—¿Cuál es el nombre del planeta en el que está sonando esta voz? —dijo el alienígena que costaba más distinguir si era real o no.
Habían pasado 37 minutos, en ellos encontramos dos botones con preguntas falsas, fueron el doble de complicadas que las anteriores y por ello las fallé. ¿Cómo iba a saber yo si era falsa la pregunta de cuál era el nombre del último experimento de esos aliens? Leí un nombre extraño en uno de los muros y creí que era la respuesta para una pregunta.
Los espíritus me estaban guiando mal a posta, por lo cual empecé a ignorarlos y a seguir mi propio instinto.
—No tiene nombre porque es falso
—contesté un poco insegura de si era cierto o no.—Correcto.
En vez de dasaparecer, el muró descendió hacia abajo y se enterró bajo tierra. Seguí caminando.
—¿Cómo lo supiste? —me preguntó Nelson en un tono curioso, algo sorprendido.
—"La dejarás libre en la TIERRA y ninguno de nosotros tendrá el derecho de tan siquiera tocarla o observarla" —le pegué flojo en el hombro con el puño—. ¿Crees que soy tan tonta como para no saber lo que significa eso? Además que cada vez que tú y el señor anciano ibáis a decir algo sobre que el planeta no es real, no terminábais la frase —Nelson no contestó—, aunque bueno, eso de "tocarla o observarla" me parte la coherencia, ¿qué hicisteis exactamente?
—Sigo sin saber como lo adivinaste, este podría ser un planeta cualquiera, y ya sabes que no puedo contarte nada.
Resoplé y seguí buscando otro botón. Yo tampoco supe como lo adiviné, solamente pensé que si hubiera vida en otros planetas, no estaría completamente desierto, ni habría humanos diciendo que en la Tierra quedaban 200.000 de mi especie, si supuestamente esto no era la Tierra, ¿por qué lo mencionaría aquel señor? Para hacerme creer que esto es la tierra.
El siguiente botón no me costó demasiado encontrarlo, solo tuve que girar tres veces a la derecha guiándome por donde sería probable que estuviera.
Pulsé el botón.
—¿Cuántos de los 12 planetas son falsos?
No sabía si era real o no esa pregunta por el tono de voz, pero seguía a la pregunta anterior, por lo cual tenía que serlo.
Esa pregunta ya me la había planteado hace rato. Por que no tuve que pensar demasiado. Acabé descubriendo que los aliens habían influido en que hubiesen 12 planetas en total, porque ellos los crearon, ya que deberían de ser solo 8, no comprendía bien porqué hicieron aquello, pero suponí que si acertaba esta pregunta, Nelson me contaría más.
—Cuatro son falsos.
—Correcto.
Me aplaudí a mi misma y tiré a Nelson del brazo para que fuera a mi lado.
—¿Por qué crearon planetas falsos tus amiguitos? —le pregunté al alien con cara de humano.
—Bueno, acertaste así que supongo que te puedo contar algo sobre eso
—respondió Nelson con vaga voz-. Llevamos 20 años investigando quien tiene el poder alienígena de regenerar nuestro planeta, el cual fue invadido por un enemigo de tecnología superior proveniente de otra galaxia que quería hacerse con todos los planetas del universo. Entonces al ser nuestro planeta el más pequeño, lo vio inservible y lo destruyó. Nos vimos obligados a abastecernos en la tierra viviendo bajo el subsuelo y a disfrazarnos de humanos cuando salíamos al exterior, mientras construíamos los planetas. Al parecer algunos restos de nuestro planeta traspasaron las capas de la tierra disolviéndose en una especie de materia poderosa que había oculta bajo tierra, la cual alcanzó a algunos seres humanos proporcionándole así poderes extraños como los que tienes tú.»Con nuestra tecnología que pudimos modificar más aún gracias a esos poderes, conseguimos crear 4 planetas falsos en los que transladar e investigar a los humanos sospechosos de tener ese poder, tú eras uno de ellos y me encargaron a mi vigilarte a través de pantallas desde que naciste.
—¿Y cómo me podías ver si no-
—Con mini drones que tenían la opción de invisibilidad entre realidades—me cortó él adivinando mi pregunta—, ni tu vista superdotada podía ser capaz de detectarlos.
Me quedé sin palabras, no sabía que más preguntar a pesar de que tenía centenares de preguntas viajando por mi mente de un lado a otro.
—Sé todo de ti Janís —seguía diciendo Nelson mirándome mientras yo caminaba evitando su mirada—, lo que haces nada más levantarte, cuántos terrones de azúcar te echas en el café de la mañana, qué zapatos llevas para cada ocasión, cuántas plantas se te han muerto y cuántas has comprado, las veces que has llorado, las veces que has sonreído, todos los sitios a los que has ido, el echo de porqué siempre escoges una caña de color azul para tomarte un refresco, el porqué no soportas que te griten, ni aguantas mirando el color blanco por más de 10 segundos, no te gusta la pizza porque odias el sabor de la masa, tampoco te gusta la ensalada porque te parece ridículo comerte una planta, también sé que hace unos segundos no me mirabas para no darme el placer de observar tus ojos por orgullo... y podría seguir pero no quiero aburrirte.
Me detuve sin darme cuenta olvidando mi orgullo de no mirarle a los ojos, y me percaté de que tenía la boca abierta por todo lo que sabía de mi que yo hacía inconscientemente.
—Ya sé porque puedes ver el espacio Janís, las estrellas de tu mirada llaman a las que hay en el cielo.
Sonreí vacilando y me hice la fuerte ante sus palabras que estaban a punto de hacerme llorar, dado que nunca nadie me había dicho algo tan bonito, y que encima ese alguien, ni fuese humano.
—Quedan 40 minutos para que finalice la prueba —dijo la misma voz robótica que sonó hace varios minutos.
Miré con los ojos muy abiertos a Nelson, él rió por mi expresión y salí corriendo.
Exasperada y con movimientos de nerviosismo, encontré el botón en menos de 10 minutos por mi acelerón recorriendo medio laberinto, aún me quedaban las prácticas de cuando iba a atletismo.
—¿Cuál es el nombre del ser que destruyó el planeta de los creadores de este mundo?
No lo pensé dos veces, la voz era real, pero no sabía la respuesta.
—¡Nelson ayúdame! —le dije algo desesperada por el tiempo—. ¡No tengo ni idea, joder!
—Acrantor —escuché decir al espíritu que siempre me seguía.
—No puedo Janís —se negó él alzando los brazos.
Me planteé unos segundos en si confiar en lo que decía el espíritu porque antes algunos de los suyos se equivocaron de camino, pero no tenía otra opción, miré a la cámara.
—Su nombre es Acrantor.
Nelson pegó un grito de sorpresa. Por un momento pareció una niña a la que le habían comprado un juguete nuevo.
—Correcto —dijo la voz a la vez que desaparecía el muro.
—Impresionante, my lady —soltó Nelson detrás de mi—, pero yo soy más listo —ahí estaba su voz de creído.
—Cierra la boca maldito alien superdotado.
—¿Y cómo lo supiste? —me preguntó él de nuevo, con el mismo tono que ponen los aliens curiosos.
—Yo también sé ocultar secretos.
Nelson viró los ojos suspirando y yo seguí corriendo.
Encontré otro botón que pulsé y por desgracia no conseguí descifrar si era falso o no, por lo cual me gané un -1 en la espalda, era el tercero que conseguía, pero los otros dos se eliminaron al acertar las dos preguntas de antes.
De repente todo empezó a temblar y a derrumbarse, antes de que me cayera al vacío mientras el suelo se partía y caía hacia la oscuridad que había debajo, Nelson me abrazó fuerte por la espalda para que no me separara de él.
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Más allá de las estrellas: El Poder De Estar Juntos.
Science Fiction#ShadowAwards Mejor portada #Mils&Mila 2do lugar Una chica con poderes extraños, da un salto en el tiempo que en su creencia le lleva a un futuro lejano donde casi se ha extinguido la raza humana, ya que un virus los ha transformado en seres horribl...