Capítulo 5

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-¿Lu-Lucas? -tartamudeó Nerea.

Ella intentó acercarse al perro pero Maria y Sara se lo impidieron, para poder observarlo de cerca. Después de contemplar al animal, llegaron a una conclusión.

-No s Lucas, al menos no exactamente -empezó Sara.

-Es un robot, uno muy macabro, si me premitís el comentario -continuó Maria-. La piel que lo cubre es auténtica, así que...

-¡No! -gritó Nerea horrorizada.

Volvió a entrar en la casa corriendo hasta llegar a la puerta trasera, a la piscina. Los demás la siguieron y cuando llegaron la vieron arrodillada donde había estado Lucas. Ahora solo había una mancha de sangre.

-¿No le habíamos enterrado? -preguntó Ara con voz temblorosa.

Mars le pasó un brazo por los hombros y le respondió en voz baja:

-No, no lo hicimos. Estábamos en shock y se nos olvidó, pero...

-Pero... ¿Dónde está ahora? ¿Quien ha hecho todo esto? -preguntó Patricia, acercándose a ellas.

-Obviamente Lucía no pudo hacer esto -señaló Maria-. así que debe haber alguien más, a parte de nosotros, puesto que no nos hemos separado...

Entonces, Rafa, se dio cuenta de que había gente que no estaban allí con todos ellos.

-A todo esto... ¿Dónde están Sonia, Barbi y Alex?

Volvieron a la puerta principal, donde el perro-robot estaba. Allí encontraron a Sonia trasteando con el robot, a Alex mirando su móvil y a Barbi quemando una servilleta.

-¿Qué hacéis? -Preuntó Sara extrañada.

-Pues ver con que filtro de insta no le brillan los ojos al Lucas mutante. Es muy difícil, créeme.

-Alejandra. Dime que no te has hecho una foto con el perro -dijo Cecilia exasperada.

-Em... ¿No? -contestó dubitativa Alex.

-No tiene remedio... -suspiró Mar.

-Esto... ¿Sonia?

-¿Sí, Carlo?

-¿Qué coño estás haciendo? -preguntó Nerea.

-¿No es obvio? Desmontarlo. ¿O queríais dejarlo por ahí suelto?

-No, pero... ¿Sabeis qué? Voy a dormir un rato, estoy cansada de todo esto...

Clau y Andy se fueron con Nerea al piso superior para descansar un poco.

-Quizá no sea la mejor idea, deberíamos permanecer juntos... -comentó María, pero nadie le hizo caso.

-No sé vosotros, pero yo me muero de hambre, ¿venís?

-Yo también, Carlo -dijo Rafa.

-Tú siempre tienes hambre... -murmuró Carlo.

-Yo quiero salir de aquí. ¿Alguien viene a dar una vuelta por los alrededores?

-Yo, Patricia.

-Y yo -se unió Mars.

Así Patricia, Mars y Cecilia salieron de la casa, mientras que el resto fue a la cocina. María, Carlo, Rafa y Sonia cogieron un bote de Coca-Cola ,cada uno, y Alex sacó una bolsa de patatas fritas par picar un poco. Se sentaron alrededor de la mesa de la cocina, excepto Barbi que siguió de pie, murmurando algo parecido a: "Quemar... Deberíamos quemar todo..."

-Hay pasado cosas muy raras, quiero volver a casa -lloriqueó Ara.

-Si estamos juntos no nos pasará nada -la consoló Mar-. Seguro que es una broma estúpida...

-Estúpida o no, ya ha causado dos muertes -intervino Sara.

-Pero no habrá más. Todo fueron accidentes, ¿verdad? -dijo Ara.

-Sin duda, pero lo del robot...

-Y por no hablar de las notas...

-¿Recordais la que encontramos en el armario de Lucía? -recordó Carlo-. ¿Que querría decir?

Ara se sentía culpable porque conocía la respuesta a esa pregunta, pro no se atrevía a decir nada. De todas formas, ahora todo estaba en calma. ¿O era la calma que precedía a la tormenta?

Nefilim Desorientad@sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora