrio. Apoyándose con su mano, el monstruo hizo fuerza para salir del agujero en donde estaba enterrado hasta la cintura. Fue en ese momento cuando la parte inferior de su cuerpo se dejó ver, tenía unas patas musculosas que acababan en unas pezuñas de apariencia rocosa. Las partes de cuerpo parecían haber sido escogidas al azar, la criatura misma era como una amalgama de muchas otras especies.

—Uff, eso sí que estuvo movido, creo que ese fue el último de los caballos... de verdad no quería causar tantos destrozos, pero ese tipo de antes que lanzó lo rayos parecía problemático, mejor acabo con esto rápidamente antes de que todo este alboroto llame la atención de alguien más —reflexionó el monstruo en voz alta.

Elizabeth todavía estaba tratando de asimilar todo esto, ¿el último caballo? ¿Esta cosa había devorado a todos los corceles? Esta no era la forma de actuar de un animal, el monstruo frente a ella claramente seguía un plan, les había arrebatado su única forma de escape; ahora que no tenían a sus corceles se les haría más difícil huir.

—Supongo que tú eres la que sigue niña, no es nada personal.

La bestia levantó su garra izquierda y comenzó a acercarse lentamente hacía Elizabeth. La joven estaba paralizada en el sitio, no podía mover ni un musculo. Poco a poco el monstruo se fue acercando cada vez más, sus pisadas hacían que la tierra temblara, Elizabeth podía sentir el fétido olor a sangre que emanaba de la criatura. El monstruo ya casi había llegado hacia ella... solo le faltaban unos metros. De pronto, se escuchó un estruendo desde lo profundo de la bruma, un rayo salió disparado directamente desde la nada y se dirigió hacia el enorme monstruo. La gigantesca bestia reaccionó rápidamente y dio un salto hacia atrás para esquivarlo, era impresionante que una criatura de semejante tamaño pudiera moverse tan rápido.

—¡Elizabeth!

Se escuchó un grito que venía de la misma dirección de donde había salido el rayo, era Michael y estaba acompañado de Graham, Bryson, Gregor y otros tres soldados del escuadrón; eran siete en total.

—¡Michael! —dijo Elizabeth, mientras corría a abrazar a su hermano.

Michael rodeó a su pequeña hermanita con sus brazos, se dio cuenta de que Elizabeth estaba sangrando por la cabeza.

—Elizabeth... esta sangre...

—No te preocupes, estoy bien, solo tengo un pequeño corte... la mayoría de la sangre es de un caballo que ese monstruo se comió... dice que los mató a todos.

—¿Monstruo?

Bryson estaba confundido, cuando se fijó a lo lejos pudo distinguir una enorme silueta negra a través de la bruma. La silueta fue avanzando hasta que la apariencia completa de la criatura fue visible una vez más.