Lincoln estaba muy tranquilo viendo Aaaaargh!!! en su casa, cuando Luna lo interrumpió. Lincoln estaba disfrutando de un muy bien merecido fin de semana, por lo que no estaba poniendo atención a nada más. Fue por eso que el albino no notó nada extraño hasta que Luna llamó su atención.
- Hermano, creo que alguien te busca.
- ¿...Eh? ¿De qué hablas?
- ¿Qué no has visto? En la ventana hay alguien, y no deja de mirarte.
La rockera señaló la ventana. Al fijarse, Lincoln vio unos ojos que lo observaban desde fuera. No distinguía el rostro de quien fuera, pero ese suéter púrpura le resultaba familiar. Cuando por fin volteó a verla, la figura se alejó de la ventana, se acercó a la puerta, y por fin llamó apropiadamente a la puerta. Lincoln tuvo un pésimo presentimiento sobre eso.
- ¿Quién crees que sea? -preguntó Luna en un susurro.
- Tal vez sepa quien es... Pero espero estar equivocado.
Lentamente se acercó a la puerta; casi podía sentir los ojos de esa persona clavados en la puerta, esperando pacientemente a que se abriera. Luna se alejó y se ocultó en una esquina, expectante. Lincoln casi tuvo miedo de abrir la puerta, temeroso de encontrarse con...
- ¡Lincoln!
Apenas se abrió la puerta, una chica se abalanzó sobre él, derribándolo en el proceso.
- Te extrañé, te extrañé, te extrañé...
- ...Hola, Ronnie Anne -dijo Lincoln con desgana.
Su ex-novia estaba sobre él, abrazándolo con fuerza.
- ¿Qué haces aquí? -le preguntó el albino.
- Mi hermano quiere volver con su ex, y me dije a mí misma, si él quiere, ¿por qué yo no? Por lo que decidí acompañarlo, y aquí estoy, aprovechando que tú también estabas en esta ciudad.
Lincoln la miró con desconfianza.
- ¿Sabes? -continuó Ronnie, más tranquila- Me arrepiento de haberte lastimado. Sé que me puedo poner agresiva, pero así es como demuestro que te amo. Nunca pude encontrar a nadie que fuera como tú, y todo el tiempo pensé en ti. Por favor, perdóname... ¿Qué dices? ¿Podemos volver? ¡Hay que intentarlo todo otra vez!
- Ya sabes porqué nos separamos, Ronnie. Ni siquiera Lynn me pegaba tanto, e incluso ella tiene momentos en los que es tranquila. No pienso volver a estar contigo.
Lincoln sintió la furia de Ronnie Anne, pero cuál fue su sorpresa cuando ella se separó y le mostró una sonrisa en su rostro.
- De acuerdo, no me extrañas. Pero, ¿no podríamos aunque sea intentar algo? ¿Ser amigos, tal vez?
- ¿...Qué planeas?
- Oye, piensa lo que quieras de mi, pero no soy mala. Por favoooor. Anda, anda, anda. ¿Siiiiiii?
Lincoln sabía que ella no se iría con un "no" como respuesta. Tuvo que resignarse a lo peor.
- Ay, no puede ser... Si quieres vamos al arcade mañana. SÓLO mañana. Luego ya veo que pienso.
- ¡Siiiiii! Es más de lo que esperaba. De acuerdo, nos vemos mañana.
Y la morena salió alegremente de la casa, dando pequeños saltitos.
- Hermano, ¿qué piensas? -preguntó Luna, preocupada.
- Sabes que no me iba a dejar en paz, y podía ponerse agresiva si dejaba pasar más tiempo. No sé qué tanto cambió, pero aún así no me inspira mucha confianza. Tendré cuidado.
- Si, hazlo, hermano -repuso Luna. Luego susurró, como para reducir el impacto de sus palabras- Recuerda que estuvo a punto de matarte a golpes... y no fue bonito. Pasaste toda una temporada en el hospital.
- Como si lo fuera a olvidar -dijo Lincoln, de mala gana.
Y al mismo tiempo que Lincoln subía a su cuarto para descansar, Ronnie recibió una llamada de su hermano.
- ¿Qué pasa, Bobby?
- Ronnie... Lori lo sabe todo. Carol se lo contó.
- ¿Qué...? Rayos, logró zafarse. Entonces, ¿qué vamos a hacer?
- Por ahora nada, estoy en la cárcel.
- ...Esto se complica.
- Al contrario... Sácame de aquí, te lo contaré todo.
- Ok. Voy para allá.
Después de unas horas, Ronnie por fin encontró a Bobby. Había tenido problemas para que lo dejaran ver, pero se comprobó que sí era un familiar suyo.
- Muy bien -dijo Ronnie Anne, hablando por el teléfono que separaba presos y visitas- ¿Cuál es el plan?
- No sabes la suerte que tuvimos de saber un punto débil... Tanto las familias Veral como Faren están relacionadas, ¿lo recuerdas, verdad?
- Por supuesto, tonto.
- Bueno, es esa relación lo que los tiene atados: ni los padres ni sus abuelos quieren que se sepa nada, ocultan un secreto... Y de alguna forma, todos los hijos no lo recuerdan...
- Espera, espera, ¿y cómo lo sabemos nosotros?
- Ah, claro. Obligué a su abuelo para que nos dijera la verdad, sólo tuve que atentar contra la vida de esa nueva novia que tiene, ¡y presto! Cantó como una avecilla. No nos dijo lo que pasó en concreto, pero sí nos dijo quienes lo saben de los restantes...
- Ok, ok -dijo Ronnie.
- El punto es que no quieren que se sepa lo que haya ocurrido cuando la última generación de Veral y Faren eran niños. Y si logramos que alguna de esas personas nos diga qué ocurrió, podemos usarlo en su contra.
- Pero todos son adultos, seguro que nos demandarían o algo peor...
- En eso te equivocas, hermanita. Uno de los hijos lo recuerda, y es a esa persona contra quien tenemos que ir. Mañana podrás pagar la fianza, y podré salir de aquí. Y por fin podremos quedarnos con ellos. Al fin y al cabo, criar tantos hijos significa que generarán mucho dinero después, así que tenemos que entrar como sea.
- Excelente. Entonces yo por mientras...
- Te ganas su confianza. De esa forma nos acercaremos a nuestra víctima. Por el dinero.
- Sí... Por el dinero.
Ronnie se vio un poco desanimada, pero pronto se recuperó.
- Bueno, entonces cuando tenga el dinero, vengo y te libero.
- De acuerdo, estaré esperando. Todo bien, ¿no?
- Sí, claro. Nos vemos.
- Adiós.
Mientras Ronnie debatía consigo misma, caminó hacia su casa. No consiguió decidir a quien quería seguir. No podía abandonar a su hermano, la única familia que le quedaba. Los habían abandonado los demás que recordaba, debido al violento comportamiento que tenían los dos, incluso con ellos mismos. Fue gracias a Bobby que ella seguía viva, cuidándola. Aún así, no podía olvidar lo que sentía por Lincoln.
Se sentó a cenar sin mucho apetito, pero consciente de que debía comer algo. Jugueteó con la carne sin comérsela del todo, pensando en las demás hermanas que tenía el albino. Se preguntó quién sería la que aún recordaba ese tal secreto. Ese era su siguiente objetivo.
Tiró lo que no se comió, y se acostó, intentando dormir. No quería herir a Lincoln, pero era la única cosa en que pensaba su hermano, y ella no podía evitar pensar en ambos, pensando si le importaba más el amor entre familia o el romántico.
Consiguió dormir, sin saber lo que debería hacer.
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La oscuridad que me resplandece
RomansaLucy Loud ha sufrido mucho. No por nada se ha vuelto oscura y reservada. Y no es por casualidad que Lincoln haya sido quien le tocó el corazón. Los orígenes de esta gótica no fueron los mejores. ¿Quieres averiguar por qué? Aquí se desvelarán los mis...