CAPÍTULO V

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La maestra marca unos cuantos ejercicios de trigonometría en la pizarra y nos avisa de que si los terminamos, podemos irnos a casa antes. Leo las actividades y sé que voy a ser capaz de hacerlas todas en poco tiempo. Sin embargo miro a mi alrededor y veo que el otro par de alumnos tiene cara de confusión. No me considero lista, pero sé que a mi me cuesta menos que a los demás. Que si ellos tienen que estudiar 2 horas, yo solo estudio media y sacamos la misma nota. Siempre he tenido una media de sobresaliente, desde el colegio. Y espero segir conservándola.

Miro hacia mi derecha y veo que Luke ya está escribiendo en su cuaderno con cara de concentración. Decido no perder tiempo, cuanto antes salga, antes podré ir a casa y ayudar a Jack con sus deberes. Además, me muerdo de hambre, lo que pasó con Clay al volver a casa me quitó el apetito, y en todo el día solo he comido media manzana  rancia que encontré en el fondo de uno de los cajones de la nevera. A mi hermano le dan de comer en el colegio, es una de esas iniciativas para niños sin recursos. Me avergüenza que hayamos tenido que llegar hasta este extremo, pero a la vez me siento agradecida de que no le falte comida.

Saco un lápiz mordido y un cuaderno ajado al que le faltan hojas y comienzo con los ejercicios. Cuando ya llevo hechos 5 de 7, alzo la cabeza y miro el reloj circular de la pared. Las 6:30, si sigo con este ritmo en menos de 10 minutos ya habré acabado. 

Me dispongo a seguir con trigonometría cuando veo que Luke se levanta y se dirige hacia la mesa de la señora Peters. Para preguntarle alguna duda supongo. Para mi sorpresa no es eso, la señora Peters le mira el cuaderno, escribe algo en él y le dice que ya puede irse a casa.

No puede ser, pensé que era idiota. No solo en lo que respecta a su carácter sino tambien en lo referido a sus facultades cerebrales. Veo desapararecer a Luke por el marco de la puerta. Frunzo el ceño y decido no darle importancia. A lo mejor es que sus padres le han firmado una nota para que pueda salir antes del castigo. Creo que eso es más probable a que haya terminado los deberes antes que nadie.

15 minutos después estoy saliendo por la puerta del instituto. Miro a lo lejos y veo que Luke está apoyado en su Audi mirando la pantalla de su teléfono. Paso a su lado sin nisiquiera mirarle.

-Oye, ¿estás ciega o el castigo te ha dejado sin visión periférica?- me dice, pero decido no responder.

-Vamos Jane, sé que me has visto- me vuelve a gritar en la distancia. Me giro y veo que sigue apoyado en su coche con una postura relajada. Manos en los bolsillos y cabeza ligeramente hacia atrás.

-Oh- le digo con tono fingida sorpresa- veo que ahora soy Jane para ti ¿no me vas a llamar novata?- le digo con una sonrisa falsa.

-Dejaré de llamartelo si te subes al coche novata- y me mira directa a los ojos.

-Me subiré al coche si te vas a la mierda capullo- y le devuelvo la mirada. Me giro y sigo mi camino. Él no contesta. Menos mal, ha captado la indirecta, he sido tan sutil que pensé que no lo haría nunca. A lo lejos oigo cómo un coche arranca y poco después aparece conduciendo a poca velocidad con la ventanilla bajada. Se posiciona a mi derecha.Me giro hacia él y le veo con una sonrisa de suficiencia.

-¡Por el amor de Dios! ¡Vete! ¡No me caes bien!- le digo haciendo incapie en cada una de las sílabas- ¿Pretendes que me lo tatúe en la frente?

-Pretendo que te subas al coche novata.

-¡DEJA DE LLAMARME ASÍ!

-Pues entonces sube al coche- me dice y señala al asiento del copiloto. Me desespera, lo suyo es una mezcla de idiotez, pesadez y prepotencia. Y todo junto me saca de mis casillas, más de lo que debería.

-Vamos a hacer una cosa-le digo en tono brusco- yo me subo al coche, tú me dejas en el mismo sitio donde me recogiste y no vuelves a dirigirme la palabra.

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