𝑨 𝑽𝑨𝑴𝑷𝑰𝑹𝑬 𝑰𝑵 𝑳𝑶𝑽𝑬

𝙲𝙰𝙿𝙸́𝚃𝙻𝙾 𝙾𝙽𝙲𝙴; 𝙵𝙸𝙽𝙰𝙻

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—¡Oh, por Dios!

El peliazul se asustó, volteando rápidamente mientras las estilistas lo seguían para seguir arreglando su cabello. SeulHee se encontraba en el umbral de la puerta, tapándose la boca mientras lágrimas gruesas corrían por sus mejillas, y fue raro, pues ella nunca lloraba, al menos no por razones como esas, mucho menos se mostraba asi de vulnerable frente a la gente.

Era el día de la boda. Era el día más feliz en las vidas de JungKook y TaeHyung.

El morocho ya tenía dieciocho años, ya se había graduado y habían celebrado ese hecho; SeulHee llevándolo a un bar, cuidando que no se sobrepasara con los tragos, más preparada que la primera vez que lo había llevado.

La castaña se acercó y lo contempló lado por lado, mientras las estilistas seguían acomodando su cabello, decorándolo con mariposas y broches. La ropa le quedaba de maravilla, dejando a la luz sus piernas de color canela, sus zapatillas de tiro alto y toda la decoración que las estilistas le habían puesto en el cabello, tanto como en la ropa. No podía creer que ese día por fin había llegado, que pronto tendría que salir de esa puerta para casarse oficialmente con Jeon JungKook.

Se miró nuevamente en el espejo, sintiendo cómo su corazón latía con rapidez debido al nerviosismo. Quería ver al vampiro y abrazarlo. No podía evitar sentirse ansioso por verlo con traje, con un sonrisa de felicidad.

—Te ves hermoso —lloriqueó, haciéndolo sonreír.

—Yaa, Seullie, deja de lloriquear —la empujó levemente.

Su confianza en sí mismo había aumentado mucho, gracias a que iba al psicólogo, sintiéndose mejor consigo mismo. JungKook lo acompañaba siempre, y cada vez que finalizaba la sesión, se sentía como nuevo. Ya no tenía problema al tocar a la gente, pero aún no se sentía seguro con su cuerpo, aún no podía mirarse al espejo desnudo y evitar querer vomitar. Sin embargo, el vampiro lo ayudaba con eso.

Por otro lado, estaban JungKook y HoSeok, ayudando al mayor con su ropa. Por supuesto que él también estaba nervioso, sentía sus manos sudar del pánico, nunca se había sentido así.

Eran muchas cosas que procesar. El hecho de que esa noche tomaría la cura, lo cual no era tan complejo de aceptar, pero le ponía nervioso, también el hecho de que estaba a nada de casarse con el humano que amó por los últimos siete años. Quizá sería considerado pedófilo, pero tenía cuerpo de veinteañero, así que no importaba mucho, ¿verdad?

Se miró en el espejo, procesando unos segundos después y sintiéndose idiota. HoSeok lo notó y rio con fuerza.

Soy un vampiro.