CAPITULO 11

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El viento cálido chocaba en nuestros rostros. Ya estaba casi anocheciendo y la luna empezaba a mostrar su majestuosidad.

Su mano caliente estaba sujetando la mía, fría como siempre.

-¿Recuerdas la sorpresa que te prometí?- pregunto inseguro, con su rostro muy cerca del mío y casi guiñando el ojo como si ya lo hubiera olvidado, como si fuera algo que me dijo hace mucho.

-Claro que si.-sonreí mostrando los dientes.

-Pues... es momento. Pero tienes que acompañarme a un lugar.-me Rei nerviosa y afirme con la cabeza.

-Claro. Vamos ya! que me voy a helar aquí afuera.

Entrelazamos nuestras manos y nos encaminamos hacia ese misterioso lugar al que el me quería llevar.

Sus brazos no tardaron mucho en rodearme para brindarme calor y seguridad.

Su saco de lana verde era delgado pero lo suficientemente caliente.

-Kurt?

-mmm?

-¿De que ...mmm... de que se trata el regalo?- me detuve y lo mire a los ojos.

-Es una sorpresa preciosa. Ya veras.-sonrió tratando de brindarme calma.

-¿Falta mucho?-enarque una ceja.

-De hecho... ahora que lo preguntas. Estamos más cerca de lo que crees.-me dio la vuelta por los hombros. Dándole la espalda a el y de cara de vuelta a la realidad- ya llegamos mi pequeña impaciente.-susurro en mi oído.

Cogió mi mano y beso el dorso de esta. Le sonreí.

-¿Donde estamos?- mire la casa con curiosidad.

-Esta... esta es mi casa, Anne.-me miro a los ojos y me dedico una sonrisa tímida. Aprete un poco mas mi mano con la suya. Dio unos cuantos pasos hacia adelante y volteó.-Ven.

Entonces lo segui dentro de la casa. Y estaba un poco nerviosa porque no sabía que podía encontrar dentro, tal vez estaban sus padres o ... no sé.

Entramos y la casa estaba en total y absoluto silencio. Incluso podía afirmar que no había nadie, pero no lo sabria con seguridad.

-¿Y tus padres?-pregunte nerviosa.

-No hay nadie aquí desde hace dos dias.

-¿Por que? ¿Que paso?-hable muy rápido, casi parecía asustada.

-Es el cumpleaños de tía Mary y viajaron a visitarla.

-¿Y que hay de ti? ¿Tu no iras?-soltó una carcajada.

-Preciosa me estas llenando de preguntas.-me sonrojé, y solo espera que la oscuridad de la casa no le dejara verme.

-Me encanta cuando te sonrojas.-Sonrió.-No lo puedes ocultar, yo siempre me daré cuenta.-aún mas nerviosa me reí porque no sabia que hacer.- Acompañame arriba, ahí te explicare.¿De acuerdo?

-Vale vale, pero ya no me hagas sonrojarme.

-¿Estas de broma? Verte sonrojada es una de las cosas que mas me gusta.- y ahí estaba de nuevo, sonrojada.

-Ya basta, me pones nerviosa!-Rei a carcajadas y el solo sonreia como tonto.

-Ok Ok. Vamos arriba.

Le segui los pasos hasta su habitacion y en la puerta se detiene. Se queda mirando a la puerta por una fracción de segundos, y quien sabe en que pensara realmente, tal vez en algo que olvido o preguntandose si traerme a su casa fue la decision correcta. No lo sé. Pero entonces voltea y sonríe como si una idea mejor que la anterior se le hubiera ocurrido, me mira a o los ojos.

-Cierra los ojos Anne. Es una sorpresa y no puedes verla.

-Vale.-aprieto los ojos y me sudan un poco las manos por lo nerviosa que me siento.

-No los abras hasta que yo te diga, ¿de acuerdo?

-De acuerdo.-levanto la mano derecha como simulando una juramentacion.-lo juro, no abrire los ojos hasta que me lo digas.

