Mi despertador suena por toda la habitación y cuando consigo apagarlo me caigo de la cama enrollada en las sabanas. Por si no lo sabéis, odio levantarme temprano y más cuando estoy de vacaciones. Hace unas semanas nos dieron las vacaciones de verano en la universidad, yo estudio magisterio y voy en segundo año.
No me gustan las vacaciones de verano, siempre las pasaba con mis padres viajando a muchos sitios, pero desde que no están lo único que hago es estar en casa y salir a alguna que otra fiesta con mis amigos. Mis padres murieron en un accidente de coche hace cuatro años y en verano me siento más sola aún sin ellos.
Me llamo Ever Valdés, tengo 20 años, el pelo castaño claro y liso, los ojos azules y me considero alta, midiendo 1'68.
Me levanto del suelo a regañadientes, voy al baño a hacer mis necesidades y a darme una ducha rápida, cuando salgo me pongo un short roto, una camiseta holgada y mis vans negras. Me seco el pelo rápidamente y salgo de mi habitación. Al bajar las escaleras veo a Anne trabajando en el salón con su ordenador.
Anne es una mujer encantadora y muy cariñosa, era la mejor amiga de mi madre cuando esta estaba viva. Yo vivo con ella en su casa desde que mis padre murieron. En ese entonces yo tenía 16 años y necesitaba un tutor legal, por lo que ella se hizo cargo de mi. Ahora que tengo 20 años y puedo vivir perfectamente sola con la fortuna que mis padres me dejaron, sigo viviendo con ella porque la quiero y no quiero dejarla sola, al igual que ella no quiere que me vaya de su casa. Saludo a Anne con un beso en la mejilla y me voy a la cocina a hacerme el desayuno.
Cuando termino de comer mis cereales dejo la taza en el fregadero y salgo de la cocina, Anne aún sigue en el mismo sitio trabajando.
- Vas a salir, cielo?- dice Anne mirándome.
- Si, he quedado con las chicas en el centro comercial - digo y me dirijo a la puerta para salir.
- Se me había olvidado comentarte que mis hijos llegan mañana de Nueva York - dice y yo frunzo el ceño.
- Vienen de vacaciones? - pregunto sorprendida. Que yo recuerde nunca han venido de vacaciones desde que están fuera. En realidad no los conozco, solo sé lo que Anne me cuenta de ellos.
- No, cielo - dice Anne con una pequeña risita - Como ya han terminado la universidad, regresarán a casa.
- Ah, pues me parece genial- digo mirando la hora en mi reloj- me voy que llegaré tarde, adiós.
- Adiós cielo - la oigo decir cuando cierro la puerta de la entrada.
(*)
Cuando llego al centro comercial, veo a mis amigas en la puerta de este, esperándome. Mis mejores amigas se llaman Sofía Martin y Zoe García. Sofía es mi mejor amiga desde los ocho años y podemos decir que Zoe llego unos años después cuando teníamos catorce. Sofía es rubia, tiene los ojos entre azules y verdes, es delgada y alta; mientras que Zoe tiene el pelo y los ojos marrones, también es delgada pero no es tan alta como Sofía.
Cuando me acerco a ella me saludan con un abrazo.
- Tía, el día que llegues puntual haremos una fiesta para celebrarlo- dice Sofía y ambas se ríen de mi.
- Dejadme en paz, ya sabéis que lo mío no es ser puntual- digo haciendo un puchero- Además, la culpa la tiene Anne que me dijo algo y por eso me retrasé.
- Que te dijo? - pregunta Zoe curiosa.
- Me dijo que sus hijos regresaban mañana a casa.
- Y a que vienen? - dicen las dos al unisono mientras yo me rio de ellas.
- Ya han acabado la universidad en Nueva York y ahora regresan a casa.
- ¿Los conoces?¿Son guapos? - pregunta Zoe con una gran sonrisa.
- No, no los conozco. Solo sé que se llaman Lucas y Max, además, Anne casi no me cuenta nada de ellos. Creo que está un poco distanciada de ellos.
- Zoe, a ti que más te da si ya tienes novio - le dice Sofía divertida.
- Aunque tenga novio también tengo ojos en la cara para mirar a los tíos guapos - dice Zoe cruzándose de brazos.
- Y quién dice que sean guapos, Ever no los conoce, a lo mejor son muy feos - dice Sofía, yo me llevo las manos a la cabeza a causa de la pequeña discusión que tienen mis dos amigas.
- Bueno, como sea - digo haciendo que las dos me miren - A que hemos venido?
- A nada en especial, es que con los chicos en casa todo el día no podemos hablar de nuestras cosas - dice Sofía haciendo un puchero.
- Entonces que hacemos? - pregunto un poco aburrida.
- Yo quiero un helado - dice Zoe.
- Pues vamos.
Entramos en el centro comercial y nos dirigimos a la heladería que hay en el tercer piso. Nos sentamos en una de las mesas esperando que algún camarero nos atienda. Después de cinco minutos, un chico alto de ojos verdes se acerca a nuestra mesa.
- Que desean tomar, señoritas? - nos pregunta con una sonrisa coqueta.
- Yo quiero un helado de vainilla con virutas de chocolate y trozos de oreo por arriba - le digo al chico. Este me sonríe de inmediato.
- Yo quiero un helado de menta con virutas de colores - dice Sofía.
- A mi traeme un helado de fresa con trozos de fresa por arriba - le dice Zoe al camarero con una sonrisa.
El camarero se va y vuelve cinco minutos después con nuestros helados. Empezamos a comer mientras hablamos de nuestras cosas.
- Alain está muy raro últimamente - empieza a decir Sofía. Alain es el novio de Sofía desde hace dos años, los dos se aman muchísimo, pero como todas las parejas ellos también tienen sus problemas - no me quiere decir la razón, pero sé perfectamente que es por lo de sus padres.
- Siguen pensando en divorciarse? - pregunto un poco apenada.
- Si, y no sé qué hacer para que Alain se sienta bien.
- No debes hacer nada, son problemas que tiene que solucionar solo - le digo a Sofía.
- Ya, pero me duele verlo triste.
- Son sus padres, siempre le va a doler que se divorcien.
Después de charlar con las chicas sobre algunas cosas más, decidimos volver a casa. Me despido de ellas y vuelvo caminado a casa, pues el centro comercial está cerca de la casa de Anne. En el camino de vuelta no puedo evitar pasar por delante de la casa en la que solía vivir con mis padres y mis lágrimas amenazan con salir. La casa ahora es mía pero se me hace imposible vivir en ella debido a todos los recuerdos con mis padres. A veces, cuando me siento sola, vengo y paso largas horas llorando en la que solía ser la habitación de ellos.
Sigo caminado por la acera hasta llegar a la que es ahora mi casa. La casa es enorme, aunque por fuera parezca más o menos como las demás, por dentro tiene un gran salón con una televisión pantalla plana, una mesa de centro y un gran sofá con dos sillones a cada lado. A la izquierda hay dos puertas, una al lado de la otra, que por supuesto son la cocina y el comedor. A la derecha, hay una enorme escalera que lleva a las habitaciones, al lado de la escalera hay un gran ventanal con una puerta corrediza que lleva al enorme jardín, donde no es muy difícil ver la enorme piscina. Debajo de la escalera hay una puerta que lleva al garaje.
Entro a la cocina que está desierta, me acerco al refrigerador y veo una nota de Anne pegada: "Cielo, he tenido que salir por un problema, tienes la cena en el refrigerador. Nos vemos mañana". Echo la nota a la basura, me sirvo un vaso de leche, me voy a mi habitación y me tumbo en la cama bebiendo la leche. Empiezo a pensar en todo lo que he hecho hoy y lo que me ha dicho Anne, sus hijos vienen mañana y tengo la sensación de que con ellos aquí, este verano será muy diferente a los anteriores. Creo que mañana será un día muy largo, pienso antes de quedarme dormida.
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Un Verano Diferente
RomanceEver Valdés es una chica de 20 años que lo tiene todo pero a la vez no tiene nada. Sus padres murieron hace 4 años en un accidente de coche dejándole su fortuna. Aunque ahora vive con la mejor amiga de su madre, Anne, aún sigue sufriendo por la perd...