Conflicto de Pasillo

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(...) Dormitorios del Sur

Una pareja de servants salían de una habitación, algo agitados y cansados por la "Especial velada" que acaban de compartir. El albino se aferraba como podía de la mujer con orejas y cola de zorro, intentando mantener la calma. Ambos tenían ojos ligeramente perturbados.

—¡Espero verlos de nuevo! —Sonrió la figura femenina con garras de gato desde la puerta.

—¡Seguro que si Cat! ¡Volveremos pronto! —Exclamó Tamamo con algo de nervios.

—Fue un placer conocerte Karna-san —Ronroneó la chica comiendo un vegetal —Gracias por las zanahorias

—Si... De nada —Volteó amablemente para despedirse.

Tras ver como la señorita gatuna cerraba la puerta, los dos servants suspiraron y corrieron por el pasillo. Hasta que al llegar al otro extremo del mismo se detuvieron.

—Te dije... —Se tomo una pausa para respirar —Que era una mala idea venir a su habitación —Habló la Caster, molestando al Lancer.

—Y yo te dije que conocería a tu familia, no importa que tan loca estuviera —Respondió el semidiós solar acariciando sus orejas —Sobreviví a tus amigas Kiyo y Semiriamis, tu hermana no es tan mala, solo es incomprendida, traerle zanahorias fue una buena idea después de todo —Comentó el guerrero.

—¿Cuándo conoceré a tu hermanito? —Cuestionó Tamamo agarrándolo por el brazo.

—Bueno debo de discutirlo con él, pero... —Mientras decía esto, el hombre de piel negra doblo la esquina y los miro sonriente.

—Justo ahora primor —Burló el Archer caminando hacia ellos.

—Arjuna —Al verlo aparecer, su primera acción fue poner a la chica tras él.

—¡Karna! ¿Qué estás haciendo? Quiero conocerla, no la escondas de esa forma —Protestó el hombre deteniéndose a unos centímetros.

—Mucho gusto, soy Tamamo no Mae —Ignorando a su novio, la zorra fue hacia el frente y estrecho sus manos con el hindú.

—Hm... Suave como las finas telas de nuestra tierra. Ahora veo por qué él te tiene tanta estima —Indicó pícaramente viendo los senos de la chica.

—Que simpático... —Dijo la Caster, soltando su mano y viendo como su novio empezaba a molestarse.

Al darse la vuelta para volver al lado del príncipe solar, Arjuna aprovecho el momento de despiste de la chica y atrapo su cola, apretándola fuertemente con una mano y acariciándola con la otra.

—¡Suéltame! —Exclamó Tamamo agitándose violentamente.

—¡Suéltala! —Grito Karna elevando su mana.

—Sabes preciosa, mi hermano nunca acepta pelear conmigo y es realmente molesto por que provocarlo es difícil... Pero gracias a ti parece que estoy a punto de conseguirlo —Musitó el hombre de piel negra con un tono realmente fastidioso —¿Entonces Aniki? ¿Vas a enfrentarme? O quizás deba seguir molestando a esta zo----

El Archer hindú no tuvo tiempo para pedir perdón cuando un fuerte puñetazo lo arrojo contra una pared y destruyo una habitación en el proceso. De ella salieron corriendo dos Lancers, quienes en lugar de ayudar a Arjuna quedaron maravillados por el destello solar que irradiaba el semidiós.

—¿Qué están haciendo? ¿No planean tan siquiera echarme una mano? —Preguntó el moreno al dúo, mientras convocaba su armamento. 

—¿Ayudarte? Ese hombre no parece atender a razones y debiste hacer algo muy malo para enfadar a un chico tan pacifico —Respondió la albina viendo a su compañero congelado —¡Fionn! ¿¡Qué rayos haces!? —Gritó la chica, despertándolo de su trance.

—¡Lo lamento Brynhildr! He quedado maravillado con el brillo del príncipe —Contestó el sujeto con ánimos, corriendo junto a la mujer a un lugar seguro.