-Así me gusta. Ahora dame la mano si no quieres tropezar.- y como si de una princesa se tratara pone su mano antes para que la coja.-Su majestad.-solo me rio porque a veces Kurt puede ser muy gracioso.

Escuchó el sonido que hace la puerta al abrirse, damos unos pasos y se detiene.

-Quedate aquí.-asiento, y aún con los ojos cerrados puedo sentir una muy leve luz iluminandome. Hay dos posibilidades que vienen a mi cabeza. La primera, encendió una lampara, o la segunda, la luz de la luna esta iluminando directamente esta habitacion. No se exactamente la respuesta pero eso es lo que menos importa ahora. Siento la respiración de Kurt en mi cuello, cerca de la nuca.  Coge mi cabello y lo pone a un lado, luego siento algo chocar contra la parte alta de mi pecho, un collar. Termina de ponerlo y da un beso ahí, encendiendo cada una de las terminaciones de mi cuerpo. Devuelve mi cabello a su lugar y se acerca a mi oído.

-Ábrelos.- y lo hago, como si despertara de un profundo sueño, lento y dudando. Caigo en la cuenta que la luz de la luna me ha iluminado todo el tiempo, porque estoy parada frente a la ventana y la luna esta justo ahí, siendo testigo de este precioso momento. Kurt se pone delante mío y me mira sonriendo.- Hace 23 primaveras eras solo una bebe, y mirate ahora.- hace reverencia con las manos.- Anne. Tengo tantas cosas que decirte que no sé por donde empezar.

Pero empezare por lo más importante.-agachó la cabeza y soltó una risita tímida.-Te amo Anne Peterson. Y lo sé porque solo verte hace que vuelva a sonreir, y no paro de hacerlo desde que te conocí. Pero lo cierto es que desde que te conocí me siento una persona mejor, y sueño constantemente contigo, porque al dormir lo ultimo en lo que pienso es en ti. Y debes creerme cuando te digo que te amo, porque lo hace cada célula de mi cuerpo. Yo...-tomó aire- son tantas las emociones que me abruman. Eres tú, mi corazón latente, eres tu la que me da vida. Solo tú. Anne solo quiero estar junto a ti.-Tal vez fueron sus palabras las que calaron en el fondo de mi alma tocando algo dentro que ni yo misma conocía. Me sentí bien. Me he sentido bien desde que lo conocí y lo deje entrar a mi casa, cuando lo oculte en el árbol, cuando me besó, cuando me lo volví a encontrar, cuando me dijo que quería sonreír conmigo. Y soy como una planta, sus besos son el agua que necesito para vivir, y sus abrazos la calidez del sol. Es la verdad.

Al final solo hablaria mi corazon.

-Nunca me he sentido así, sin embargo cuando estoy contigo... mi corazon se enloquece y no puedo dejar de sonreír. Son muchos los motivos que tengo para amarte. Demasiados. Se que después de todo jamas encontrare las palabras exactas para describir lo que siento por ti. Pero quiero que sepas una cosa. Te amo Kurt. Y...- me atrajó hacia el por el cuello y me acercó a sus labios.

Sus labios tenían ese típico sabor, muy leve a tabaco. Me gusta que me bese lento, porque estos son los momentos que mas quiero recordar y no quiero vivirlos rápidamente, quiero sentir cada instante, quiero recordar su respiración- algo agitada- al escabullirse entre mis labios, y recordar cada roze de estos. Ojala la memoria alcance para todo esto.

Entonces siento que sus manos van bajando por mi espalda, acariciando suave, hasta llegar a mi cintura, es ahí cuando se detienen. me siento nerviosa.

-Kurt...-logro articular.

Sé que no hay excusa para que me haya demorado tanto en escribir la novela pero ocurrió un problema con el celular y no pude subir los capítulos.
Mil disculpas para todas y prometo que en estas vacaciones que tengo trataré de subir más capítulos de los que pueda ya estoy pensando de que se trataran masomenos los capítulos.

una vez mas les ofrezco mis mas sinceras disculpas.

ENCANTADORAMENTE PERDIDO(KURT COBAIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora