Lágrimas y café (re-subido)

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~~~HERMIONE~~~

Sentí como el tiempo se congelaba. El mundo se caía a pedazos a mi alrededor. Sus palabras fueron como una bofetada que nubló mi vista. No estaba preparada. Definitivamente, no.

No parecía haber nadie más en la habitación ahora, solo nosotros y la presión que sentía en el pecho.

  — L- Lo siento. — Me disculpé y salí corriendo. Corrí como nunca antes lo había hecho, empujando todas las puertas que se cruzaban en mi camino, dejando escapar las lágrimas que no quise soltar enfrente de todos los Weasley.

Me detuve cuando dejé el hospital unas cuadras atrás, pero reparé en que no sabía dónde estaba. Una jovencita de mi edad, sola y llorando en esa gran ciudad no era lo que se puede decir seguro. Caminé hasta encontrar un café, en donde, al menos, podría dejar fluir mis emociones a salvo.

El lugar era hermoso, muy cálido y acogedor, tenía ganas de volver en alguna ocasión más feliz. Pedí un café y me dirigí a una de las mesas del fondo, que estaba totalmente alejada de la vista de cualquier otra persona.

¿Qué esperaba? ¿Que Fred me recibiera con los brazos abiertos? ¿Que me dijese que me amaba? ¿Que quisiera verme? Indirectamente todo era mi culpa, Viktor era mi novio cuando lo atacó y en los papeles del hospital no figuraba ninguna de mis visitas. Debería haber ido aunque sea una vez durante los horarios de visita para que no pensara que no me importa.

Las lágrimas que dejaba caer sobre el café arruinaban el dibujo que me había hecho el barista. Un hermoso corazón de crema con la palabra "smile" escrita con canela, era una verdadera obra de arte. Había sido muy considerado de su parte, pero ahora sólo parecía un océano revuelto. Un fiel reflejo de mis emociones en ese momento.

  — ¿Necesitas algo más? —  La voz del mesero me sobresaltó. Levanté la cabeza y pude notar en sus ojos que estaba preocupado y, también, que era un chico muy guapo, no mucho más mayor que yo.

  —  No, nada... — Respondí en un suspiro, esperando que se vaya por donde vino. Pero el muchacho decidió sentarse del otro lado de la mesa.

  — Dicen que hablar las cosas ayuda, soy Josh. — Se presentó.— ¿Qué hace que una hermosa muchachita de tu edad tenga los ojos llenos de agua?

Algo en mi interior me impulsó a contarle todo lo que había pasado últimamente, omitiendo los detalles que incluían magia, obviamente. Él me escuchó con mucha atención, aconsejándome cada tanto e intentando hacerme reír, pero sólo un bromista podía lograr una sonrisa de mi parte esta vez.

Hablamos hasta que el lugar tuvo que cerrar, ya en la calle, cuando nos despedimos, me dejó su número por si necesitaba su ayuda otra vez. Sabía que no iba a usarlo, por lo menos en un buen tiempo, pero igualmente me guardé el papel en el bolsillo. 

Nuestros caminos eran opuestos, él esperó a que yo me alejase primero. Por seguridad dijo, pero cuando ya estaba a unos metros de distancia oí un ruido que me indicó que había desaparecido. No me imaginaba que podría ser un mago, no parecía serlo. Pero supongo que algunas personas que conocen "el otro mundo" prefieren quedarse en este a veces.

***** 

Ya volvió su queen, okno. ¿Cómo han estado? ¿Disfrutando la historia? Espero que si.

Nos vamos lentamente acercando al final de esta historia de amor.

Hasta la próxima!!


Enchanted- FremioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora