Capítulo 7

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Mi móvil suena por toda la habitación. Media dormida intento cogerlo pero me caigo de la cama.

- Puta vida - digo entre dientes. Sinceramente, creo que tengo un problema con caerme de la cama. Siempre me pasa lo mismo.

Me levanto del suelo, cojo el móvil y miro la hora. Son las tres de la mañana. Miro quién estaba llamando y me sorprendo al ver que era Ian. Esta vez lo llamo yo y coge al momento.

- Eveerrr – dice Ian arrastrando las palabras.

- Ian, estás borracho? – pregunto seria – donde estás?

Este guarda silencio durante unos segundos y responde:

- En la puerta de tu casa – dice – me puedes abrir?

- Claro, enseguida bajo.

Salgo de la habitación, bajo las escaleras y me acerco a la puerta de entrada. Cuando la abro, Ian se cae hacia atrás, pues estaba sentado en el suelo apoyado en la puerta. Me rio de él. Este se queja y se levanta con mi ayuda.

- Que haces aquí? – pregunto ayudándole a entrar.

- La verdad es que no lo sé – dice mi amigo rascándose la cabeza pensativo. Está claro que mientras esté borracho no se va a acordar de nada.

Ian se sienta en el sofá y yo voy a la cocina a prepararle un café bien cargado para que se le pase un poco la borrachera. Pongo el café en el microondas para calentarlo y espero unos minutos a que termine, cuanto está listo salgo de la cocina con la taza de café en la mano y se la entrego a Ian, este duda unos segundos y termina cogiéndola y dándole un sorbo al café. Espero unos minutos para que el café le haga un poco de efecto y le pregunto:

- Me dices ahora que haces aquí?

- Cuando me fui por la tarde, paré en un bar a beber para desahogarme y cuando me dí cuenta ya era de noche y no quería volver a casa con los demás. No quiero ver a Zoe por ahora. Por eso estoy aquí, me puedo quedar a dormir?

- Ian, debes hablar con Zoe – le digo, este mira hacia otro lado – no desvíes la mirada. Sabes que tengo razón, además, ella estaba borracha y no se dió cuenta de lo que hacia. Y claro que puedes quedarte.

- Pues me da igual, estoy cansado ya de todo, siempre es ella la que se emborracha y hace cosas que no debe, y claro, después soy el que la tiene que perdonar, no?

Me quedo callada ante sus palabras. Ian tiene razón, no es la primera vez que pasa algo como esto, Zoe siempre acaba emborrachándose y haciendo cosas que no están bien, pero como Ian la quiere, siempre termina perdonándole.

Su relación es un poco rara a decir verdad, los dos se quieren pero siempre tienen muchos problemas y discusiones. Salgo de mis pensamientos y veo a Lucas en lo alto de la escalera con un pantalón de chándal y sin nada que cubra su pecho. Tengo que apartar la mirada para no babear con su cuerpo desnudo. Lucas se acerca a nosotros y dice:

- Ian, que haces aquí a estas horas?

- Me llamó borracho diciendo que estaba en la puerta de casa y que si le podía abrir – le explico a Lucas – y quiere quedarse a dormir.

- Enserio? – Ian asiente – no hay problema, tío – dice Lucas tocándole el hombro a Ian en forma de apoyo. La verdad es que Lucas me parece una buena persona, digo, es amable con mis amigos y yo, y se ha integrado bastante bien en nuestro grupo, su único problema aquí es Max que parece que no lo soporta. Ahora ya no es tan misterioso como era al principio.

Cojo la taza de café de la mesa de centro donde la dejó Ian y la llevo a la cocina. Cuando salgo, acompaño a Lucas e Ian hasta el segundo piso, yo me paro en la puerta de mi habitación y me despido de ellos. Lucas acompaña a Ian a una de las habitaciones de invitados. Me siento en la cama y mi móvil comienza a sonar otra vez, pero esta vez es Zoe.

Contesto la llamada.

-Ever – dice preocupada – no sé nada de Ian desde la tarde, sabes tú algo?

- Si, no te preocupes. Ha llegado hace un rato un poco borracho y me pidió quedarse a dormir.

Oigo como suspira del otro lado de la línea y también oigo la voz de Sofía.

- Ever? – dice Sofía.

- Si, soy yo.

- Esta idiota me ha tenido despierta hasta ahora esperando por Ian – dice Sofía de mal humor refiriéndose a Zoe. Escucho como Zoe protesta y no puedo evitar reírme.

- Bueno chicas, os dejo que me estoy muriendo de sueño – digo en un bostezo.

- Adiós – dicen y cuelgo. Miro la hora en mi móvil y son las cuatro de la mañana. Me acuesto en la cama y me quedo dormida rápidamente.

(*)

Los rayos del sol entran por la ventana y me levanto de mala gana. Voy al baño, hago mis necesidades y me ducho rápidamente, salgo envuelta en una toalla. Me pongo un short vaquero azul, una camiseta negra que pone "vogue" en letras plateadas y esta vez opto por mis converse blancas. Cuando estoy vestida, me seco el pelo y me hago una trenza.

Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina. Cuando entro por la puerta, me sorprendo al ver a Lucas preparando su desayuno. Está haciendo huevos revueltos con bacon y tocino, joder, huele de maravilla.

- Buenos días – saludo con una sonrisa tímida.

- Buenos días – me saluda de vuelta.

Me acerco a la estantería, cojo mis cereales favoritos, una taza y después voy al refrigerador a buscar la leche. Echo la leche en la taza y después los cereales. Me siento en una sille al lado de la isla de la cocina, empiezo a comer en silencio y cinco minutos después Lucas se sienta enfrente de mi. Pasan unos minutos y pregunto:

- Por qué os peleasteis Max y tú ayer?

- Por qué lo quieres saber? Acaso te importa? – me dice Lucas mirándome serio.

- Pues la verdad es que sí, soy demasiado curiosa.

- Ahh – dice riéndose. Es la primera vez que lo veo sonreír y tengo que admitir que tiene una sonrisa preciosa. Lucas me parece un poco bipolar,a veces está muy serio y otras le da por reírse como lo ha hecho ahora. La verdad es que me desconcierta bastante su forma de ser pero a la vez me gusta. Se levanta de su sitio, puesto que ya ha acabado su desayuno y deja el plato en el fregadero – es mejor que no lo sepas – dice y se va de la cocina.

- Pienso averiguar la razón – grito mientras observo como se marcha.

Termino de desayunar y voy a ver a Ian. Llego a la habitación de invitados y toco a la puerta. Escucho un "adelante" y entro.

- Hola – saludo a mi amigo – como estás?

- Creo que bien – me dice no muy convencido.

- Piensas volver al departamento con los chicos?

- No, no sé lo que haré, pero no pienso volver allí.

- Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras, vale?

- Gracias, de verdad. Por todo.

- Ian, eres mi amigo y te quiero – digo con una sonrisa – entonces, tienes decidido romper con ella?

- Si, no puedo perdonarle esta vez. Ya estoy harto de hacerlo.

- Pues tienes que decírselo, porque ella está esperando que le perdones.

- Ya lo sé, pero no quiero verla aún.

- Cuanto antes se lo digas, más rápido podrás olvidar todo lo sucedido – le digo con una sonrisa triste. Entiendo a Ian, ya no quiere ser el idiota que le perdona todo a su novia. Zoe esta vez tendrá que entenderlo y dejarlo ir.

Definitivamente creo que las cosas van a cambiar a partir de ahora. 

Un Verano DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora