capítulo 1

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Ahora que él era él dueño de mi alma, sabia que se avecinaban problemas, Pero estaba dispuesto a asumir cualquier castigo.

- sabes que es un error - una voz tan cálida, y llena de amor en sus palabras invadieron la habitación, y con ella un esplendor en él techo de la habitación, dando vista a un ángel, Los odiaba, ellos tenían la oportunidad de amar, de sentir, y de ser amados.

- Lo se, se viene lo difícil - dije caminando hacia una pequeña sala que había en la habitación de aquel frío hospital - Imagino que eres su ángel guardián - me senté sin dejar de verlo cruzandome de brazos- debes agradecer a tu Dios de que me halla ligado a él, si no, ahora mismo no tendrías la oportunidad de estar a su lado.

Él no contesto nada, seguía flotando sobre la cuna del recién nacido, y me miraba con compasión.

- sabes que sera difícil estar a su lado ¿verdad? - asentí mostrando mis colmillos ahora con un tamaño menor, pero seguían ahí, aun no me acostumbra a no tener mis alas, y no podía estar de pie tanto tiempo.

- supongo que ahora seremos compañeros, lo cuidaremos ambos - un pequeño resplandor lo cubrió, y este mismo Caminaba con normalidad hacia mi.- llámame Miguel - hizo una reverencia.

- soy Cedric.

Ocho meses después.

- sera un problema para ti, pero debe hacerse - explico Miguel cruzado de brazos frente al ahora mas inquieto Jack.

- ¡me niego! - exlame Haciendo que mi espalda ardiera en llamas.

- sólo estas pensando en ti, tu podrás estar cerca de él aun si lo bautizan, será difícil pero lo harás, y así estará protegido de otros demonios ¿ lo entiendes?

- no, la verdad es que no, y no me harás cambiar de opinión ¡no lo necesita!

- ¿Quieres que te alejen de él?- lo mire asustado, ¿eran capaces?

- no lo harían - negué no muy seguro de mis palabras sin dejar de mirarlo alarmado.

- en tu existencia no haz echo cosas buenas ¿porque tenerte compasión?- explicó con él semblante serio, y cruzado de brazos- y obviamente preferirán que yo lo cuide sólo - lo que odiaba de los ángeles es que por ser celestiales llegaban a ser unos engreídos.

Mire a jack, quien jugaba con sus pies y reía, su madre estaba a su lado, él ángel de su madre la miraba con amor, sin tomar en cuanta nuestra presencia, mientras nosotros estábamos frente a ellos.

Suspire frustrado apagando las llamas que salían de mi espalda.

- Esta bien - dije dando la media vuelta para no ver como Miguel tocaba la frente de la madre de Jack para implantar la idea del bautizo.

Esa sensación de nuevo, sentía mis pies arder, estos fueron haciéndose mas pequeños, mas humanos y menos deformes.

Cada vez que hacia algo bueno por mi amado Jack, me volvía mas humano, eso me asustaba, ya que un día terminaría muriendo.

Él amor es él mayor enemigo de un demonio.

Es por eso que asusta la idea y tratamos de acabar con él, pero pudo conmigo.

- lo lamento, pero así deben ser las cosas - dijo Miguel Acercándose a mi y percatándose de mi cambio - él amar es un castigo para ustedes, mientras para nosotros es la vida misma, yo lo seguiré viendo a pesar de su muerte, y estará conmigo en alma, en cambio tu, Tendrás que sufrir la eternidad sin él.

Odiaba tanto los sentimientos, odiaba sentirme de esta manera, con temor, y ganas de morir, quería estar a su lado toda la eternidad.

Años después.
Jack había llegado a una edad "pura" en la que llego poder vernos, su mama decia que tenia amigos imaginarios, nos llamaba sapo y chico guapo.

Miraba al inquieto Jack tomar las cosas de su madre, mientras corría con diversión siendo perseguido por ella.

Sonreí al ver su resplandeciente sonrisa inocente.

La sonrisa de ambos se desapareció al escuchar la puerta de la entrada abrir y cerrar con fuerza.

- Jack ve a jugar a la habitación y no salgas - le dijo su madre y Jack corrió algo alarmado a su habitación.

- Carmen - la voz del ebrio y violento padre de Jack retumbó en la habitación, yo seguí a mi pequeño Jack hasta su habitación.

- Cedric tengo miedo - me dijo dentro del armario tomando sus rodillas.

- Descuida, mamá estará bien y yo estoy aquí contigo - el miraba un punto fijo de la habitación luego asistió. Pensé en acariciar su cabello, pero me detuve

Gabriel nos miraba desde la cama, con una leve sonrisa.

- ¿Les parece si cantamos?- sugirió el con amor en su voz acercándose a él y sentándose a su lado.

Gabriel comenzó a tardadear una canción y Jack se recostó en su hombro dormitando.

Afuera los quejidos de su madre se escuchaban, sin embargo Jack ya estaba dormido.

- Cedric, llegó el momento de hablar de algo importante - dijo Gabriel recostando a Jack en el suelo y mirándome con seriedad.

- ¿Sobre que?- me puse de pie junto con el y salimos de la habitación flotando hacia la calle alejándonos del estruendo que el padre de Jack hacia.

- Jack está creciendo y su consciencia es más madura, no podemos seguir presentándonos ante el - Lo mire algo molesto señalando como su padre tenía a su madre en el suelo casi a punto de morir.

- ¿pretendes que lo deje así?- dije con cierta ironía negando.

- No lo dejaras del todo, solo no podrás presentarte más ante el, debe crecer como un niño normal, te prometo que podrías presentarte ante el de otra forma - Insistió tomando mi hombro, suspiré agobiado.

- ¿Que harán respecto a eso? - mire a los padres de Jack.

- Romeo ya se encarga - aseguro refiriéndose al ángel de la madre de Jack - Lo lamento por tu compañero, el será castigado - se refería a quien había manipulado a el padre de Jack.

- no me interesa ese diablillo, solo me interesa el bienestar de Jack - Mire a su habitación la cual estaba a oscuras.

- Entiendo - sonrió el y yo desvíe la vista.

Hasta ahora había podido interactúar con Jack, y sus padres pensaban que éramos amigos imaginarios, pero ahora ya no podría hablar con el más.

El demonio que se enamoró [Yaoi\ Gay ] ( EMISIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora