—¿Dónde está Naruto? —le dijo la pelirroja, desesperada, al maestro de su amigo, que estaba demasiado relajado para haber estado a punto de perder a un alumno.
—Está en el hospital, curando sus heridas, supongo que solo quieres confirmarlo si estás aquí... —Tan rápido como los oídos de la Uzumaki interceptaron la información, empezó a correr como si la vida le fuese en ello en dirección al hospital.
"Si algo le pasa a Naruto, le mataré, mataré a Kakashi Hatake. Incluso si me cuesta la vida. Por Dios, espero que esté bien", pensó Karen enfadada.
Hiruzen había avisado a la genin de que Naruto había sido internado tras una misión bastante peligrosa. A la Uzumaki, le faltó tiempo para correr a buscar al maestro de su amigo y preguntar si aquello era verdad.
Al llegar al hospital y preguntar por Naruto, entró rápidamente en la habitación que le habían indicado y se sentó en una butaca al lado del rubio, que no había despertado todavía. La fe de la Uzumaki era inexistente, así que sus plegarias sonaban vacías, aun así, lo siguió intentando.
—Me has asustado tanto... —Agarró la mano del rubio y la apretó. El mero hecho de pensar en perder a su hermano le aterrorizaba. —¿Qué haría yo sin ti? ¿Y si hubieses muerto en la misión? —Empezó a llorar. —Sé más cuidadoso. Sakura está bien, y Sasuke también, entonces, ¿por qué tú no? —Una risa amarga escapó de su boca. —Seguro que los protegiste, a ambos. Eres tan buena persona que eres tonto. ¿Por qué no valoras más tu vida? Al menos valora mi vida sin la tuya presente... —Suspiró pesadamente.
Alguien golpeó la puerta de la habitación. La Uzumaki soltó la mano de su amigo y dirigió su mirada a la puerta.
—¿Ha-hay alguien? —preguntó cierta Hyuga.
—Estoy yo, entra sin problemas —profirió la pelirroja. Al mismo tiempo que la puerta se abría, Karen limpiaba sus lágrimas.
—¿Karen? —murmuró Hinata.
—Hola, Hinata —susurró mientras la nombrada se inclinaba sutilmente.
—Ho-hola. —Karen señaló otra butaca junto a la suya para que se sentase. —Pobrecillo... —Miró el cuerpo magullado de Naruto con lástima. Debía haberse visto envuelto en una pelea terrible.
—Sí —murmuró Karen con un nudo en la garganta.
—Puedes llorar, Karen. Di-digo, si quieres. —La pelirroja negó sutilmente. "Quiero irme a casa con él", pensó y en cuanto aquello cruzó su mente, las lágrimas brotaron de sus ojos. No quería llorar frente a Hinata, pero le fue imposible retener el dolor. Sus sentimientos habían encontrado una grieta y Karen fue incapaz de detener esa fuga.
—Yo... Él es como un hermano para mí... Prometí protegerlo y fallé... —Hinata agarró la mano de la de ojos azules. —Soy su mejor amiga y no he podido hacer nada por él... —sollozó, aunque más bien parecían gruñidos. A Hinata se le hicieron terriblemente dolorosos, así que apretó la mano de su amiga en un intento de consolarla. —Yo no soy capaz de hacer nada por él. Soy un fracaso.
—No digas esas cosas, Karen. —Acarició el dorso de su mano. La gentileza de la Hyuga fue capaz de serenar el corazón de la pelirroja, cuyo único consuelo era el calor de la mano de Hinata. —Naruto estaba solo hasta que tú llegaste a su vida, llenaste gran parte del vacío en su interior. Es por eso que creo que, si te escuchara hablando como lo estás haciendo ahora, se pondría muy triste. —Karen abrazó a Hinata y hundió su cara en la chaqueta de su amiga. Incluso si lo que había dicho era cierto, no podía evitar sentir que había sido incapaz de cumplir con su deber.
—No pude proteger a una de las personas que más quería, ¿qué clase de amiga soy? ¿Si hubiese estado ahí, podría haber hecho algo por él? —Agarró con rabia la chaqueta de su amiga. —Seguro que no... —Hinata separó el abrazo y la miró seriamente.
—Karen. —Sujetó a la chica por sus hombros. —Parece que te estás autocastigando... Dices que lo sientes y que has cometido un error, pero Naruto está así por una serie de decisiones ajenas a tu persona. No ha sido tu culpa. Por favor, como amiga te pido que dejes de autoflagelarte. Eres una gran persona y una gran amiga, Naruto sabe eso seguro, es por eso mismo sé no hubieses podido hacer nada por él aún haber estado ahí, porque Naruto te hubiese protegido antes con su vida. —Sonrió dulcemente. —Naruto y tú sois personas a las que merece la pena proteger. Sois personas cálidas en un mundo como este... Por favor, no te creas menos a nadie, eres perfecta. —Karen observó a la Hyuga y asintió sutilmente.
—Siempre sabes qué decir y cómo decirlo —murmuró la pelirroja con una sonrisa en la cara—, ¡qué suerte! Por favor, dedícale unas palabras así de amables a Naruto también, no soy la única que se las merece.
Hinata asintió con un notable sonrojo. A Karen se le hizo curioso que no hubiera tartamudeado en todo aquel discurso, parecía que toda la seguridad de la Hyuga salía a relucir intentando consolar a las personas que estimaba. "Qué suerte tiene, a diferencia de mí, su corazón es fuerte... Eso está bien", pensó Karen, poniendo sus manos en su nuca.
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Don't Leave Me | Neji Hyuga
FanficLa guerra siempre acababa llevándose a las mejores personas, Neji y Karen lo sabían, aun así, la despedida se les hizo dura. Es que, se fue de la peor manera posible. -aerhyan | 2018