Capítulo 4

38 8 1
                                        

Entonces entramos en una habitación, está todo a oscuras, enciende la luz y veo a Chloe sentada en una silla atada de pies y manos y con un trozo de cinta aislante en la boca. La habitación es pequeña y no tiene ventanas.
-Adelante. Sois libres.
Me contesta Nicolás de una forma burlona. Me dirijo a Chloe y le quito la cinta de la boca para que pueda hablar.
-¡¡Me has secuestrado!!
-Tranquila, vamos a salir de aquí.
-¡Te voy a denunciar!
-Ah no no no (dice esbozando una gran sonrisa)
-Le prometí que no le denunciaríamos a cambio de poder encontrarte
-¿Pero, somos libres?
-Si.
Cuando terminé de desatar a Chloe bajamos por las escaleras.
-Un momento. ¿Me quieres decir como volvemos a casa?
-Eso es problema vuestro... ¡Fuera de aquí!
Nos abre la puerta y nos empuja hacia fuera. Notamos como cierra la puerta con llave.
-¿Y ahora qué? (Pregunta desesperadamente)
-No se. Vamonos de aquí.
Intentamos salir del bosque pero es muy tarde y mis padres estarán preocupados. El cielo se ve muy ocuro, son casi las tres de la mañana. Después de estar dando vueltas por el bosque encontramos una especie de camino.
-¡Lo recuerdo! Por aquí es dónde vinimos antes.
-Genial, sigamos, ya es muy tarde.
-Oye... ¿Qué pasó en aquella casa?
-Nada.
-¿Cómo que nada? Chloe, por favor, cuéntamelo... ¿Soy tu mejor amiga, verdad?
-No puedo Dani (empieza a llorar desesperadamente)
-(la abrazo) Te entiendo, y sabes que siempre me tendrás aquí, para todo. ¿Lo sabes, verdad?
-Mañana hablamos, no puedo decir nada, no soy capaz, siento que ya no soy yo. Ya no soy yo misma...
No logro comprender a que se refiere con que ya no es ella misma. ¿Que le habrán echo esos niños?
No podría soportar que algo malo hubiera ocurrido. Fui yo quién la llamé porque ese no aparecía. Fui yo quien dijo que nos reuniéramos en nuestro bar. Quizás no fue mia la idea de seguirlos pero acepté. De verdad, si no la hubiera llamado, si no hubiera quedado con ella y si le dijera que no a su idea no nos hubieran secuestrado y estaríamos bien, pero no. Es mí culpa.
No logro contener las lágrimas, si a mi mejor amiga le pasase algo no podría perdonarmelo nunca.
Llego a casa a las tres de la mañana, mis padres están a dormir, sin hacer ruído me voy para cama. Hoy a sido un día demasiado agotador y mañana me espera saber la realidad del asunto de mi mejor amiga.

Cambio de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora