Capítulo 7 (Primera parte)

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El peculiar grupo de adolescentes se encontraba reunido frente a la casa en llamas. Sus ojos humedecidos en lágrimas contemplaban el espectáculo de fuego, sintiendo como una parte de sus almas se iba con la muerte de sus compañeros. Todos se encontraban en estado melancólico, todos menos Barbi, quien miraba el incendio como si se tratara de una obra de arte.

-¿No es increíble?- comentaba la pirómana con admiración- He quemado árboles, coches, contenedores, animales, insectos, pero nunca una casa...- se quedó unos instantes en silencio- ¡Ha sido lo mejor que he hecho en mi vida! ¡Mucho mejor que cuando le quemé el pelo a mi hermano! Bueno, quizás no tan gracioso pero...

-Barbi.- le cortó Rafa, su rostro estaba completamente rojo de rabia- ¡Cómo vuelvas a usar ese mechero te juro que te arranco los pelos de la cabeza pedazo de guarra!

Alex se puso al lado del joven y lo agarró del brazo para que no se avalanzara sobre Barbi.

-Míralo por el lado positivo.-dijo esta, intentando animar a Rafa- El color ceniza esta poniéndose muy de moda en Estados Unidos. ¡Tendrás una casa de diseño!

-¿El color ceniza de moda?- susurró Ara al oído de Alex lo suficientemente alto para que todos lo oyéramos- ¡Si es lo más feo que he visto en mi vida! Bueno, después de las uñas color moco de Lucía.

-Ya lo sé.- respondió Alex empleando el mismo tono de voz- Solo lo digo para que deje de quejarse. Ah, y no hables tan alto que nos va a oír.

Rafa comenzó a sollozar y a murmurar cosas incomprensibles como "mi casa" o "voy a matar a la muy puta", mientras que Alex intentaba "tranquilizarlo", produciendo un efecto contrario con sus palabras.

De repente empezó a llover, provocando que el incendio se fuera consumiendo poco a poco hasta apagarse del todo. Tras unos minutos discutiendo sobre lo que debían hacer, decidieron entrar en la casa, e intentar salvar el mayor número de objetos posibles. Encontraron algunas mantas y ropa medio chamuscadas, pero de todas formas las cogieron, ya que, en la situación en la que se encontraban, cualquier cosa era mejor que nada.

-¡Chicos! ¡Chicos!- gritaba ara desde la cocina- ¡Venir!

Todos se reunieron con la chica a los pocos segundos, y se quedaron mirando el suelo con los ojos abiertos como platos ante la sorpresa.

-¿Qué es eso que estáis mirando?-preguntó Alex, al no optener respuesta por parte de sus amigos, se hizo paso para poder ver claramente aquello que los había escandalizado- ¡Andy!- exclamó, tirándose en el suelo junto a su parabatai.

Se quedó unos instantes ahí, llorando junto a ella y llenando su pelo rubio esparcido sobre el suelo de mocos. Los ojos azules de Andy estaban abiertos de par en par, pero esta se mantenía inmovil. Tras dejar un mar de lágrimas en el pelo de su amiga, Alex se levantó, con los ojos enrojecidos y miró a todos los presentes de la sala con una furia que nunca antes habían visto en ella.

-¿¡Quién ha sido?!- rugió- ¿¡Quién ha matado a mi parabatai?! ¡Cómo encuentre al culpable lo mataré y no me haré fotos con su cadaver y quedará deshonrado de por vida!

-Alex... Tranquilizate...-murmuró Mar tímidamente.

-¡NO PIENSO TRANQUILIZARME!- exclamó esta, con el rostro completamente rojo.

-No tomemos decisiones precipitadas.-dijo María, dando un paso hacia el cadaver de Andy- Me ha parecido verla respirar. Creo que está viva. Inconsciente, pero viva.

María y Sara se acercaron al cuerpo de Andy para inspeccionar cualquier marca que pudiera conducir al responsable.

-Su pulso es débil.-susurró Sara, sujetando la muñeca de la chica.

-Tiene manchas de comida en los dedos y la ropa.- observó María- Probablemente encontró algo de comida y alguna cosa la alteró e hizo que esta se le cayera y manchara su ropa.

-Hay ceniza en el suelo, por lo que las huellas de otra persona deberían haber quedado grabadas en el suelo, sin embargo, no encontramos ninguna, a parte de las de la misma Andy.-pensó Sara en voz alta.

Las miradas de las jóvenes comenzaron a recorrer el suelo en busca de cualquier señal, fue entonces cuando se detenieron en un punto en concreto, justo donde se encontraba Barbi.

-¡Qué alguien me quite al puto perro mutante de encima!-gritaba esta, dándole patadas - ¡Cómo no me lo quitéis os juro que lo quemo!

-¡El perro! ¡Voy a matar a ese perro!-dijo Alex, comprendiendo que el perro era el único responsable posible.

Sara la agarró del brazo antes de que pudiera avanzar.

-¡No podemos cargarnos al perro! Lo necesitamos para llegar al asesino.-

-¡El asesino es el perro! ¿Es que no ves las huellas? Aparte de las de Andy solo hay huellas de perro, solo el perro pudo ser el responsable. ASUNTO ZANJADO.-replicó Alex, intentando soltarse del agarre de la chica.

-Es imposible que un perro tan pequeño dejara a alguien inconsciente de tal manera. Está en un estado de adormecimiento, es muy raro. Estoy convencida de que eso no lo puede causar un perro, ni siquiera nuestro perro linterna.-murmuró María, frunciendo el ceño- Todas las pruebas conducen al perro... El perro es el asesino, pero a la vez la razón me dice que no puede serlo. ¡Nada de esto tiene sentido!

-Nuestra vida dejó de tener sentido desde que llegamos a esta condenada casa...-dijo Sonia, quitándole el perro a Barbi.

Nefilim Desorientad@sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora