siluetas de papel.

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Nunca fui una chica fácil de convencer. Pero está solo es la historia hasta el último día que tus brazos me abrazaron rodeando mi silueta que al lado de la tuya era mucho más grande.

No sé cuánto tiempo haya pasado ya pero aún en las noches te recuerdo mientras miro mi ventana; tal vez solo han pasado días o meses. Pero te sigo extrañando.

Recuerdo con sonrisas traviesas y lágrimas solitarias el día en que nos conocimos solo dos chicas de papel de secundaria, muchos te juzgaron tal vez al inicio pero siempre pensé en que había algo más aparte de sus palabras sin sentido.

Un día las cosas decidieron darse y terminamos siendo amigas, con el tiempo todas las chicas jugaban a ser esposas pero tú y yo solo entre risas jugábamos a guardar esas confidencias de la mente que por más estúpidas que parezcan no lo fueron para nosotras. El resto nos miraba como si fuéramos algo raras, pero no éramos raras tal vez en este universo paralelo de tu locura y la mía nos dedicamos a hacer de este mundo de fantasía un mundo de papel en el que vivimos.

Los primeros pasos de lealtad, la demostramos cada vez que nos contábamos lo que pensábamos, hablábamos de que el mundo estaba loco o qué tal vez éramos nosotras, risas y bonitos días transcurrieron compartimos no solo nuestra amistad para quien nos conociese si no que también para los desconocidos con esas dos manillas que nos hacían una sola, tú eras la derecha y yo era la izquierda.

Pasados los días sin darnos cuenta éramos dos esposas, amantes y amigas. Tal vez para ellas era un juego pero para nosotras en este finito que quería ser infinito logramos lo que muchas no.

Juzgaron los que quisieron pero otros solo fueron espectadores de una pequeña muestra desenfrenada de abrazos y risas.

El día en que me dijiste que en poco te ibas a ir me dió alegría por qué sabía que lo necesitabas y que lo deseabas. Pero; no solo sentí alegría si no que mi ser egoísta no quería ver qué se había apegado tanto a ti que le dolía su recuerdo.

Pasaron los días tan rápido que diría que fueron de menos de veinticuatro horas cada uno. Llegó el día en que nos vimos por última vez ... Cantamos aquellas canciones clásicas que nos unían, comimos, tomamos fotos... Pero había llegado la hora de despedirse.

Quise ser fuerte pero mientras me abrazabas sentí como cada parte de mi se estremecía recordando lo humana que era, mis ojos así lo hubiera ensayado tantas veces me defraudaron no fueron capaces de no volverse dos cristales de lágrimas que amenazaban con desatar un caos.

Ver tus ojos también me dolió; mi primera esposa de papel la pequeña silueta que acompaña mis recuerdos.

Tus ojos también estaban llorosos, tal vez no haya pasado mucho desde eso pero me conformaré con verte un tiempo por la pantalla.

Me fui y saber que aún miro el lugar donde estaba tu puesto el cual ahora ya no figura en la lista, pero si en mis recuerdos.

Dos siluetas de papel que jugaban y reían en un pequeño paralelo de papel que las lágrimas amenazan en inundar.

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