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Estaba alucinando −o soñando− , de eso estaba seguro.

Hacía casi un mes, le había dicho a Maryse que le gustaban las visitas inesperadas. Y era cierto. Aunque la reciente visita de Alec a la estación resultó un tanto bizarra y enternecedora, seguían gustándole las visitas random; Maryse siempre lo sorprendía con alguna, y eso le gustaba. Le gustaba referirse a esas visitas como citas, porque bueno, Maryse se sonrojaba de lo lindo con la mención de la palabra "cita", y sinceramente, adoraba hacer sonrojar a Maryse.

La sorpresa le invadía de maravilla, ocasionando que a veces sueñe con Maryse y alguna salida en son de cita: muy cursi para un alfa como él, pero no podía hacerle más. Hoy salió del trabajo temprano y se dirigió a su apartamento para descansar, pasaban de las siete. Como estaba tan cansado mentalmente (porque en cierta manera los humanos son una peste que no hacían más que darle y darle trabajo cada que se encontraban con un cadáver por ahí; lo cual era todo el tiempo), ni siquiera cenó así que se dispuso a descansar, y en cuestión de segundos cayó rendido en el mundo de los sueños.

Por eso estaba seguro de estar soñando, se encontró a sí mismo en el umbral de su puerta de entrada, abriéndola, y en frente suya estaba Maryse −aún− Lightwood con un vestido rojo, que le sentaba de maravilla, y que en sus delicadas manos sostenía una botella de vino. Ella se cargaba una enorme sonrisa y la mirada llena de alivio. Ni siquiera recordaba haberse levantado para abrir la puerta.

Pasados los segundos Maryse frunció levemente el ceño al no recibir respuesta de Lucian, él se limitaba a observarla. Luke notó el gesto, y reaccionó a medias. Separó su mano del marco de la puerta y lentamente la llevó a la mejilla ajena, una leve caricia para cerciorarse de la realidad. La piel bajo su toque era cálido y suave, era real. Se encontró extasiado por el descubrimiento, que sin pensarlo, de sus labios salió en susurro un quedo, pero emocionante: «Eres real».

Maryse frunció un poco más el entre cejo, levemente divertida, rió un poco y recargó su cara en la mano masculina.

−¿Qué clase de pregunta es esa, Lucian?

La apacible voz femenina le llamó, y despertó de su letargo. Sonrió un tanto apenado.

−Pensé que estaba soñando, no recuerdo haberme levando para abrir la puerta.

− Oh, pero qué convicción. Cualquiera diría que sueñas seguido conmigo.− intentó bromear.

Luke ladeó varias veces la cabeza, como sopesando su respuesta.

−Ciertamente, lo hago.

Vio con una satisfacción enorme cómo las mejillas de Maryse se tornaban rojas, ella desvió su mirada, totalmente apenada mientras carraspeaba.

−¿No me dejaras pasar?

El abrupto cambió de tema hizo reír al alfa. Soltó su mejilla y se hizo a un lado, dejándola pasar. Maryse se adentró a la sala y se quitó el abrigo. Le tendió la botella a Luke.

−Espero que tengas copas.

−Tengo tazas de café.

La cazadora lo pensó.

−Qué romántico. − aprobó.

Lucian asintió y se fue a la cocina, a los escasos minutos volvió con dos tazas en la mano. Maryse ya estaba sentada en el sillón de dos plazas, esperando por él. Se acercó a ella, y tomó asiento cerca, muy cerca. Sirvió el vino en ambas tazas y le tendió una a ella.

−¿Qué estamos celebrando, Mary? 

Ella alzó su taza, instándolo a un brindis.

−Mi pronto divorcio.

Ella chocó las tazas por sí misma y bebió de la suya. Por su parte Luke estaba en shock.

−¿Qué?

Maryse alzó una de sus cejas.

−¿Vas a acabar tu matrimonio con Robert?

Preguntar lo obvio es muy estúpido. Pero eso hizo.

−Eso es lo que «Divorcio», significa, sí. − comentó, bastante divertida.

Luke rodó los ojos, fue un movimiento estúpido, lo reconocía.

−¿Por qué?− preguntó algo con más sentido.

Maryse suspiró y dejó a un lado su taza.

−Robert me engañó con otra mujer. No sabía qué hacer cuando me enteré, así que opté por no hacer nada. Estuve insoportable, casi me gané el odio de Alec, pero pude arreglar las cosas él. Estaba agotada de todo, recurrí a trazarme la runa Ágape para curar mi corazón roto. Desde entonces pensé que pedirle el divorcio cruelmente a Robert  en nuestro aniversario de bodas sería ideal, eso acabo de hacer, por cierto.

Luke fue asintiendo a cada palabra dicha por Maryse, entendiendo. La explicación a medias de Alec sobre su crisis existencial respecto a su madre, pudo por fin tener sentido en su mente. Cada palabra de Alec se repitió en su mente, y estuvo satisfecho con la versión de Maryse. Tomó delicadamente la mano femenina, dándole su apoyo. Maryse sonrió ante el gesto, y acercó su rostro al de Luke, para mayor confidencialidad.

 −Me gustas mucho, Lucian. Y quiero hacer las cosas bien contigo.

Luke hizo a un lado su taza, para poder tomar la mejilla de Maryse en su mano. Rió un poco, haciéndole gracia lo dicho por la cazadora.

−Mary, yo soy el hombre acá, ¿No crees que yo debería decir eso?

Maryse soltó un risita.

−Estamos es tiempos modernos, donde las mujeres también tienen la iniciativa.        

Se sonrieron, bastante felices, sumergidos en su momento. Juntaron sus frentes para tener más cercanía, como consuelo de aún no poder besarse.

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⏰ Última actualización: Sep 17, 2018 ⏰

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