Capítulo 8, segunda parte

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CAPÍTULO 8, PARTE 2

El numeroso grupo de jóvenes entró en la casa, la cual estaba totalmente destruída a causa de las llamas, y siguió el camino hasta llegar a la misteriosa trampilla en la que Nerea y Patri se habían ocultado.

Todos se quedaron contemplándola silenciosos durante unos instantes, pensando en qué les depararía dentro de aquella habitación en ruinas. Finalmente María se adelantó y fue a abrir la trampilla cuando Nerea y Patri se situaron delante de esta, impidiéndole el paso.

-No deberíamos entrar.-dijo Nerea intentando sin éxito disimular el temblor de su voz.

-Lo que quiere decir Nerea, es que no deberíamos malgastar nuestro tiempo en una tontería.-añadió Patri, lanzándole una fugaz mirada a su amiga- Deberíamos preocuparnos más en buscar un lugar para pasar la noche, por si no os habéis dado cuenta, nos hemos quedado sin casa.

-Ya.-dijo Rafa furioso, clavando una mirada acusadora en Barbi- Y todo por cierta pirómana que no puede estarse quieta con su puto mechero.

Barbi se encogió de hombros sin mostrar una pizca de compasión por aquel al que había quemado su casa.

Alex se abrió paso entre los presentes hasta colocarse al lado de María.

-Yo creo que Patri y Nerea tienen a un tío bueno encadenado en la trampilla.-dijo Alex, formando una sonrisa en su rostro- Seguro que no quieren que entre porque soy mucho más guapa que ellas y me lo ligaría sin problemas.

Nerea y Patri se dirigieron una mirada de complicidad entre ellas, ambas parecían aterradas.

-Hablamos enserio. Si entráis... Él os matará.-murmuró Patri, clavando la mirada en el suelo.

-Con que "él", ¿eh? ¡Os dije que era un tío! Si está bueno, por mí que me mate las veces que quiera, no opondré resistencia.-bromeó Alex, apartando a Patri y Nerea del medio.

Abrió la trampilla, y todo el grupo entró en ella. La habitación estaba totalmente a oscuras y en silencio y se mantuvo así durante unos instantes, hasta que el sonido de unos pasos hizo chirriar el viejo suelo de madera.

-¡No le miréis! ¡Mirar al suelo!-gritó Nerea como una histérica.

Todos miraron al suelo, alarmados ante el tono de la joven, todos menos Mar, quien se había quedado paralizada sin saber qué hacer.

-Car...Lo...-esa fue la última palabra de la joven antes de desplomarse inerte en el frío suelo.

Andy soltó un agudo grito ante la impresión de ver a la chica muerta a su lado. Todo se mantuvo en silencio durante un instante, cada uno de los presentes estaban aterrorizados, sabían que había un asesino entre ellos, pero, ¿quién?

Entonces Sara advirtió en el último nombre que había pronunciado la chica antes de morir. Carlo. ¿Por qué diría ese nombre? ¿Por qué Carlo? Una idea terrible le vino a la cabeza, pero la desechó al instante, había leído demasiadas novelas de misterio, en la vida real aquello que pensaba era totalmente imposible.

María y Sara se dirigieron una mirada de entendimiento entre ellas, ambas habían pensado lo mismo, ¿debían decir algo o mantenerse calladas?

-¿Carlo?- preguntó Ara finalmente con inseguridad.

Todos seguían con la mirada clavada en el suelo, temiendo que les ocurriera lo mismo que a Mar.

-¡Vaya! ¡Al fin una cabecita inteligente en el grupo! ¡Empezaba a aburrirme con tanto silencio!- exclamó la voz del joven en tono burlón, consiguiendo sobresaltar a todos los presentes.

Nefilim Desorientad@sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora