Capitulo XIX La dura verdad...

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"...Creí que todo había un motivo..., todo era con un sentido..., pero ahora sé que...no siempre es así..."


Pov Rin

Corría lo mas rápido que pude, al menos la tormenta se había disipado un poco, pero no me daba ventaja en nada, se que los demonios pueden sentir mi aroma, y solo con el agua puedo evitarlo, mientras no haya lluvia estoy expuesta, no puedo creer que él me haya escrito las cartas y que el señor Jaken este al tanto de esto, ahora entiendo todo, pero...¿Dónde encaja Kohaku en esta historia? ¿Por qué dejo de enviarme cartas con Jaken? ¿y por que Sesshomaru fue quien siguió enviándomelas bajo el nombre de Kohaku?, ¿Qué sucedió?, seguí mi sendero, me encontraba perdida, ni si quiera sabia por donde caminaba, solo seguía hacia adelante suplicando no encontrarme con ese Lord, hasta que en un mal paso tropecé cayendo directo a un estanque, dejándome toda empapada y sucia, al levantarme me sacudí un poco mi vestido ya maltratado por tratar de zafarme de Sesshomaru, mire hacia el frente encontrándome con un paisaje familiar-el reino del sur...-susurre con emoción, he llegado adonde esta Kohaku, mi príncipe, él tiene las respuestas de todo, mi corazón se tranquilizo por un momento, sali de las aguas con la esperanza de que me ayude a mi y a mi hermana, no romperé ningún compromiso, él es mi salvación, pero...nunca creí...que mis esperanzas se fueran a la basura...

-no puede ser...

Fin pov Rin


La joven princesa se había escapado del Dai youkai, con la esperanza frente a ella el reino del Sur, lo había visto sola una vez, cuando era pequeña, en esos momentos tan solo era una niña y ni si quiera conoció al príncipe Kohaku, a pesar de eso, recordaba muy bien el sendero, siguió su camino con la firme convicción de que estaría protegida, cuando los verdes campos y hermosas flores se volvían poco a poco un lugar mas remoto y lúgubre de lo que recordaba-no puede ser...-susurro con sorpresa al ver tras una gran niebla la gran fortaleza del imperio, se sentía pequeña a tal magnitud de infraestructura, y a la vez aterrada, no existía evidencia de mas personas en el lugar-hola!-grito frente a la gran muralla solicitando auxilio, pero fue inútil, nadie salía ni si quiera asomarse, volvió a gritar por tercera y cuarta vez, obteniendo el mismo resultado, se aventuro a entrar admirando el mismo paisaje desalentador de afuera, dio un gran suspiro pesado para ganar valor y avanzar, mirando restos de una batalla, pero esta guerra parecía que ya era desde hace mucho tiempo atrás

-¿hay alguien aquí?-pregunto mirando hacia todos, con sus corazón acelerado por el miedo-díganme! ¿hay alguien?

-no, solo nosotros Rin

-¿eh?-volteo llena de sorpresa al encontrarse cara a cara con el peli plateado frente a ella, aun con sus ojos tornados de color carmesí-¿co...como me encontró?-le pregunto tartamudeando retrocediendo un par de pasos lista para correr

-¿acaso creíste que escaparías tan fácilmente de mi?

-ayuda!-comenzó a gritar-ayuda por favor!

-te dije que nadie vendrá ayudarte Rin-respondió con una leve sonrisa en sus labios-ya no podrás escapar de mi

-auxilio! Ayuda!-salió corriendo lejos de él hacia los interiores del palacio del sur aun sin encontrar a nadie, mas aun habían cadáveres regados por todos lados-¿Qué ocurrió aquí? ¿Qué sucedió? Kohaku! ¿Dónde estas?...-frente a ella había una gran puerta que entro sin dudar, abriéndola de manera escandalosa, encontrándose con el trono de ese imperio y en el suelo la armadura que era iluminada con el tenue rayo de sol que cruzaba por las ventanas del palacio ella reconocía muy bien, cristalizando sus ojos y su aire se ausentaba de sus pulmones, olvidando por completo que se había convertido sin pensar en una presa de un demonio

Presa del destino... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora