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Hizo una mueca de desagrado, si bien estaba bastante familiarizado con imágenes de ese tipo, no quería decir que le agradecen. Apartó su vista del mensaje recibido, para mirar al frente y ver a quién le asignaba la tarea.

Todos los cazadores estaban ahí, al frente suya, esperando a que diera una orden, cualquiera. Ellos sabían qué iba a continuación, y Alec estaba al tanto de lo que sus subordinados pensaban de él, no le tenían el respeto que se merecía como líder, sólo por salir con un subterráneo; mas, sí le tenían el temor que merecía uno, y no era por más, su porte, su voz, y su mirada; irradiaban liderazgo, disciplina y el terriblemente serio carácter Lightwood.

Sus ojos viajaron por todas esas caras, buscando al elegido para la tarea. Era difícil, puesto que no confiaba mucho en la mayoría. Mayoría, que no le respetaba, mas sólo les quedaba obedecer por temor a un castigo. No podía ponerle la tarea a Izzy o a Jace, ellos ya estaban en una misión.

El taconeo ligero de una botas bajas le distrajeron de su letargo decisivo, giró su vista, y observó como su madre se le acercaba con una jovial y traviesa sonrisa. No evitó que sus comisuras se levantaran en la misma mueca feliz al observar a su madre.

–Alec.

Llamó ella, una vez estuvo a menos de un metro.

–Madre.

Correspondió.

La sonrisa que se cargaba Maryse se ensanchó más.

–Adivina qué.

Incitó.

Alec ladeó la cabeza, tratando de adivinar lo que tenía de buen humor a su madre. Por el rabillo de su ojo izquierdo, notó cómo muchos de los cazadores rodaban los ojos, y cómo otros bufaban por lo bajo. Al parecer, aquellos insectos habían dejado la sorpresa, y se inundaron en el fastidio con la nueva actitud de la matriarca Ligthwood, pasando el miedo que le tenían a la temple indestructiblemente estricta de la misma. Eso, obviamente molestaba a Alec, pero ya se encargaría de los irrespetuosos de sus subordinados.

Negó a su madre, alegando no saber. Ella hizo una mueca rápida, pero volvió a decir con emoción.

–Vuelvo al frente.

Susurró, evitando que alguien, que no fuese Alec, escuchara. Él la observó unos segundos sin entender, y Maryse bufó divertida.

–Vuelvo a blandir la espada en el campo...

Siguió, a lo que su hijo por fin entendió. Abrió sus ojos en demasía, con sorpresa; luego sonrió abiertamente y abrazó a su madre.

–Felicidades.

Chilló con emoción, y Maryse rió.

–Ya no estaré al pendiente de los asuntos de tu padre. Vuelvo a ser una cazadora. –se separó un poco.– Así que debes imaginar mi entusiasmo, por ello, quiero un misión; lo que sea, simple o no, dame algo para pulirme de nuevo.

Alec bloqueó. Miró a los demás cazadores, y su mirada se iluminó. Se alejó un poco de su madre, y puso sus manos detrás de sí, irguiéndose en son de líder; con su voz grave e imponente, los mandó a volar.

–Retirense.

Todos y cada uno de los cazadores en frente suya, salieron despavoridos.

Puso su atención en su madre, nuevamente.

–Justamente, tengo una para ti.

La mujer sonrió con emoción.

–Dime.

–Como sabrás. – comenzó rascándose la nuca, nervioso.– Eh, Luke y yo tenemos una amistad, tanto personal, como laboral. –carraspeó.– Por ende, si pasa alguna irregularidad con los mundanos, que impliquen a los subterráneos, él me contacta; por lo general mando a alguien de confianza, que si Izzy o Jace, hasta yo mismo voy, porque al parecer mis subordinados no les gusta este método de trabajo.

Maryse frunció el ceño, y Alec temió lo peor. Aunque a Maryse ya no le desagraden los subterráneos, siempre le quedaron algunas costumbres.

–Alec. – llamó con seriedad, la misma de antaño.– Ellos son tus subordinados, tú eres el director de este instituto, el mejor en años; debes tener mano dura con ellos, tienen que respetar tus decisiones, porque son las mejores. Tú eres la cabeza de éste instituto, hazte ver como tal.

Parpadeó. Ciertamente, no se esperaba esa riña. Asintió, y Maryse estuvo satisfecha.

–Entonces, Lucian...

Retomó Maryse, y Alec espabiló.

–Ah, sí. Me acaba de contactar, llamaron a la policía porque dos hombres armaron revuelo en un bar; resulta que, minutos después de que salieran del sitio para pelear “mejor”, encontraron a uno de ellos: muerto. Luke se adelantó, y notó que las heridas son de un licántropo.

Terminó de relatar. Maryse procesó la información dada, y aceptó.

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Me disculpo, enormemente, por tardar muchísimo en actualizar. Este fic no lo dejaré, después de todo es algo que quería hacer; mas no pude actualizar con la regularidad de siempre, por motivos escolares que, ya en vacaciones, no hay. Así que seguiré escribiendo felizmente. En compensación por el retardo, actualizaré hoy, mañana y el domingo. Buen día♡.

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