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Call out my name

Hora del almuerzo, la brisa remueve el cabello de Atem quien ha dejado su desayuno de lado mientras sus pensamientos divagan una y otra vez ante los acontecimientos que han pasado.

Anzu observa la escena un tanto curiosa, algo parece molestar a Atem, lo nota al ver su ceñudo frente, ¿Alguna pelea entre Yugi y él? No, no puede ser puesto que Yugi yace en sus piernas que ha tomado cual almohada, desde hace días su amigo de la infancia parece estar un tanto más cansado de lo normal, tanto que nuevamente se ha quedado dormido en clases.

¿Tal vez algo más paso? Y he ahí el dilema de preguntar o no preguntar, puesto que cuando le pregunto a Malik este aseguro que no estaba pasando algo de lo que debieran preocuparse. Y en parte era así, ningún mal se avecinaba que amenazara al mundo como tal. Solo era qué, la magia de Atem estaba creciendo, así como se crece de estatura con la edad la magia también lo hacía, en este caso Atem tenía una ventaja al haberse instruido en la magia gracias a su padre y las lecciones de Mahad, sin embargo sus conocimientos solo eran los básicos y sin querer su propio corazón creo una Sheut' a su imagen para saciar sus deseos insanos para con su novio.

Nadie preguntó más sobre el tema, si algo malo estuviese ocurriendo Yugi tanto Atem se los dirían. Tal vez solo era el sobreesfuerzo del chico atendiendo la tienda, como deberes del hogar al encontrarse también su madre de viaje en Tokio por la reciente llegada de su padre a Japón.

La primera campanada sonó, Atem con cuidado le despertó, el receso solo duraba 30 minutos, daban el primer toque 5 minutos antes de acabar y 3 a su término.

Con un fuerte bostezo se despertó Yugi no sin antes estirarse mientras tomaba asiento. Aun con una mano arriba y lanzando otro largo bostezo extendió la mano derecha, pronto recibió de Ryou un sándwich de jamón que se llevó a la boca, a los segundos Atem le entregaba un poco de té. Ya era costumbre para Ryou traer almuerzo demás que compartía con su atolondrado amigo.

Después de terminar de desayunar se puso de pie, limpio su uniforme de cualquier hoja de pasto que pudiese pegársele a su uniforme para retomar rumbo, al menos en asistencia tendría una perfecta racha. Los demás de igual forma empezaban a guardar sus cosas para tomar rumbo a sus salones.

Atem observo con tristeza la nueva rutina de su Aibou, a consciencia que era su culpa, pero ya lo había intentado todo junto con Ishizu para deshacer su creación sin poder lograrlo.

A lo mucho que pudieron lograr hacer fue un par de sellos para mantener a "Yami" quieto, cuestión que no funcionaba por mucho tiempo ya que era afín a la magia de Atem, y la fuerza de Ishizu no se podía comparar con la suya.

Perdido en sus pensamientos no notó a Yugi acercarse y el beso de despedida que como costumbre tendían a darse siempre que debían separarse. El mismo que le hizo ponerse cual tomate ante el tacto de sus labios.

—¿Puedes esperarme a la hora de la salida?

Atem asintió sin poder decir alguna palabra, así fue como vio a su grupo de amigos irse, fue Malik quien tuvo que llevarle a su salón a rastras.

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Hora de la salida, pero Yugi aún no podía irse, en el pizarrón se encontraba su nombre junto con el de Otogi Ryuji como encargados del aseo. Ni tardo ni perezoso le hizo una señal sobre que iría por los utensilios de limpieza por mientras él podía encargarse de la pizarra.

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Atem seguía en el portón esperando a Yugi, unos minutos antes cuando le mando un mensaje a Ishizu sobre que llegaría un poco tarde ya que acompañaría a Yugi un mensaje de él le llegó.