Capítulo 1
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Lara rodó los ojos al ver como Jenny alzaba su falda cuando pasaban delante de los chicos de último año, su mejor amiga estaba loca si creía que alguno de esos chicos que no solo eran mayores sino también populares se iban a fijar en una niña de primero, aunque fuera tan bonita como lo era su mejor amiga.
La chica afroamericana se había desarrollado mucho antes que ella, mientras Lara aún usaba brasier entrenador, Jenny lucía un escote bien desarrollado, sus curvas eran definidas y también era más alta que ella, nada en Jenny mostraba una chica de quince años. Su piel color chocolate resaltaba donde fuese y su hermoso cabello rizado le daba un aspecto salvaje.
—¡Hey! ¿Viste sus ojos? —ambas escucharon cuando los chicos hablaban, Jenny frunció el ceño en su dirección sabiendo bien que hablaban de su amiga, los ojos celestes de Lara siempre llamaban la atención de las personas.
—¿Viste las piernas de la morena? —respondió otro lo que hizo a Jenny sonreír-, lástima que sea de primero, nunca me ha gustado cambiar pañales —Lara ocultó las ganas de reír por el comentario de los chicos, su mejor amiga la miró con ojos asesinos advirtiéndole que cerrara la boca.
Ambas recorrieron los pasillos del instituto hasta llegar a la salida en absoluto silencio, Jen parecía molesta por el comentario de los chicos, su amiga siempre había sido... adelantada, había dado su primer beso a los doce años y a los quince ya había tenido dos novios.
—Vamos Jen, deja la mala cara —codeo a su mejor amiga—. Te invito un helado.
—Esos tipos son unos idiotas —masculló la morena. Esta vez no fue capaz de reprimir su risa y soltó ligeras carcajadas, su amiga la empujó molesta haciéndola tambalearse.
Lara realmente se asustó cuando perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer, cerró los ojos fuertemente y se preparó para el golpe pero en vez de chocar contra el piso lo hizo contra alguien. Unos brazos la rodearon por los hombros, sintió un escalofrío recorrerla entera y sabía que solo había una persona en el mundo que podía hacerla sentir eso.
Levantó la mirada y se encontró con la sonrisa más hermosa del mundo, esa que le hacía temblar las piernas y encoger el estómago.
—Uno de estos días vas a terminar con un hueso roto —Dante trató de fingir un tono molesto pero la verdad es que le parecía gracioso que cada vez que veía a Lara terminaba salvándola de romperse algo.
—Pero siempre vas a estar ahí para salvarme ¿verdad? —sonrió aun más por la cara de ángel que Lara le ofrecía, sus hermosos ojos celestes brillaban con la más absoluta inocencia y sus pecas adornaban lo alto de sus pómulos y nariz, como chispas de chocolate sobre una galleta.
—Siempre, chispitas...
—¡No me llames así! —realmente odiaba ese sobrenombre, sus pecas eran algo que odiaba y que fuera precisamente Dante quien la molestara por ellas lo hacía aún peor.
Dante solo sonrió y apretó sus mejillas. Un carraspeo llamó su atención, ahí estaba Jenny, la mejor amiga de Lara no terminaba de agradarle, esa chica era demasiado... desinhibida para su gusto y mayor aun para su edad, no tenía nada que ver con la personalidad de Lara, realmente no entendía por qué eran amigas.
—Ya que yo no tengo un vecino caliente que venga por mi, me voy —Jenny los miró de arriba abajo molesta. Lara era su mejor amiga y realmente la quería pero cada vez que veía a ese chico mayor y guapo tratarla como una princesa sentía que la bilis le recorría el esófago. Envidia. Aunque Jen no le había puesto nombre a lo que sentía, era precisamente eso; envidia.
Ese horrible sentimiento la embargaba cada vez que veía a la madre de Lara preocuparse por ella mientras su madre ni se paraba a preguntarle cómo estaba, cuando veía al padre de su amiga llegar con regalos para ella cada vez que venía a visitarla mientras el suyo se fue y nunca más supo de él, cuando veía a su padrastro tratarla como si fuera su hija mientras el novio de su madre... él...
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El primer amor de Lara
Historia CortaComo un héroe se presentó ante ella haciendo que su corazón latiese con tanta fuerza que la asustó. Dante era como el príncipe azul de los cuentos que su madre le leía antes de dormir, creció admirando a ese chico de sonrisa mágica. Pero ¿qué pas...