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Capítulo 16. Una daga en mi corazón

NARRA POCHÉ

¿Qué!? Como me estaba preguntando eso si hacía horas que ella se había ido de mi casa, y justo me había dicho que iba a verse con él.

-Bueno?? Sebastián?- Le llamé inmediatamente.

-Hola Poché, dime que Daniela está contigo- Me dijo en un tono apresurado.

-¿Conmigo? Yo pensé que estaba contigo, hace mucho que se fue de mi casa y justo me dijo que habían quedado de verse- Mi corazón se aceleró en un instante.

-Sí de hecho me avisó que solo iba a dejarte en tu casa y nos veíamos fuera del Cabanna, la estuve esperando, le mande mensajes pero no le llegaban, le hice varias llamadas pero me entraba directo a buzón, supuse que se había quedado sin batería y que aún seguía contigo.

En ese momento pasaron mil ideas por mi mente, pero ninguna era buena.

-No, ella me dejó en mi casa y se fue, ¡no puede ser!-La angustia me invadió.

-Poché tranquilízate!, no te escuchas nada bien- Me gritó.

-¡Te marco luego!-

Colgué inmediatamente y me levanté de la cama buscando mi ropa que traía puesta para cambiarme. Valentina se despertó confundida con el ruido que estaba haciendo.

-¡Valentina cámbiate tenemos que salir!

-¿Qué? ¿De que hablas Poché? ¿A dónde?!

-Date prisa o aquí te quedas- Claro que no pensaba dejarla sola pero tenía que apresurarla.

-Noooo! Sola yo no me quedo, pero ¿ya viste la hora!? Es tardísimo!

-¡Es una emergencia! Apúrate.

Salí corriendo de mi habitación lo mas pronto que pude, tome las llaves de mi auto y salimos camino a casa de Daniela, en ese momento sentía que todo me daba vueltas, pero cuando me preocupaba comenzaba a sentir demasiada ansiedad que sentía que se apoderaba de mí. Tuve que detener el auto a un lado de la carretera para respirar un segundo.

-Poché dime que es lo que está pasando! Me estás asustando, ¿papá está bien verdad?- Valentina hacía demasiadas preguntas y yo sentía que no podía ni pronunciar media palabra- Ya es mas de media noche, no deberíamos de estar aquí! Ya habla dime algo por favor!

Por un momento dejé de escuchar la voz de mi hermana, traté de concentrarme en mí, en mi respiración, en mi situación no podía ayudar a nadie y me preocupaba que Daniela estuviera en peligro.

Después de varios minutos abrí los ojos, Valentina solo me miraba.

-Perdón pulga, papá está bien, no se trata de él, se trata de Daniela.

-¿Daniela? ¿Qué le pasó?

-No lo sé, espero que nada, cuando me dejó en casa se suponía que iba a verse con Sebastián pero él me dijo que nunca llegó a donde quedaron de verse, espero que esté en su casa, es por eso que vamos para allá.

Al llegar al residencial me detuvieron en la caseta de la entrada.

-Buenas noches Srita, ¿en que le puedo ayudar?- Me dijo el vigilante.