Cartas de un débil corazón anónimo.

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Esta historia tal vez no sera igual que todas, si es que algún día llega a ser escuchada por alguien. Mi nombre no lo diré ya que yo aquí solo soy un simple personaje secundario que quiere volverse narrador de esta historia que tus labios ya no pueden murmurar, discúlpame esto lo hago pensando en lo que hiciste por mi.

Hace unos meses habían unas cartas cada vez aumentaban mas la cantidad semanal en mi casillero; leyendo cada una fue una experiencia distinta, recuerdo que la primera al abrirla inspiraba un dulce aroma y unas bellas palabras que lentamente con el transcurso del tiempo empezaron a obstruir aquel muro de seguridad que recorría mis gélidos ojos oscuros haciendo que cada vez desvelase a mi imaginación atentando con la curiosidad de aquel nombre de esa persona anónima. 

Muchas veces presagie que pudieses ser una chica con algunos de problemas a la hora de referirse ante si misma. Ya que siempre se describía como si fuese un chico.  

Tal vez tenia turbación a la idea de pensar que era un chico quien me escribía. Ojala algún día hubiese respondido tus cartas, llego cierto tiempo en el que aspiraba verte y saber quien se ocultaba tras ese anónimo.

concreto día tus cartas empezaron a cambiar ya no solo veía allí pequeños versos embelesados de halagos que aumentaban mi ego, emprendieron paso a nostálgicos y melancólicos versos  en cada uno donde me confesabas cuanto sufrías. 

Debí haberlo visto venir antes pero mi ego me había cegado mas que tus bellas palabras, un 13 de septiembre de ese mismo año dejaron de aparecer aquellas cartas a las que me había acostumbrado desde que abordamos este año en la preparatoria.

Añoraba tus cartas al igual que conocerte. El 28 de ese mismo mes no soporte mas la presión así que desde ese día empezó mi búsqueda desesperada por ti. Habia escuchado rumores de un estudiante el cual llevaba desaparecido la misma cantidad de días que yo llevaba sin recibir tus cartas así que resolví después de tanto tiempo meditándolo que afrontaría la realidad fueses lo que fueses.

Fue complicado dar con tu paradero ya que ni sabia quien eras tu, ni quienes eran tus amigos pero después de largos insomnios stalkeando a aquellas personas que parecían cercanas a ti logre crear una conclusión que me ayudaría a saber de tu paradero.

Conocía lo loco y arriesgado que podría ser la idea de realizar semejantes hazañas para encontrarte. Pero al final sin mas vuelta atrás entre allí en acción conseguí el dato de que te encontrabas bajo tratamientos y en recuperación los cuales no eran aspectos mas específicos,  tu nombre no lo pude descifrar pero al menos dejaba una dirección.

19 de octubre del mismo año:

Me arme de osadía y salí a buscarte depuse de haberlo meditado tanto con la almohada. Cuando logre llegar coincidían las calles con recuerdos perdidos en mi memoria que ya estaba deteriorada por los parciales y talleres. Era un recuerdo tan confuso que podía hasta creer que era un sueño. Toque la puerta echando a arriesgar cualquier expectativa abrió una pequeña ante tal me encontré confuso no sabia si era ella quien me había escrito o si debía preguntar por alguien mas pero ¿como lo haría, si no le conocía?

La niña tal vez mas inocente de lo debido exclama solo unas pocas palabras.

-¿Has venido a verle?

No sabia como responder así que la mire a sus inocentes ojos y que me dejara a su criterio si era aquella persona que debía estar mas allá de esa puerta correspondía a mi anónimo. La pequeña con cierta familiaridad a mi aspecto me dejo pasar y me llevo a una habitación susurrando levemente.

-Allí esta, aun esperando. 

Ella sale corriendo terminadas de pronunciar las palabras dejando a su paso el sonido de la puerta al cerrarse. 

Mirando aquella puerta dude en dar vuelta atrás y tirar todo por perdido pero ya no era momento de hacer eso ya me encontraba allí. Con las manos sudorosas abro la puerta dando así vista a un panorama algo nostálgico pero a la vez era como la habitación de un niño.En aquel panorama me encontré con un niño en el cuerpo de un adolescente quien ya hacia reincorporado aun en su cama mirando por la ventana con sus ojos llorosos.

Mis ojos se encontraron con sus ojos pero mis expectativas de chicas se deshicieron dejándome solo un sabor amargo; parecía todo una broma. Transcurrían los segundos mientras mis dudas y decepción crecía y por el rostro de aquel chico se marcaba una sonrisa.

Las primeras palabras tal vez con el tiempo que lo pensé no fueron las que quise haberte dicho. Ahora me arrepiento de lo que dije esa tarde.

-¡¿ES UNA BROMA DE MAL GUSTO?!- Dije en busca de una justificación.

Su sonrisa se desvaneció dándole paso a una cara de horror y tristeza. Su mirada aun seguía fija en mi, tal emoción en el causo que algunas de las maquinas que se encontraban conectadas a el empezaran a emitir mas pitidos de lo normal. Mi mirada ante esos sonidos empezó a escrutar mas desesperada por toda la habitación dando allí con un pequeño tablero del cual se leía -paciente: En espera de donación de un corazón-. Arrepentido de lo acabado de hacer me senté a un lado buscando claridad,estuve mirándole pero palabras no surgían de allí. hasta que...

-¿como supiste de mi?-

Murmuro una voz delicada calmando toda mis rabias. Después de aquello dimos paso a una liberada charla con grandes espacios silenciosos, pero al final lo había entendido de allí eran los recuerdos de el patio de su casa el cual años en la infancia así pareciesen sueños corrimos y reímos allí. Pero ahora solo nos moderamos a ver como pasaba el tiempo desde su habitación, dure cierto tiempo en entender pero al final así no le pudiese corresponder su sentimiento intente hacerle la persona mas feliz en sus últimos suspiros y susurros al aire.

El 23 de abril en una tarde soleada llagada la noticia de su trasplante nos encontramos al anochecer con el triste panorama de que no lo había resistido. Desencadenando allí paso a la ultima carta amor y al ultimo suspiro que su corazón débil había dedicado a la tristeza y trágica historia de ese amor no correspondido entre estos dos chicos.

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