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La noche había sido una auténtica mierda para los dos mayores, la tención que había en esa casa se podía sentir ni bien entrabas, por suerte Thomas no se daba cuenta de esto, pues la inocencia que este poseía era más que suficiente para ser feliz.
Gavin se había ido en la mañana a trabajar, solo saludó a Thomas, para luego irse sin decir más, no hizo contacto con la fémina en ningún momento, ella se encontraba mal por eso, aunque era difícil quererlo, algunas cosas le recordaban al pasado, cuando se iba a trabajar siempre se aseguraba de que no se olvidase nada, era algo que hacía cuando estaban juntos, la costumbre seguía y ella no podía evitar recordar esos momentos, esos momentos en los que eran felices.
Ese día ella planeaba llevar a Thomas al parque que se encontraba cerca de aquel departamento donde vivían, quería que Thomas se distrajera con otra cosa y no piense en lo que realmente estaba sucediendo, que en efecto no era nada agradable.

—Thomas, busca tu abrigo que ya nos vamos.— Pidió amablemente.

El infante como siempre tan obediente fue en busca de la prenda y volvió con su madre, la cual ya estaba lista. Cuando ambos salieron de la casa en camino hacia el parque, la joven sintió como que alguien o algo los estaba siguiendo, se asustó por eso, así que decidió caminar más rápido, pero aún sentía que había alguien detrás. Se detuvo en seco, se dió vuelta y puso a Thomas detrás de ella como para protegerlo.

—No se quien eres, no sé qué quieres pero estoy con un niño pequeño y su padre es policía. Le o les recomiendo que se alejen.— Dijo de una manera fría y directa.

Cundo se dió vuelta no había nadie, esperó unos minutos para ver si había alguna respuesta y vió como una mujer con un niña salía de entre unos árboles que había allí, parecía asustada.

—L-Lo siento, no quería molestarlos, solo necesito algo de ayuda...— Confesó aquella chica que se encontraba tan asustada.

—Oh... Lo siento mucho, no te ví— Respondió con preocupación ahora.

La joven decidió acercarse a la contraria con cuidado, pues se veía que esta se encontraba bastante intranquila. Thomas salió de detrás de su madre y se acercaba lentamente de igual forma que su madre, a la niña que estaba con aquella misteriosa mujer.

—¡Hola! Mí nombre es Thomas Reed, como te llamas tú?— Preguntó con una sonrisa en su rostro.

—M-Mi nombre es Alice, ella es mí madre, Kara.— Respondió con la voz algo débil.

—Tranquilas, si? Ahora estamos yendo al parque, por qué no vamos todos?— Preguntó con una voz dulce.

Madre e hija se miraron mutuamente en ese momento, la niña llamada Alice sonrió ante la propuesta de la madre del niño tan simpático.

—Supongo que está bien, algo de diversión no nos hará daño— Sonrió la madre de la niña.

Ambas madres acompañadas por sus dos hermosos hijos, comenzaron a caminar hacia el parque que solo se encontraba a unas calles del lugar. Kara le contó todo lo que había pasado, ambas vieron como sus hijos se divertían en los juegos mientras ellas seguían hablando.

—Siento que necesitas esto mucho más que yo...— Dijo la joven sonriendo.

Le dió a la androide dinero, no era mucho, pero era suficiente para que pudiera comprar comida y buscar refugio para la pequeña Alice, sintió como Kara la abrazó con cariño, pues no sabía que los humanos podrían ser así, a ella le tocó lo peor de la humanidad, pero ahora estaba presenciando el otro lado, el lado bueno.

—¡Gracias por esto, de verdad! Ya deberíamos irnos... Se hace de noche y debemos ver dónde dormir...— Sonrió de costado la madre de la niña.

Kara llamó la atención de Alice, la cual saludó a Thomas con un pequeño beso en la mejilla para luego correr hacia su madre y despedirse de la madre del niño que había sido tan dulce con ella.

—Espero que puedan vivir en paz algún día— Fue lo último que la joven le dijo a Kara antes de verlas irse.

Estaba feliz por haber ayudado a alguien que realmente lo necesitaba, esperaba que ambas pudieran estar bien a pesar de las adversidades.
Thomas y su madre volvieron a la casa, pues ambos tenían hambre, era la hora de cenar para el infante. Cuando ambos llegaron a la casa, el niño aún seguía algo exaltado, estaba feliz, muy feliz porque tenía una nueva amiga.

—¡Mami!¿Puedo esperar a que papi vuelva para cenar? ¡Quiero contarle todo lo que hicimos hoy!— Preguntaba el niño con mucha felicidad.

—Está bien, Thomas... Pero mañana a dormir temprano, si?— Sonrió amplia.

La chica se dirigió hacia la cocina para comenzar a cocinar para la llegada de Gavin, la verdad es que estaba algo cansada de hacer esa vida, cocinar, limpiar, lavar... Ya no quería hacerlo, quería vivir un poco más, estaba bien que saliera de vez en cuando para llevar a Thomas a la escuela o al parque, pero quería hacer otras cosas, entre ellas estaba hablar con Connor, lo extrañaba de cierta forma, le era imposible volver a la estación después de lo que Gavin y ella hablando la noche anterior, pero realmente quería verlo, estaba decidida a ir de igual forma al otro día, iría a verlo, a proponerle hablar más tiempo o que el junto con el niño y la madre fueran a pasear. Aunque en cierta forma no sabía si el podía hacer algo así, ya que estaba todo el tiempo junto a Hank... Aún tenía que hablar de eso también con Gavin, el debía saber lo que había pasado en el pasado y más aún por el hecho de que trabajaba junto a él.
Las horas pasaron y la comida se encontraba servida en la mesa. Las llaves se escucharon del otro lado de la puerta y ambos vieron al mayor entrar a la casa, cerrando la puerta después de eso.

—Ya llegué...— Anunció mientras dejaba las llaves en el llavero y se sentaba en la mesa para poder comer.

—¡Papi! No sabés todo lo que hicimos el día de hoy! Estábamos dirigiéndonos hacia el parque y nos encontramos a una chica con su hija! Nos hicimos amigos y luego se fueron pero la niña me cayó muy bien, ojalá la vuelva a ver algún día...— Contó con mucho énfasis el infante mientras comía.

—Vaya que se la pasaron bien hoy, me alegra muchísimo— Sonrió a su hijo mientras comía la deliciosa comida que la joven había preparado.

—Si... Supongo que sí, y como estuvo tu día?— Trató de cruzar aunque sea una palabra con el.

—Aburrido, como siempre.— Le contestó cortante.

—¿Hoy hablaste con el Tío Hank? Hace mucho tiempo que no lo veía... Antes de conocerte mami y el siempre estaban juntos, el era muy bueno conmigo...— Dijo el niño mientras terminaba de comer.

Se hizo un silencio de muerte en toda la mesa, ninguno habló. Gavin miró a la joven, fue lo único que logró hacer, antes de dejar los cubiertos en el plato y pararse.

—Volveré luego, Thomas, portate bien— Dijo mirando a su hijo.

Agarró las llaves del llavero y se fue de la casa dando un portazo.

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Hola! Aquí va OTRO CAP :'v Espero que no haya sido demasiado enroscado pero la verdad no quería dejar de escribir y esto fue lo que salió, gracias por leerme como siempre :3

Thomas [GavinReedxReaderxConnor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora