Karen cargaba con la mochila en su espalda a trompicones. Pesaba demasiado, incluso si solo llevaba un par de libros. Su vista se posó en un chico que estaba sentado en el suelo, con la cara escondida en sus rodillas. Su pelo recogido en una trenza reposaba en su espalda, que se movía acompasada al llanto del niño.
Se le acercó temerosa y posó su mano en el hombro del chico. Él levantó la cabeza, dejando ver sus grandes ojos rojos de llorar. Karen no pudo evitar fijarse en sus cejas pobladas, tenía una cara singular, por llamarlo de alguna manera.
—¿Estás bien? —preguntó la chica, agachándose a su altura.
—Sí —murmuró el chico, intentando limpiarse las lágrimas de las mejillas.
—¿Te encuentras mal? ¿Qué te pasa? —susurró la Uzumaki.
—Que soy un fracasado, eso es lo que me pasa —Karen frunció el ceño sutilmente. El chico había roto en llanto.
—¿Por qué dices eso?
—Porque no puedo hacer jutsus. —La chica sonrió sutilmente.
—No pasa nada, a mi también me cuesta, es solo cuestión de practicar. —El chico negó sutilmente.
—Tú no lo entiendes. Yo no tengo chakra. —La Uzumaki se sorprendió, jamás había escuchado algo así. Aunque tenía sentido, si había gente con tanto chakra como ella, debería haberla sin él.
—Pero seguro que algo se te da bien. —Sonrió, intentando consolarle.
—Sí, fastidiarlo todo. —Karen reprimió una risilla.
—Bueno, al menos has encontrado algo que se te da bien, ya es más que la mayoría.
—No sé si reír o llorar. —La chica se levantó del suelo y le agarró del brazo, haciendo que él también se pusiese de pie. —¿Por qué estás intentando ayudarme?
—¿Se necesita un motivo para ayudar a alguien que está mal? —Rio. —Esforcémonos en la academia. Si tu sueño es ser ninja, estoy segura de que lo conseguirás.
—¿Pero cómo? Necesito aprobar ninjutsu para poder ser genin...
—No hace falta que apruebes, puedes sacar un cero y hacer media con taijutsu. Al menos eso dijo mi profesor.
Pero el chico no pareció demasiado convencido por su respuesta. Karen metió sus manos en los bolsillos y encontró tres bonos para una ración de ramen gratis en Ichiraku.
—¿Te apetece comer en Ichiraku? Así al menos lloras con la barriga llena. —Karen sonrió mientras le ofrecía su mano.
Él la agarró y se levantó del suelo. La chica tenía razón, debía esforzarse para ser un ninja, no podía simplemente quedarse sentado llorando. Incluso si no lo acababa consiguiendo, quería tener la certeza de haberlo intentado hasta el final.
—Sí, vamos —murmuró, soltando la mano de la chica—. Mi nombre es Rock Lee, ¿quién eres tú?
—Karen Uzumaki —respondió la chica.
Ambos caminaron hasta llegar al local, tomaron asiento y pidieron sus respectivos platos. Les sirvieron rápidamente sus rámenes y comenzaron a comer con ansias. Pese a que Karen había estado guardando cupones para dárselos a Naruto, no le importó gastarlos con aquel chico.
—Gradúate pronto y disfruta de tu equipo, ¿sí? —dijo la chica, poniendo un mechón de pelo detrás de su oreja—. Seguro que no ha sido fácil, y ser genin seguramente no lo será tampoco, pero intentemos disfrutarlo.
—Muchas gracias, Karen —murmuró él—. Estaba muy triste y has conseguido que deje de estarlo. Muchas gracias.
—No es nada, todos tenemos días malos. Solo he hecho lo que hubiese querido que hicieran conmigo. —Introdujo un pedazo de carne en su boca.
—¿Rock Lee? ¿Karen? —preguntó alguien detrás de ellos. Ambos se giraron, y, en cuanto ella le vio, sonrió ampliamente.
—¡Neji! —exclamaron ambos chicos.
—No esperaba veros juntos, si soy sincero —admitió él.
—Nos llevamos muy bien, no te creas —dijo Karen—. Ven, te invito a fideos.
—No puedo, a diferencia de vosotros, yo sí que tengo que entrenar. —La chica rodó los ojos y le apuntó con sus palillos.
—Está bien, tú te lo pierdes —masculló ella. En apenas unos segundos, volvió a sorber sus fideos.
—¿Me pierdo el qué? —preguntó burlescamente.
—Una comida gratis y, mucho mejor que eso, nuestra valiosa compañía —respondió Karen, Rock Lee asintió con una sonrisa en la cara.
—Entonces no estoy dejando pasar una gran oportunidad. Hasta otra —se despidió el Hyuga.
—Es increíble, ¿no crees? —murmuró Rock Lee una vez el Hyuga hubo desaparecido de su vista.
—¿Neji? —masculló Karen, masticando un pedazo de carne.
—Sí... Es el mejor de mi clase, es todo un prodigio. No creo que llegue a existir alguien tan fuerte como él...
—Es lo que hay —murmuró la chica—. Existe gente con suerte. A nosotros no nos ha tocado la lotería de la genética, pero al menos somos divertidos.
—Sí, tienes razón —comentó él, volviendo su vista a los fideos.
—Come, se te enfriará el caldo —dijo Karen, depositando la mitad del huevo cocido en el plato de su amigo.
—Muchas gracias —murmuró Rock Lee.
—Trabajemos duro para que, si algún día tenemos que luchar codo con codo, podamos confiar plenamente en la fuerza del otro. No te rindas, te estaré apoyando. —Sonrió.
—¡Yo también te estaré apoyando, Karen! ¡Hasta el fin del mundo! —exclamó él.
—Pues yo lo haré desde el fin del mundo. —Rio la chica.
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Don't Leave Me | Neji Hyuga
Fiksi PenggemarLa guerra siempre acababa llevándose a las mejores personas, Neji y Karen lo sabían, aun así, la despedida se les hizo dura. Es que, se fue de la peor manera posible. -aerhyan | 2018