CAPÍTULO III

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Salgo del Saint Marcus cabreada. Cabreadísima a decir verdad. Sin embargo, me trago mi mal humor y mis ganas de patearle la cara a alguien porque tengo que ir a buscar a Jack al colegio. No está muy lejos, a unas 6 u 8 manzanas por lo que en menos de 10 minutos ya estoy allí. Me coloco frente a una gran puerta verde de la que no paran de salir niños con flamantes mochilas nuevas y que se arrojan a los brazos de sus padres sobrios.

Siempre le digo a Jack que intente ser de los primeros en salir por la puerta. Se lo digo porque no soporto tener en frente de mi cara todo lo que me gustaría pero no puedo darle a mi hermano. Material escolar nuevo, ropa de su talla o simplemente un padre y una madre que le quieran y le cuiden.  Me consuela la idea de que me sigue teniendo a mi, que no se ha quedado solo con Clay.

Al final consigo divisarlo entre la multitud. Es más pequeño que el resto de los niños por lo que  le distingo gracias a su espesa mata de pelo castaño. Comienzo a mover una mano en alto para que pueda divisarme. Al final me ve y sonríe ampliamente.

-Hola pequeño- le digo mientras se arroja a mis brazos.

-Jane ¡has venido!- me dice sonriendo ampliamente.

-Por supuesto que he venido ¿acaso dudas de mi he mocoso?- le digo mientras comienzo a hacerle cosquillas.

-¡Ah! ¡No! Jane para!- me dice entre carcajadas- ¡Yo no dudo de ti!- y sigue riéndose.

Al final tengo clemencia y paro con las cosquillas.

-Así me gusta-le digo mientras sonrío- un buen hermano pequeño nunca duda de su hermana mayor.

Sigo mi camino hasta casa, esta vez con Jack de la mano, que va contándome las batallitas de su primer día de clase mientras gesticula y se ríe. Yo le sonrío de vuelta, hacía tiempo que no le veía sonreir tan seguido, y eso me gusta.

Seguimos caminando durante otros 15 minutos hasta que llegamos a nuestra casa. Algo feucha y destartalada pero hace un par de semanas le di una mano nueva de pintura blanca a la puerta. Ahora se puede decir que tiene su encanto. Me paro unos segundos deseando no tener que entrar y enfrentarme al mundo real, enfrentarme a Clay, enfrentarme a mi mundo. Recorro el pequeño camino rodeado de hierva que lleva hasta la puerta y la abro.

-¿Jane? ¿Jane eres tú?- me dice con una voz ronca, seguramente de tanto gritar las respuestas correctas a programas cutres de la televisión.

-Sí. Sí soy yo- Respondo desde la entrada

-¿Y dónde coño estabas? ¿A dónde demonios te has llevado a Jack? ¿Crees que puedes hacer lo que te de la puta gana?- Me pongo tensa. Clay se ha levantado con el pie izquierdo, y tanto Jack como yo sabemos que eso no es bueno. Miro hacia abajo y le hago indicaciones para que se vaya a su cuarto. Él me mira y se va corriendoha su habitación. Clay aparece por el pasillo.

-Oye mocosa ¿me estás oyendo?- me dice mientras me coge fuertemente del brazo. Eso va a dejar marca.

-Yo estaba en el instituto y Jack en el colegio, le he llevado yo. Hoy era nuestro primer día ¿recuerdas?- le digo inexpresiva. En los días en los que Clay está de este humor el levantar una ceja o fruncir el ceño puede ser la razón de una paliza.

-Bien, pues la próxima vez que salgas y te lleves a tu hermano contigo me avisas ¿entendido?- yo no contesto.

-¿Entendido mocosa?- me dice y me pega a su cuerpo mientras me aprieta más el brazo. Estoy segura de que si hace un poco más de fuerza me lo parte.

-Sí, entendido- le digo y consigo que me suelte. En cuanto lo hace me llevo la mano al moretón que sé que se está empezano a formar debajo de la manga de mi camisa.

-Así me gusta- me dice y se vuelve de nuevo al salón.

Me alivia que no haya decidido ensañarse conmigo. Me froto un poco más el brazo y me paso por la habitación de Jack para asegurarme de que está bien y decirle que comienze a hacer sus deberes.

Yo vuelvo a mi cuarto y me siento en el borde de mi cama. Me paso las manos por la cara y me seco una lágrima que resbala por mi mejilla. Cuando estoy sola, ese en en el único momento en el que me permito llorar. Estas situaciones con Clay me agotan, más emocional que físicamente. Miro el reloj, solo son las 3, así que sigo teniendo unas cuantas horas más hasta el castigo. Voy una vez más al cuarto de Jack para cerciorarme de que sigue bien y decido echarme una siesta. Me tumbo y cierro los ojos, el sueño llega a mi de forma casi instantánea.

Me remuevo en mi cama y bostezo, abro los ojos lentamenete. Me giro y miro el reloj de mi mesilla. Las 5:50.  OH DIOS MIO. LAS 5:50. LLEGO TARDE. No puedo creerlo, me he dormido. Madre mia soy idiota, me dormí tan rápido que ni siquiera puse la alarma en el movil. Me cambio de ropa y cojo las llaves, no quiero verle la cara a Clay así que le dejo una nota diciendo que salgo a hacer unos recados. Antes de salir por la puerta me paso por el cuarto de Jack y le digo que volveré en una hora. No me da miedo dejarle a solas con mi padre porque sé que no le hará daño. Simplemente pasa de él, no le hace ni el más mínimo caso. Solo se ensaña conmigo y he llegado  a la conclusión de que lo hace porque me parezco a mi madre. Triste y patético. Lo sé

Cierro la puerta lentamente y tras oir el clic salgo corriendo. Llevo 5 minutos de carrera y ya me queda poco, pero no suficiente para llegar a tiempo. Miro el reloj. 5:57. No voy a llegar. Rebajo un poco el paso porque estoy agotada y no puedo ni con mi alma. Oigo el sonido de las ruedas de un coche al frenar y giro la cabeza. Cuando lo hago veo un flamante Audi blanco.

-Novata, por mucho que corras no vas a llegar. A no ser claro que un apuesto caballero como yo se ofrezca a llevarte en coche- Mierda, ¿es que no voy a poder librarme de Luke Hemmings nunca?

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Holaaaaa, estoy empezando a escribir más seguido por eso del tiempo libre y espero poder llegar a subir más de un capítulo al día. Espero que les esté gustando y si ven un fallo o algo que no les guste por favor díganmelo. Si les gusta háganmelo saber, voten o comenten:) Eso me da muuuuuchos ánimos para seguir. En el próximo cap. va a haber mucho más de Luke y vamos a empezar a conocerle un poco más. Como siempre, gracias por leer xxx

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