005| La chica de ojos perlados.

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Karen caminaba por el parque con las manos en sus bolsillos. No podía evitar bostezar de vez en cuando. Aunque debería haber vuelto a su casa directamente, decidió dar una vuelta por Konoha para no tener que estudiar.

De repente, comenzó a escuchar unos sollozos provenientes de unos arbustos. Se acercó al lugar y vio a tres chicos empujando a una niña. Al acercárseles, se dio cuenta de que era su compañera de clase.

—¡Oíd, imbéciles, dejad a Hinata en paz! —exclamó Karen, tirándole una piedra al chico que estaba en la punta izquierda. Pero él la esquivó con relativa facilidad.

—Ya tenemos aquí al otro bicho raro. Karen Uzumaki, ¿qué vas a hacer tú? ¿Qué eres? ¿Su ángel de la guarda? —preguntó un chico mientras ella se ponía justo delante de la Hyuga para que no pudieran golpearla.

—¡Con ese pelo, más que ángel es un demonio! —gritó el chico al que le había tirado la piedra.

—Vaya vergüenza ajena que me ha dado tu comentario de mierda —murmuró ella—. De todas maneras, no esperaba nada viendo esa cara de estúpidos que tenéis.

—¿Ella no fue la que hirió a Takeshi hace poco? —preguntó otro chico.

Justo cuando uno de ellos iba a golpear a la Uzumaki, Naruto apareció, poniéndose delante de las dos chicas. Karen se arrodilló al lado de Hinata y comprobó que no estaba gravemente herida.

—Dejadlas en paz —ordenó él, realizando un sello con sus manos.

—El que faltaba. —Uno de los chicos suspiró con pesadez.

—¡Atacar a los más débiles es de cobardes, de veras! —Karen le pegó un codazo al Uzumaki.

Los tres chicos se abalanzaron al Uzumaki, comenzando a pegarle. Karen intentó defenderle como pudo, pero fue expulsada rápidamente de la pelea con una patada. Eran más fuertes de lo que pensaba. Hinata fue la que atrapó su cuerpo antes de que chocase contra un árbol.

—Mierda... —susurró. Hinata se separó de ella rápidamente, como si temiese haberla disgustado. —Siento haber llegado tan tarde. —Sonrió a la chica como pudo.

—N-no es tu culpa, no tienes de qué preocuparte —profirió tímidamente.

Los tres chicos se fueron en cuanto acabaron de propinarle una buena paliza a Naruto. Él se acercó a las chicas magullado. Karen se acercó a él preocupada, pero fue el mismo Uzumaki el que le dijo que no se preocupara, que estaba bien.

—¿Estás bien, Hinata? —preguntó Naruto. Ella se ruborizó sutilmente.

—S-sí, no te preocupes. —Sonrió dulcemente.

—¡Ah! Seguro que conoces a Neji, ¿verdad? —preguntó la pelirroja.

—¿Neji? Cla-claro, él es mi primo. —Karen asintió.

—¿Quién es ese tal Neji? —preguntó Naruto, mirando a Karen.

—Es un conocido, nada más —respondió, mirando al Uzumaki—. Ah, te han dado una buena, ¿estás bien?

—Y-yo tengo ungüento. —Rebuscó en su mochila de color morado. —To-toma, Karen. —Intentó entregárselo a la pelirroja.

—¿Por qué me lo das a mí? Es tu ungüento, seguro que tú sabes aplicarlo mucho mejor que yo —comentó la pelirroja sonriendo.

—Si a Naruto no le molesta...

—No seas tonta, claro que no —dijo el chico.

Hinata empezó a aplicar el remedio en la espalda del Uzumaki, estaba preocupada por si le hacía daño.

Don't Leave Me | Neji HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora