Eres todo lo que quiero

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N/a: Me di cuenta de que el OS anterior le gustó a muchos, de hecho he decido hacer una segunda parte, no lo tenía planeado, de hecho se debe a que un usuario comento que necesitaba más de eso, así que estoy trabajando en ello, este OS no es la segunda parte del anterior, estaba viendo Moby Dick con mi amado Charlie Cox como el protagonista, escuche una frase y me inspire xD, lo escribí primero en mi libreta y para mi sorpresa creo que este quedo mejor que los anteriores, espero que les guste .

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La Revolución Androide había marcado la historia, desde que su compañero de plástico presentaba emociones debido a la divergencia trataba de ser menos déspota, por eso estaba en ese bar esa noche, durante una discusión hirió los sentimientos de Connor, pero le es difícil cambiar lo que era: "Un viejo y alcohólico gruñón con tendencias suicidas postraumáticas", según lo había descrito Connor, el androide siempre había sido honesto, dependiendo de la situación, pero a partir de su divergencia comenzaron los verdaderos líos.

-¡Otra!- golpeó el tarro de cerveza contra la tarima de aquel bar de mala muerte.

-Teniente Anderson, creo que ya está bastante ebrio, vaya a casa- sugirió el barman mientras limpiaba algunos vasos.

-Este bar sigue a flote gracias a mi- dijo mientras observaba la madera de pino de la tarima, parecía orgulloso pero era todo lo contrario, Jimmy soltó una risa seca- ¡Dame Otra!- exigió golpeando nuevamente la tarima pero esta vez con el puño.

- Apuesto a que me multará si no le doy otra- Jimmy soltó un suspiro exasperado mientras rellenaba el vaso del teniente.

- No soy reparte multas, carajo- dijo hipando mientras le daba un sorbo al vaso- Pero gracias- alzó levemente el tarro mientras un leve ardor al que ya estaba acostumbrado le raspaba la garganta.

- No me de las gracias, esto realmente no es ayuda- respondió el barman mientras limpiaba cerveza que algún cliente había dejado caer sobre la barra, alzó el rostro y observó a alguien más allá de Hank- Creí que no vendría por ti está vez, tardo más se lo usual- el teniente giro levemente la cabeza observando discretamente de reojo a Connor.

-Mierda, Joder- exclamó en voz baja frustrado mientras se acababa la cerveza se un sólo trago.

-Teniente- Lo llamo Connor con frialdad, la actitud del androide le molestaba- Ya es tarde y está demasiado ebrio, lo llevaré a casa- informó el castaño y se llevó a Hank a duras penas, quien sorpresivamente  no se opuso.

Al llegar Connor abrió la puerta y ambos fueron recibidos por un San Bernardo ansioso, el androide palmeo la cabeza del perro mientras Sumo movía su cola se un lado a otro, con dificultad subió las escaleras, habían remodelado la casa.

Técnicamente arrastraba al teniente cuesta arriba, entro al baño, lo metió en la tina y abrió la regadera, el mayor se sobresalto al sentir el agua helada sobre su acalorado cuerpo, Connor busco una toalla y se la ofreció, el teniente la tomo con la mirada perdida en los lunares del rostro del androide- ¿Qué haces aquí Connor?- interrogó Hank estando más sobrio.

- No entiendo a que se refiere Hank- respondió el androide confundido.

- Podrías hacer cualquier cosa, lo que quisieras, ir a donde quieras ¿Qué haces aquí con un viejo y alcohólico gruñón con tendencias suicidas postraumáticas?-  el teniente replanteo su pregunta citando la descripción que Connor hizo sobre él, haciendo sentir al androide un poco culpable.

-Por que quiero- respondió observando fijamente los ojos azules de Hank, esos que miraban con rencor cualquier cosa que se moviera, entendiendo por fin, que su rencor no iba dirigido a nadie, sino a él teniente mismo.

-Esa no es una respuesta- sentenció Hank- ¡No es una puta respuesta!- golpeó la tina provocando un ruido sordo.

-Tal vez vi algo en usted que nadie más ha visto- No sólo Hank se sorprendió dé la sincera respuesta, el androide también, sólo observando los pozos azules del teniente pudo responder, desde que se había deshecho del anillo sobre su sien, para Hank era difícil saber sobre que se debatía.

-¿Así?- pregunto con ingenuidad el mayor, pero aquello era sólo un pequeño atisbo de lo que realmente sentía - ¿Qué ves en un viejo como Yo?- interrogó temeroso, para que mentir, esperaba la respuesta del androide con ansiedad.

-Yo veo todo lo que fue y lo que ahora es, una llama que no se ha extinguido, en sus ojos veo un rumbo fijo, quiero seguirlo- susurróel androide avergonzado mientras un tono violeta cubría sus mejillas, el teniente tomo su mano con suavidad.

-Pero soy menos de lo que mereces- Hank beso la mano del androide mientras que el agua de la ducha disimulada bien sus lágrimas.

- Eres todo lo que quiero Hank- Connor acuñó el rostro húmedo del teniente y le beso dulce y lentamente, la ansiedad de sus bocas se encontró, la  principiante jovialidad  y la destreza y experiencia del mayor, se deshicieron de sus ropas y por primera vez sus cuerpos se fundieron debajo de una tormenta, ya no había espacio para secretos, la verdad los había alcanzado, ¿ para qué seguir mintiendo?, si sus cuerpos y el alcohol eran honestos, el amor los consumia desde dentro y finalmente los incinero.

FIN

Detroit: Become Human O•SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora