Capítulo 2

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El timbre de casa suena una y otra vez obligándome a levantarme de mala gana. Salgo de mi habitación aún en pijama dispuesta a abrir la puerta pero cuando llego a las escaleras veo a Anne, que me mira de forma divertida por mi aspecto y a dos chicos, uno me mira de forma burlona y el otro me mira de manera seria. No quiero saber como me veo ahora mismo, seguro que hecha un desastre, con el pelo alborotado y todo lo demás.

Bajo las escaleras sin importarme sus miradas y Anne se acerca a mi.

- Cielo, estos son mis hijos, Lucas y Max – los presenta y yo los miro a los dos.

Max tiene el pelo castaño peinado hacia atrás, sus ojos son una mezcla de azul con gris, es bastante alto.

Por otro lado, Lucas tiene los ojos muy azules, su pelo es rubio teñido, ya que tiene las puntas rubias y el resto del pelo castaño oscuro y es un poco más alto que Max, pero casi no se nota la diferencia. A decir verdad, los dos son condenadamente guapos.

Max se acerca a mi y me saluda.

- Hola, mucho gusto, soy Max – me dice presentándose él mismo con una sonrisa y me saluda con la mano – Y este es mi hermano Lucas, te lo presento yo porque estoy seguro que él no dirá absolutamente nada – dice mirando a su hermano y este bufa mirando mal a Max. Noto cierta tensión entre los hermanos.

- Yo soy Ever – digo un poco incomoda.

Anne nos interrumpe diciéndole a los chicos que lleven sus maletas a la habitación y después que bajen a desayunar. Los chicos ocuparán sus antiguas habitaciones. La habitación de Lucas está enfrente de la mía y la de Max está al lado de la de Lucas.

Yo me dirijo a la cocina, hago mi desayuno y me siento en un taburete al lado de la isla de la cocina empezando a comer mis cereales con leche. Diez minutos después bajan Lucas y Max, Anne les sirve el desayuno y empiezan a comer también.

- Chicos, ahora que estáis los tres juntos, tengo que deciros algo – dice Anne un poco nerviosa y nosotros ponemos nuestra atención en ella – Tengo que marcharme de viaje por algunos meses, no sé muy bien cuantos – continua diciendo mientras yo me atraganto con mis cereales y empiezo a toser. Bebo un poco de zumo de naranja para recuperarme.

Genial, ahora tendré que pasar el verano viviendo sola con estos dos.

- Y nosotros viviremos solos? - pregunto con un poco de miedo. Sé la respuesta pero no la quiero escuchar en voz alta.

- Cariño, ya sois mayorcitos para que viváis solos sin que pase nada – me dice Anne entre risas – Además, podéis llamarme cuando queráis.

Aunque seamos "mayorcitos" como dice ella, a mi no me convence para nada la idea de vivir sola con dos chicos completamente extraños para mi. Es decir, no pienso que sean malos chicos ni nada de eso, es solo que no los conozco en absoluto.

- Tranquila, no te haremos nada que tú no quieras – me dice Max riéndose y moviendo las cejas de arriba abajo. Yo lo miro mal. Anne le da una colleja y este deja de reír inmediatamente.

- Max por favor, comportate– le dice su madre – No quiero que molestes a Ever con tus tonterías, me escuchaste. Dios, no has cambiado nada – dice llevándose las manos a la cabeza – Max siempre ha sido un chico coqueto y mujeriego con las chicas y veo que aún lo sigue siendo. En cambio Lucas era más tranquilo y no giraba la cabeza con cualquier chica que pasaba – me dice Anne a mi, sin importarle que sus hijos estén delante de ella – espero que eso siga siendo así – dice mirando a Lucas esta vez. Este solo se encoje de hombros.

- Anne, que sigo aquí – dice Max fingiendo estar molesto, pero su sonrisa lo delata. Se me hace bastante raro que no le llame "mamá" a Anne, es decir, es su madre no?. Decido ignorar eso y sigo comiendo mi desayuno.

Lucas en todo este tiempo no ha dicho ni una palabra, solo ha mirado la escena con su cara seria. Parece que no se lleva muy bien con Max y parece estar distanciado de su madre.

Cuando termino de desayunar subo a mi habitación para cambiarme, pues aún estoy en pijama. Me pongo unos pantalones largos ajustados, una blusa azul de manga por los codos y mis vans negras.

Bajo las escaleras y cuando estoy a punto de sentarme en el sofá suena el timbre. Maldigo internamente. Me acerco a la puerta y abro. Me sorprendo al ver a las chicas y a sus novios, Alain Hall e Ian Lahey, que también son mis amigos. Alain es mi amigo desde los diez años e Ian desde los doce. Alain tiene el pelo castaño oscuro, sus ojos son azules y es muy alto a decir verdad; Ian, por otro lado, es rubio con los ojos marrones y no es tan alto como Alain.

Saludo a todos, los dejo entrar e inmediatamente se sientan en el sofá.

- A que debo vuestra maravillosa visita? - pregunto sarcásticamente con una sonrisa.

- Hemos venido porque nos aburríamos en casa – dice Ian en broma.

- Vaya, solo me buscáis cuando os aburrís?

- No tía, son estos que te echan de menos – dice Sofía riéndose y me contagia su risa. Alain e Ian nos miran con una sonrisa.

- Y también queríamos conocer a tus hermanos – dice Zoe haciendo comillas con los dedos en "hermanos".

- Que no son mis hermanos, pesada.

- Bueno, da igual. Ahora sí puedes decirnos si son guapos?

- Eres un caso – digo rodando los ojos – no ves que está tu novio delante, Zoe.

- Si, pero el sabe que lo quiero – dice guiñándole un ojo a Ian haciendo que este se ría.

- Tía, contesta la pregunta de Zoe – dice Sofía curiosa.

- Pues si, son demasiado guapos.

- Lo sabía – dice Zoe entusiasmada.

- Quienes son esos chicos? - pregunta Alain curioso. Se me había olvidado decirle a los chicos sobre Lucas y Max.

- Son los hijos de Anne que ya han acabado la universidad y han vuelto a casa.

- Donde estaban estudiando? - pregunta Ian.

- En Nueva York.

- Me encanta ese lugar, deberíamos ir de viaje algún día todos juntos – dice Alain con una gran sonrisa. La verdad es que sería una gran aventura irnos de viaje todos juntos a Nueva York.

Cuando Zoe estaba por decir algo, aparece Max en lo alto de las escaleras y todos se giran para mirarlo. Creo que estoy a punto de mearme de la risa por la cara que han puesto mis amigas, tienen las dos la boca abierta mirando como baja las escaleras Max, como si fuera un modelo de revista. Las dos son muy exageradas a veces. Cuando Max llega hasta nosotros, se queda mirando raro a las chicas, estas al darse cuenta, se ponen serias de inmediato. Max se ríe y se presenta a mis amigos.

- Hola, soy Max – dice con una sonrisa y los saluda con la mano.

Un Verano DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora