Todavía

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Día 1: juego
Día 2: pelea
Día 3: trabajo en equipo
Día 4: momento kyman
Día 5: personalidades intercambiadas
Día 6: universo alterno
Día 7: libre 

Notas: no alcancé a hacer el día 3 ayer, pero tengo ya la idea clara, así que veo si puedo armarla decentemente y tenerla antes del domingo. Nunca había estado tan al día con una week temática así que estoy conforme (y también colapsada asdf).

Gracias por leer hasta el final~
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La foto llegó al grupo a las doce y media de la noche pasadas. Stan dejó la ropa en la secadora, tomó el teléfono y abrió whatsapp; enseguida soltó una risotada pero se calló enseguida para no ganarse un insulto de su hermana. «Van a mandar fotos haciendo siempre esa pendejada?», escribió y agregó un emoji riendo para que Cartman no se lo tomara a mal, luego abrió el chat con Kenny.

«Has visto la foto que mandó Kyle?», escribió mientras se dejaba caer en la cama. «Deja de mirar porno y contéstame, Kenny»

«La acabo de ver lol me siento viejo cuando pienso en el faithileo», respondió el chico. «Dónde carajo están? No pudieron viajar tan rápido hasta Nevada o sí?»

«Parece que es un museo en Utah. No me extraña, Kyle me dijo que estaba harto de pasar sólo por restaurantes así que le iba a meter algo de cultura al culón»

«Asdg qué hijo de puta es Kyle cuando quiere, pero está bien, el viaje es de los dos. Cuando vas a viajar conmigo? (◕‿◕✿)»

«Cuando sean las vacaciones de invierno, pasemos años nuevo en otro lugar que no sea South Park», escribió Stan con un ligero sonrojo. «Es raro ver al gordo con Kyle en la misma foto y que no se estén mirando como si quieran sacarse los ojos, no?»

«A veces eres un poquito ingenuo Stan. O no sé, en secundaria se empezó a notar que ellos nos se odiaban taaanto como pensaban todos. Era hora que salieran, para mí era como ver una novela interminable. De todas las fotos que mandaron, este es la que más me gusta <3»

Ambos revisaron la foto de nuevo: el cielo nocturno y azul oscuro salpicado de estrellas, al fondo del moderno edificio se veían cerros que a esa hora sólo eran sombras en el fondo, la luz que llegaba de los postes, a los laterales, rectángulos de plantas, y en el medio Eric y Kyle. El primero estirando su chaqueta roja para simular que tenía pechos, una gran sonrisa en su rostro redondo, y a su lado Kyle con una playera de las montañas de Colorado, el ushanka viejo y verde y unos rizos rojos que se le escapaban del gorro, sonreía tanto que los dientes que se asomaban entre sus labios también transmitían felicidad.

* * *

—¿Te estás escribiendo con tu novio el hippy? —preguntó Eric cuando salió del baño y buscó algo de ropa en la maleta—. No te aguantas ni un día sin hablar con él, ¿eh?

—Cállate, culón, sólo mande al grupo la foto que nos sacamos en la entrada del museo —respondió Kyle frunciendo el ceño y se sentó sobre la cama cruzando las piernas—. La gente nos miró raro cuando faithiliaste.

—¿Qué carajo saben ellos de humor? Faithilear fue una de las mejores cosas que hicimos, sobre todo cuando nos metimos en los debates presidenciales —dijo y soltó una risita.

Kyle también rió. Estaba de acuerdo, aquellos días fueron de los mejores.

—Nunca discutimos por eso, ¿te habías dado cuenta? —comentó Kyle mirando cómo Eric se ponía una playera de Gaga, la ropa interior y unos pantalones de algodón holgados para dormir.

—Porque tienes buen sentido del humor, salvo cuando te pones a ver esa mierda de Padre de familia, ahí la cagas, judío.

—Vete a la mierda, Eric.

—Voy y te llevo conmigo, Kahl —respondió con un canturreo infantil.

Kyle se levantó y se sentó al lado de Eric, este lo rodeó en seguida con un brazo y apoyó la cabeza sobre su hombro —Eric no había crecido tanto como Kyle, pero nunca lo admitiría. Si bien les gustaba compartir cama, a veces Kyle se quedaba sin espacio porque el otro chico se abría de brazos y piernas y giraba demasiado, prefería tener una cama para él solo por si acaso.

—Cuando hacíamos cosas juntos salían muy bien —pensó en voz alta—. Ni siquiera peleábamos, a veces incluso era más fácil comprenderte a ti que a Stan.

—Hey, hey —dijo Eric en seguida—, aún seguimos haciendo las mejores cosas cuando nos juntamos. Salir conmigo fue lo mejor que has podido hacer, Kahl —ronroneó y acercó la boca al cuello de Kyle para respirar sobre su piel.

Kyle se estremeció y Eric aprovechó para quitarle el ushanka y pasar los dedos regordetes por toda esa cabellera rebelde y colorada. Después de haber discutido camino al hotel sobre si el dinosaurio más grande el mundo era argentino o brasileño, ahora tocaba el momento cursi y sin palabras de disculpas. Sacarse esas fotos siempre los dejaba de buen humor, era un acto de reconciliación cargado de nostalgia pero que reciclaban para su relación actual.

Eric recordó cuándo empezó aquello. Después de la graduación, después de los abrazos asfixiantes, besos de madres con lápiz labial y palmadas en la espalda. Al fin se habían graduado, pese a los momentos donde pensaron que no lo lograrían, donde no durmieron, donde tuvieron que rogar por algún punto extra, y luego llegó el alivio. Comenzaron las fotos, Liane parecía que llenaría su memoria de 32 gigas sólo ese día, y de repente, Kyle llegó, lo tomó del brazo y lo arrastró hasta el escenario donde se acababa de hacer la entrega de diplomas. Eric estaba largando insultos sin comprender nada pero Kyle lo ignoró, le gritó a Ike que se acercara con su teléfono y pusiera la cámara.

—Con estas togas ridículas podemos tener tetas colgantes incluso —le había dicho Kyle casi eufórico y tomó la toga con ambos pares de dedos índice y pulgar para hacer, por primera vez desde hacía años, faithileo.

Eric lo miró sorprendido y tragó despacio, descolocado. Ese simple acto acababa de emocionarlo mucho, también hizo lo mismo con su toga. Ike rodó los ojos como diciendo que ese par de viejos eran unos ridículos pero no dijo nada, tomó la foto y se la mandó por mensaje a Kyle quien se la mostró a Eric.

—La mejor sigue siendo la que te tomé en la clínica de planificación familiar, ¿recuerdas? —había comentado el pelirrojo y si bien Eric no recordaba qué fue lo que pasó por su cabeza cuando escuchó aquellas palabras, sí sabía que en apenas una fracción de segundo después se encontraba abrazando a Kyle con fuerza.

—Claro que me acuerdo. ¿Aún guardas esa foto, judío? —había murmurado sobre su oreja y propuso—. ¿Por qué no nos largamos de aquí? Vayamos a faithilear a Las Vegas, a Denver, a California, al Gran Cañón, a todos los lugares, piénsalo —y dejó un beso sobre el lóbulo antes de soltarlo y regresar con su madre que quería seguir besuqueándolo y grabando momentos.

Y ahora, mientras comenzaban a acariciarse poco a poco en aquel cuarto de hotel en Utah, después de mandar la foto del día, de reírse y de discutir, tanto Eric como Kyle seguían pensando que aquellos infantiles días de faithileo en la primaria fueron uno de sus mejores momentos. No porque el meme fuera gracioso en sí, sino porque ambos lo compartían de manera especial, y aún lo hacían, por más que los chicos jóvenes y adultos viejos no lo entendieran.

Y lo seguirían haciendo juntos muchas veces más.

Nosotros mismosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora