6- Cosas buenas

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Me desperté y miré el reloj -algo cansada- eran las 4 de la mañana. Abrí los ojos atónita, sí que tenía sueño, me sentí como un oso hibernando.

Me senté, me sobé la cabeza y todo lo que pasó ayer y hoy, volvió como un huracán.

Todavía faltaba para que se llevará a cabo la fiesta de Alice, pero simplemente ese tema era como un chicle que se pegaba a mi mente y no se podía ir.

Tantas cosas buenas en tan poco tiempo, era como una navidad en septiembre, en ese momento pensé en lo peor.

¿Y si nos invitaron para hacernos una broma de mal gusto?

¿O qué tal que no hubiera fiesta y nos quisieran humillar?

A mis amigos, mis MEJORES amigos nadie los va a humillar, si tal era el caso, tendrían que pasar por mí .

Lo peor se me pasaba por mi cabecita, no lograba aceptar que una de las chicas más populares nos invitará.

No tenía mucho sueño, había dormido 11 horas y eso era suficiente, más que suficiente.

Decidí prender la luz y tomar la novela del afamado Stephen King, "Cementerio de animales".

Soy una persona algo paradójica, ya que me fascina leer cuentos y novelas de terror, mas no ver películas de terror.

Estas últimas me producen mucho miedo y si veo alguna no puedo dormir por días y tengo pesadillas por meses.

Stephen King sumerge a los lectores en una tensa y terrorífica atmósfera, lo cual a mí personalmente me encanta.

Pude acabarme la novela, realmente buena e intrigante.

Al mirar la hora, observo qué son las 6 de la mañana, mi estómago ruega por comida, rugiendo como un tigre y no puedo contradecirlo, también siento demasiada hambre.

Bajo las escaleras de manera callada y disimulada. Al llegar a la cocina, miró cual podría ser mi temprano desayuno.

Después de analizar qué me gustaría degustar, me decidí por unos Fruity Pebbles.

Después de servirlos en el plato, pongo la leche, tomo una cuchara y me voy corriendo a mi cuarto.

Miro mis redes sociales, mientras mastico esos cereales con sabor a fruta artificial tan deliciosos.

Unos minutos después, me encuentro en esos momentos en que no sabes qué hacer y tienes una crisis existencial.

Desearía llamar a alguno de mis amigos y conversar de temas sin sentido hasta la hora en qué realmente me tengo que despertar.

Siento ganas de relajarme y despertarme realmente, sí, me levanté a las 4 de la mañana y ya llevo dos horas despierta, por lo que es ilógico que diga que no estoy 100% despierta.

Pero todo este tiempo, he estado semi consciente de lo que he hecho, ya que siempre necesito algo de agua para resurgir tal como un fénix de las cenizas.

Entré al baño y abrí la llave, justo después de esto, cierro los ojos y me dejo abrazar por el agua.

Amo bañarme, esa sensación de tranquilidad y relajación, en la que solo se encuentra uno mismo y nadie más.

Al finalizar, me pongo la ropa y me recuesto.

Una media hora después, se despierta mi padre, al verme levantada y bañada se sorprende, me ofrece un beso y baja a leer el periódico con su habitual taza de café con leche.

(...)

Me hallo en la clase de física algo aburrida. Solo faltan 5 minutos para que termine, pero con este profesor los minutos parecen horas.

Una playa en Francia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora