El Cuarto Elemento [✔]

Capítulo 22: Esperanzas

Alex

Eiza salió del ataúd como si nada, con su mirada fría y cortante. Se dirigió a mí.

—¿Donde esta Víctor? —preguntó

Hice una pausa tratando de ponerle algo de lógica a todo, está furiosa, ha sido traicionada.

—Ya no está, yo me encargué de él.

—¿Eso significa que está muerto?

Asentí

—¿Cómo fue que reviviste? —le preguntó Bryce.

—Yo también hice un Ejército antes de descubrir el plan de Víctor, descubrí que sí eres asesinada por la famosa daga del dragón y ésta vuelve a sellar la llaga vuelves a la vida, pero solo funcionaba con aquellos seres que poseían algún poder inigualable: Brujos, hechiceros... los elementos.

Lo que dijo Víctor era cierto de volver a la vida a Evans

—¿Sabías del plan? —pregunté acercándome a ella

—Sí.

—¿Por qué no dijiste nada?

—No los conocía y tenía miedo, miedo de ti. Cuando fuimos a la tierra y congelé a tus amigos pensé en que querrías matarme.

En más de una ocasión lo pensé.

—Antes de congelar todo Toronto tuve que interactuar con todos ellos y me agradaron, dejé mi venganza a un lado y olvidé lo que el padre de Connor me había causado.

Lastimosamente estaba bajo el poder de Víctor y no podía hacer nada al respecto. Por eso, Alexandra, te quería pedir perdón y quisiera comenzar de nuevo con todos.

—Llámame Alex. —le respondí con una sonrisa. —. Explícame una cosa, sí tú volviste a la vida, eso significa que ¿ellos también pueden hacerlo?

—No estoy segura —contestó. — ¿Cuántos días han pasado?

—Tres días. —contestó Connor.

Eiza mordió su labio inferior y miro el cuello de Carrie.

—Sus heridas fueron en el cuello, hay pocas posibilidades de que vuelvan... sin embargo lo intentaré. ¿Dónde está la daga?

—Tú amigo se la llevo en cuanto te dió la vida. —respondió Connor. —mis hermanos están tras él.

Eiza tocó su frente y dijo en un susurro.

—Gracias por devolverme. Sé que te están siguiendo, devuélvete necesito la daga lo más pronto posible... Aquí estarás a salvo, me lo prometieron.

Nos echó una mirada y Connor y yo asentimos.

—¿Quién era él? —pregunté.

—Es un niño que ayudé de la hambruna y soledad. Es un chico sombra... el único que queda vivo, así que espero que no le hagan daño.