Tormentos (RAFA 2)

7

-Hola Rafa...- saludó desde el otro lado de la celda.

-Vete, no quiero visitas.

-Como si fuera que tienes muchas. Aprovecha que vine a verte.

-¿Quién eres y qué quieres?- se levanta de su camilla, acercándose a las barras.

-Un amigo, de hace unos años atrás. Quiero cobrarte lo que me debes.

-Yo no debo dinero a nadie, pasé casi toda mi vida en la cárcel.

-No se trata de dinero.

-Entonces no tengo lo que te gustará, porque  la tienda de muñecas queda en la ciudad, carabonita. ¿Acaso eres un intento frustrado de Ken?

-E igual no aprendes la lección, ¿verdad?

-¿Qué lección?

-Ya sabes- sonríe haciendo ademanes con las manos, como si no tuviera importancia.

-Deja de jugar maldito estúpido y di ya lo que quieres.

-Esa lección es la que no aprendes. Maldito estúpido tú, ya estás viejo para joder, delgado, pareces no tener la misma fuerza que antes. ¿Ya te acostumbraste a ser tuerto?

-Cállate, ¡guardias!- grita enojado.

-Mi hermana te dejó bien feo, ahora estás peor.- ríe irónicamente.

-Sabía que debía matarte cuando pude. Eres un imbécil David, mereces morir, te reunirás con todos tus estúpidos familiares muy pronto.- dice él  volviendo hacia su cama.

-¡Hey! Se acabó el horario de visitas. ¡Largo!- grita un guardiacárcel a lo lejos.

David aún frente a la celda de Rafa empieza a reír como todo un cínico.

-Rafa, tus tiempos de amenazas terminaron, ya no puedes hacer nada, mucho menos aquí. Pero yo sí, créeme que volveré.

-Uy sí, qué miedo.- se burla el asesino.

-Adiós.

-¡Chau carabonita! ¡Ve a jugar a los vengadores en otra parte!- siguió burlándose de David quien con una expresión neutral se dirigía hacia la salida.

-No sabe lo que le espera.- dijo David sudando; Rafa había conseguido intimidarlo una vez más. No podía continuar así.