¿Solo compañeros?

Capítulo 09

Maratón 2/?
Dumbledore cogió el trozo de pergamino y lo alejo tanto como le dió el brazo para poder leerlo a la luz de las llamas, que habían vuelto a adquirir un color azulado.
-El campeón de Durmstrang- leyó con voz alta y clara- será Victor Krum.
-¡Era de imaginar!- gritó Ron casi en mis oídos, al mismo tiempo que la sala se llenaba de aplausos y gritos. Justo entonces Victor se levantó de la mesa Slytherin e hizo el procedimiento que mencionó Dumbledore.
Después de un momento callaron los aplausos y los comentarios para volver a fijarnos en el cáliz, cuyas llamas nuevamente se tornaron rojas y arrojaron un segundo trozo de pergamino.
-La campeona de Beauxbatons- dijo Dumbledore- es ¡Fleur Delacour!
-¡Ron! !Es ella! La chica que te gusta- grité yo esta vez señalando a la hermosa chica que se ponía de pie elegantemente.
Dos de las estudiantes de Beauxbatons rompieron en llanto al no ser seleccionadas.
Cuando Fleur Delacour desapareció por la puerta, volvió el silencio. El siguiente sería el campeón de Hogwarts...
El cáliz volvió a tornarse rojo, saltaron chispas, la lengua de fuego se alzó, y de una punta Dumbledore retiró un nuevo pedazo de pergamino.
-El campeón de Hogwarts- anunció- es ¡Cedric Diggory!
-¡No!- dijo Ron en voz alta, aunque puedo afirmar que solo le escuché yo. En la mesa de al lado los estudiantes se pusieron de pie, gritando y pataleando, mientras Cedric se abría paso entre ellos para pasar hacia la sala detrás de los profesores. En ese momento deseaba poder estar animándole y no escuchar los abucheos que le hacían algunos de mis compañeros. Entonces me puse de pie y comencé a aplaudirle, y claro, mi buena Mione se levantó conmigo. Antes de que Cedric desaparezca por la misma puerta que los otros, volteó hacia mí y me dedicó una de las sonrisas más bellas que he visto en mi vida.
-¡Estupendo!-Dijo Dumbledore una vez finalizados los aplausos- Ya que tenemos a nuestros tres campeones espero que todos vosotros deis a los campeones todo el apoyo que requieran, esto ayudará a...
Dumbledore dejó de hablar y toda la sala cayó en un nuevo silencio, pues el cáliz se tornó otra vez rojo. Volvió a lanzar chispas y una lengua de fuego se elevó en el aire para arrojar otro pergamino.
Dumbledore tomó el pergamino y lo extendió para leer el nombre escrito en él. Finalmente se aclaró la garganta  y pronunció:
-¡Harry Potter!
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Y continuamos con el maratón