—¡Karna! —Llamó fuertemente Tamamo, buscando la atención del muchacho.

—No trates de detenerme —Dijo el hombre imbuido en su armadura del sol.

—No lo hare idiota, solo quería decirte que más te vale patear el trasero de tu hermano —Sonrió la zorra, emocionándolo —¿No deseas que te ayude? —Cuestionó la dama.

—Esto es entre él y yo, el que se meta de por medio solo recibirá daños innecesarios —Alegó el guerrero lanzándose hacia el Archer, empuñando su lanza sagrada —Perdóneme por esto Master, pero, tengo que enseñarle modales —Pensó el albino.

—¡Ya veremos si eres capaz de ganar! —Gritó Arjuna apuntando su disparo hacia su oponente.

—¡Vamos! —Vociferaron al unísono arrojándose sus ataques respectivos.

El brillo de ambos fantasmas nobles se irradio por toda la habitación, pero los daños que estos deberían haber causado no sucedieron, en su lugar los dos guerreros cayeron desprevenidamente al piso, sintiendo un casi imperceptible golpe en sus nucas y al levantar la mirada vieron como el guerrero de piel azul tenía en su poder sus armas.

—Pensé que con mi llegada estas tontas trifulcas terminarían —Se cruzo de brazos el dios mirando por lo bajo a sus semidioses.

—¡Indra-sama! —Bajaron los dos sus cabezas con respeto.

—De que sirve que se muestren avergonzados ahora, cuando ya me lo han faltado al intentar batirse en duelo —Afirmó el sujeto haciendo que los dos servants ladearan sus rostros.

—¡Solo estaba intentando mostrar mi superioridad! Después de todo, usted me apoyo en--- —Arjuna recibió un fuerte golpe en su abdomen que lo dejo privado en el piso.

—Un error que claramente debí corregir en su día, eso solo demostró cuan imperfectos éramos los dioses —Aseveró levantando la cara del muchacho —Se bien que tu iniciaste esta pelea y no creas que seré piadoso con tu castigo —Acotó el dios hindú ajustando sus hombreras —En cuanto a ti... Karna —Volteó su mirada furtivamente y apareció frente al albino, quien seguía de rodillas. 

—¿Si señor? —Preguntó el príncipe solar levantando su frente.

—Tu castigo será inferior, si bien protegiste a la chica que amas. Te has dejado llevar por la ira, cuando pudiste simplemente apartarla de tu hermano y manejar la situación de un modo diferente. Recuerda bien muchacho, por tu sangre corre divinidad no eres como los humanos, tus emociones no deben controlarte —Comentó Indra viendo como Tamamo se acercaba.

—¡Eso no es cierto! —Exclamó la zorra agitando su cola —Aquí en Chaldea somos libres, a diferencia del mundo externo, aquí podemos ser como ellos. El, solo quiso cuidarme y se dejó llevar por su lado más humano para hacerlo. No hay nada malo en tener un poco de humanidad —Alegó encarando frente a frente al imponente dios.

El duelo de miradas entre ambos servants puso extremadamente nervioso a Karna quien sentía que la presión lo destruiría. Esta se acabó al escuchar una fuerte carcajada venir del rey de los semidioses.

—Ya veo por qué él te ama tanto —Habló entre risas el hombre azul —Definitivamente eres la mujer que enfrento a los dioses japoneses —Agregó acariciándole las orejas —Esta bien Nuerita, solo por esta ves dejare que te lo lleves. Pero solo si prometes castigarlo apropiadamente —Eso último fue dicho en el oído de la zorra.

—¡Mikon! —Exclamó Tamamo estrechando la mano de la deidad.

—¡No espere! ¡Indra-sama! No le diga esas cosas, ella es más agresiva de lo que parece —Dijo preocupándose por su situación el albino, quien era arrastrado por la mujer.

—¡Tengo fe en ello muchacho! —Contestó el guerrero junto a una fuerte carcajada. 

Un lugar llamado ChaldeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora