Capitulo IV Persuasión...

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"...La mejor forma de tenerte...es encadenarte junto a mi...aunque no sea del todo correcto...el tiempo me dará la razón de la irracionalidad de mis actos..."


Jaken quedo paralizado al escuchar eso de su señor, omitiendo cualquier otro comentario de su parte, se encamino siguiendo al joven afeminado que tenia a la princesa en sus brazos, tampoco se atrevía a mirar hacia atrás, temiendo que si lo hacia su amo lo golpearía fuertemente en su cabeza

-Jaken-lo llamo autoritariamente haciéndolo detener de golpe inhalando aire profundamente

-¿Qué amito?-preguntando al voltear esperando recibir su mandato

-que ella siga creyendo todo-contesto

-¿se refiere a...?

-si-respondió marchándose a paso elegante y soberbio por los pasillos del palacio-ella debe creer...que todo sigue igual...-pensó mientras caminaba hacia la dirección de la sala de tronos

Por otra parte Kagome se encontraba en un predicamento, estaba completamente sola con el hombre que había asaltado a su pueblo a gran escala, y además es el líder de un ejercito de asecino a sangre fría y lo que era peor, quería a su hermana para negociar-¿Qué estará buscando este hombre?-se pregunto así misma tratando de analizar cada movimiento del joven quien solo estaba de brazos cruzados, con la mirada oculta en su flequillo oscuro apoyado en la gran puerta, y su arma también apoyada como algo inofensivo a su lado


Pov Kagome

¿pero que ocurre aquí? Este hombre..., apenas me lleva un par de años y esos asecinos, lo obedecen como si fuera la misma muerte en carne y hueso, ¿Quién es?, su nombre es Bankotsu, no lo he escuchado en ninguna parte hasta ahora, me pregunto ¿Qué quiere? ¿Por qué quiere a mi hermana para negociar? ¿tendrá que ver con el matrimonio con el gobernante del Sur? Y si no es eso...

Allí esta de pie cruzado de brazos apoyado en la puerta, solo aguardando, su mirada oculta en sus flequillos, pero se que esta atento a cualquier situación, no permitiría escaparme, jamás, me asecinaria con esa enorme arma que con solo una agitada me cortaría en dos, tampoco puedo darme el beneficio de hacerlo, ya que la vida de mi hermana esta en peligro, por cierto, le dije a esa niña que se fuera, ahora ambas estamos aquí y quien sabe como terminara esto

-¿Qué me ves tanto? ¿acaso te gusto?-pregunto con una sonrisa en sus labios y un tono irónico, me interrumpió mis pensamientos, pero ¿Qué se cree este idiota?

-por supuesto que no! -le grite-aun no se lo que quieres, has acabado con pueblos enteros ¿Por qué?-quería golpearlo, pero debo aguardar, aunque sea un poco mientras que mi hermana este perdida debo controlarme

-¿acaso no te di una tarea?-pregunto esta vez mas seriamente

-¿Qué tarea?

-que pensaras lo tan valiosa que es tu hermana para ti y que estas dispuesta hacer por ella-contesto, aquella interrogante hace que un escalofrió recorra mi columna vertebral

-Rin es lo mas valioso para mi!-le volví a gritar- daría cualquier cosa por ella

-¿cualquier cosa? Esa respuesta me la vas a dar cuando la encontremos majestad...-respondió burlón y con una sonrisa victoriosa en sus labios, como si ya tuviera una batalla ganada

-¿Qué quieres decir?

-ya te lo dije, solo piénsalo, tontita

-que falta de respeto, para tu información soy una reina y te debes dirigir a mi con mas respeto- conteste irritada

Presa del destino... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora