Capítulo 6. Mejor Amiga

153 10 0
                                    

NARRA CALLE

Llegue a mi casa y me subí a mi habitación. Apenas iba a cerrar la puerta cuando entró mi mamá detrás de mí.

¿Cómo te fue en tu primer día? ¿Te gustó tu nueva escuela? ¿Ya hiciste alguna amiga? – Me preguntó un tanto emocionada.

Tranquila mamá, tantas preguntas al mismo tiempo.. ush Respondí un tanto fastidiada. Me fue bien, al principio fue algo extraño, luego fue muy común, las clases estuvieron bien, raras pero creo que me acostumbraré.

¿Y ya hiciste amigos? –Insistente.

Pues hablé lo básico con mis nuevos compañeros.

En mi mente tenía a Sebastián, pero no quería contarle de él a mi mamá, apenas lo acababa de conocer y sabiendo cómo es ella me haría un interrogatorio de mil preguntas que ni siquiera podía responder.

Después de la comida pasé la tarde en mi habitación, me puse a reorganizarla ya que no la sentía tan a mi gusto, así que puse música y puse manos a la obra. La tarde pasó muy rápido.

Terminé algo cansada, decidí llenar la tina y tomar un baño para relajarme, encendí unas velas aromáticas y apague la luz, aquel ambiente realmente me relajaba demasiado. Duré un buen tiempo ahí.

Al salir me puse mi pijama, y preparé todo para acostarme.

Ya estando en mi cama decidí marcarle a Miranda, tenía que hacer esa llamada y no dejar pasar más tiempo pues no quería que se enojara aún más entonces le marqué por Facetime.

¡Holaaaaaa! Hasta que la señorita Daniela Calle se reporta después de ignorarme varios días. –Estaba molesta.

Hola Mir ¿Cómo estás? Dije tratando de calmarla.

¿Enserio eso es lo que vas a decir? ¿Por qué me has ignorado estos días? Fui a tu casa pero nunca me abrió nadie, le pregunte al guardia y solo me dijo que no estaban, supuse que habían salido de viaje. Ahora veo que sí, porque no estás en tu cuarto. –Miró el fondo de mi habitación. Su tono de voz comenzó a tranquilizarse.

Emm sí... mira... tengo algo que contarte –Hice una pausa, sentía un nudo en la garganta y no quería llorar –¿Sabes que eres mi mejor amiga verdad? –No sabía cómo abordar el tema, no quería lastimarla.

Obvio, y tú eres la mía desde que estábamos en el preescolar, pero, ¿qué pasa? ¿estás bien? Me estás preocupando.

Ok, te contaré. Hace unos días mi papá llegó a casa muy alterado, mi mamá y yo estábamos en la cocina, escuchamos como cerró la puerta de un golpe y fue directo a donde estábamos. Dijo que nos íbamos y sin ninguna explicación pidió que empacaran todo, y... por eso ya no me encontraste en mi casa, ya no vivo ahí, y por las palabras de mi papá no creo que vaya a volver. –No pude contenerme y mis lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas al ver como se cristalizaban los ojos de Miranda.

P...pero... No es justo –Apenas y podía hablar entre lágrimas. Tú no te puedes haber ido, ¿qué voy a hacer sin ti aquí? Hoy en la escuela el día se me hizo eterno, siempre hemos estado juntas y hoy que no fuiste me sentí tan extraña, estaba con las chicas pero me hacías falta tú.

Lo sé, perdóname de verdad por no habértelo dicho antes, pero fueron muchas cosas en muy poco tiempo, tuve que dejar todo y no tenía cabeza para nada. Hoy entré a una nueva escuela, y aunque no me fue tan mal, extraño demasiado estar allá.

Me duele demasiado esta noticia, pensaba que solo andabas de viaje y entrarías unos días después a clases como cuando te fuiste de vacaciones a Miami. –Su mirada me partía el alma.

Créeme que si por mi fuera me regresaba pero no puedo, no sé qué fue lo que pasó, no lo entiendo pero mi mamá me pidió que confiara en ellos. Siempre hemos sido una familia unida y lo sabes pero últimamente mi papá ha actuado muy raro. No sé qué pensar pero quiero creerle que todo estará bien. –Suspiré.

Verás que todo estará bien amiga, igual y aquí voy a estar contigo, solo porque ahora estemos separadas por una estúpida distancia no quiere decir que dejaremos de ser amigas... ¿Verdad? –Habló muy segura pero al final noté su tono de preocupación.

Claro que si tontis, siempre vas a ser mi mejor amiga, además en cuanto pueda iré a visitarte si mis papás me dejan o si tus papás te dejan venir. –Ambas sonreímos. Además debo de contarte todo lo que me pase acá. –Sonreí al acordarme del chico de hoy. 

No me digas que ya hay alguien que te gusta. Daniela Calle es tu primer día de clases en una escuela nueva, en una ciudad nueva, con personas nuevas y, ¿Cómo así que ya tienes una presa? –Dijo dramáticamente. Vaya que si me conocía, no por nada es mi mejor amiga.

¿Presa? ¡Ush! Lo bueno es que eres mi mejor amiga he. –Voltee mis ojos haciéndome la indignada aunque sabía que tenía razón. Me quedé callada y ella solo me miraba con una sonrisa burlona esperando a que le contara. –Se llama Sebastián y no me gusta, solo me atrae un poquito.

Touché –Sonrió victoriosa – Te conozco,¡Cuéntame todo! ¿Cómo se conocieron? ¿Está en tu salón? ¿Es guapo? ¿Es menor o mayor que tú? –Me dijo emocionada, acomodándose en la cama y tallando sus ojos quitando los restos de lágrimas.

Oyeeeee tranquila, no se mucho de él, fue extraña la manera en que nos conocimos, cuando me entró tu llamada en la mañana saque mi celular para revisarlo y en eso sentí que alguien chocó conmigo y me enojé un poco pero luego vi su carita toda apenada.

Ay Daniela, no cambias –Puso sus manos sobre su rostro riéndose –¿Y luego?

Pues se disculpó y me dijo su nombre pero se fue muy rápido y ya al final de las clases Rodrigo me estaba esperando, salí del salón y volvimos a chocar.

¡Uff! Dos veces en el mismo día, vaya manera de conocerse jaja.

Lo sé, pero esta vez ya pudimos hablar más, así me di cuenta que está en el salón enseguida al mío. Es un coqueto, lo note desde un principio, pero es que si vieras esa sonrisa tan linda que tiene y su voz, ¡Todo él es lindo! –Me reí al darme cuenta de lo que acababa de decir.

Creo que ya te estoy perdiendo amiga.

El tiempo había pasado volando, ya era casi media noche. Siempre nos pasaba lo mismo, hablábamos demasiado y no nos dábamos cuenta de la hora y ahora teníamos una zona horaria diferente.

¡Ay claro que no! –Se me escapó un bostezo largo Ya me estoy durmiendo, mañana seguimos platicando, ¿Si?

Sale, luego me sigues contando de Sebastián y su peculiar manera de encontrarse –se rió– no tienes permitido cambiarme por nadie he, tengo derecho de antigüedad, cuídate mucho por favor ¿Si?, gracias por llamarme y contarme todo, realmente estaba preocupada por ti, ahora sé que estás bien, aunque me duele mucho que estés lejos, te voy a extrañar.

Lo se bebé me queda claro, gracias por entenderme y apoyarme. Créeme que tu también me harás mucha falta. Hasta mañana, descansa.

Colgué la llamada, conecté mi celular al cargador y lo puse en mi mesita de noche. Me acomodé bajo las cobijas. –Buenas noches Sebastián –Sonreí de mi bobada y me quedé totalmente dormida.

Hope it's love - Hope it's youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora